#BAFICI2015 – Mar (Chile / Argentina)

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La directora Dominga Sotomayor había explorado ya en su opera prima, “De jueves a domingo”, la tensión que se produce en una pareja en crisis cuando sale de vacaciones. No hay dudas que la percepción del tiempo cambia en esos momentos y que el silencio o las palabras adquieren otro valor, otra densidad.

En “Mar”, título que alude a la vez al lugar de veraneo y al diminutivo del nombre del protagonista Martín, él y su novia transitan la crisis con la languidez que supone un final que no es abrupto. Es entonces que, en un giro notable, la madre del joven llega para compartir un par de noches con ellos y lo que permite develar cuestiones que estaban por detrás de esa situación: la adolescencia prolongada, la maternidad extemporánea, la exagerada prolongación de la relación edípica, las construcciones sobre el deber ser y el anacronismo de esos mandatos instituidos.

Dominga Sotomayor aprovecha a favor de la narración lo que a esta altura podríamos llamar “el estilo abúlico” impuesto en gran parte de la filmografía joven latinoamericana, que no siempre es tan atinado como en “Mar”. Porque ese tempo, ese andar cansino, ese silencio apenas completado con momentos intrascendentes es el modo en que transita la crisis la pareja. La llegada de la madre modifica el ritmo, devela nudos problemáticos y ponen en juego –a través de la vergüenza ajena inclusive- lo normalizadas que están las relaciones que parecen ajenas a toda norma.

La realizadora tiene la virtud de no creer que el estilo y el tempo narrativo son únicos, y demuestra que es capaz de hacer sintético el relato, sin buscar remates agudos ni estirar la historia innecesariamente.

 

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