Destacan la presencia juvenil en la Feria del Libro de Buenos Aires

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El gran boom de la lectura adolescente

 

En los pasillos alfombrados, recorridos por una multitud, un grupo de chicos se saca una selfie. De fondo se ve una cola interminable y al final, el escritor favorito de esos adolescentes firmando libros. A pocos metros de ellos, un matrimonio recorre los libros que aparecen en la mesa de una editorial independiente y cada tanto, levanta un ejemplar para preguntar un precio. No lejos de allí en el stand de alguna de las provincias argentinas suena una guitarra y un bombo legüero, en la puerta de una sala donde una figura internacional ofrece una charla. La Feria del Libro, que mañana cierra su 41° edición,  volvió a ofrecer múltiples propuestas a sus miles de visitantes, esos mismos que hicieron que los picos de concurrencia explotaran cada fin de semana. Pero esta 41º edición del que es considerado el evento cultural más importante de Sudamérica tiene sus rasgos singulares, que quedan en evidencia en este momento en que empiezan a esbozarse los primeros balances.
Entre las características distintivas de esta edición aparecen un mayor protagonismo de las nuevas tecnologías, a través de charlas transmitidas en streaming, un pico de visitas del sitio oficial de la Feria en las redes sociales y un fuerte protagonismo de los booktubers, esos lectores que comparten a través de sus canales de youtube sus críticas y reseñas y que por primera vez tuvieron su encuentro en el ámbito de la Feria. Hasta los bloggers compartieron en las últimas horas un encuentro especial en el marco del evento.
La Feria marcó, también, una presencia récord en las redes sociales: el Facebook oficial es el que más seguidores tiene en el mundo en este tipo de evento  y el Twitter es un ámbito ávido de circulación de data.
Pero hubo más: los organizadores hablan de un público muy informado que se acercó no sólo a pasear, sino también a comprar, para lo cual contaron con beneficios, promociones y ofertas.
Al mismo tiempo, también se notaron diferencias entre los visitantes de fin de semana y los que llegaron durante los días hábiles. Este último se caracterizó por ser un público más habituado a recorrer librerías y más lector.
También se notaron reforzadas las propuestas de los stands de las provincias y de las editoriales independientes, que solas o reunidas muchas en un mismo stand lograron hacerse ver más que en ediciones anteriores.
El protagonismo juvenil en esta edición también se destaca, a través de la consolidación del espacio Zona Futuro, donde por cuarto año consecutivo la ciencia ficción fue protagonista y donde los talleres y charlas se orientaron a temas como la robótica, ciencia ficción, heavy metal y hacktivismo, cyberpunks y fantasías futuristas.
De la mano de los chicos las sagas fantásticas volvieron a venderse a buen ritmo y algunos de los escritores de referencia de los adolescentes – como la norteamericana Anna Todd, autora de la trilogía After o la argentina Cielo Latini, que escribió el libro Abzurdah- se contaron entre los escritores más convocantes de la Feria a la hora de firmar ejemplares de sus libros y encontrarse con sus lectores . También hubo, para los jóvenes otras actividades, como un concurso de cosplay.
A todo esto se sumó la fuerte convocatoria de las presencias internacionales como la del irlandés John Banville, el ex presidente uruguayo  José Mujica o el español Javier Cercas.
Promediando los días feriales la cordobesa y reina de la novela romántica, Florencia Bonelli presentó su último libro Alma Negra frente a miles de seguidoras que escucharon atentas a su ídola literaria, que desde 2013, no se presentaba en la feria.
El de Bonelli es  uno de los apellidos más requeridos en los stands de informes de la feria, seguida de Facundo Manes, Pérez Reverte y Pepe Mujica. Otro autor que causó sensación fue Felipe Pigna, que atrajo a más de mil personas con su último libro “La voz del gran jefe” y su carisma para transmitir la historia argentina.
Una de las novedades de esta edición es que muchas de las charlas más concurridas pudieron y pueden seguirse online a través del micrositio http://video.el-libro.org.ar/ y los videos quedan disponibles para aquellos que quieran verlos luego.
Otra sorpresa de afluencia de público fue la que atrajo el Día de Armenia y a la que se acercaron más de 3.000 personas, cuando se desarrolló en la pista central de la Rural una conmemoración al centenario del genocidio armenio, con danzas típicas, música, teatro y escuadras hípicas.
El ex presidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica (acaba de salir su biografía “Una oveja negra en el poder”, de los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz), fue también uno de los más convocantes de esta edición de la Feria donde una de las figuras estelares fue el escritor irlandés John Banville.
Como en otras ediciones también esta vez la oferta en los stands es diversa y para todos los públicos.
Con todo, se perfilaron algunos preferidos que motivaron más consultas y ventas. Entre ellos, las obras de Patrick Modiano, que ganó el último Nobel; “Sumisión” de Michelle Houellebecq cuya demanda fue calificada como “salvaje” por sus editores. ‘Mujeres’, el último libro de Eduardo Galeano, también arrasó en ventas”
Otros libros que vendieron hasta agotarse fueron “Los amantes del Danubio”, de Federico Andahazi, “Usar el cerebro”, de Facundo Manes, “Enfermé para sanar”, de Marina Borensztein; la colección de “Elige tu propia aventura” que “es furor” y todas las versiones de “Las mil y una noches”, que aparecen ininterrumpidamente en varios pabellones.
Los editores y libreros coinciden en comentar que este año el público se muestra decidido a comprar y hay algunos beneficios  que estimulan las ventas.
Un especial protagonismo tuvieron los jóvenes en cada momento de la Feria que termina mañana.  Con banderas, mochilas al hombro, smarthphones en mano, los chicos y chicas arrasan por los pasillos buscando su saga favorita. Una actitud que celebran las editoriales dedicadas a la literatura juvenil, algunas de las cuales destacaron un crecimiento de la demanda de sus principales títulos.
Entre las sagas juveniles en boga se cuentan “Divergente” “Insurgente” y “La Quinta Ola”.
Otra locura que dejó huellas fue la que desató la norteamericana Ann Todd, la joven de 25 años autora de la trilogía “After”, que firmó más de 900 libros y los adolescentes hicieron colas de hasta cuatro horas con tal de tener la estampa de su preferida. ( ver aparte).
La 41° edición de la Feria también consolidó el espacio de las editoriales independientes, esas que batallan todo el año para que sus catálogos circulen entre más lectores y que hasta mañana se muestran al público en stands propios o compartidos.
Independientes, autogestivas o micro – como se prefiera llamarlas -, las editoriales que no superan los 400 títulos y cuyas tiradas no suelen tener fórmulas exactas más que una selección cuidada y selecta, consolidan y confirman el espacio que supieron conseguir en la Feria del Libro, una parada obligada para cualquiera que se diga amante de los libros.

Las provincias, reforzadas
Otra de las huellas que deja esta edición de la Feria es una presencia más visible de las Provincias que presentaron stands reforzados  con una variada serie de propuestas que incluyeron presentación de libros, actividades interactivas y recitales musicales.
Si alguna vez las provincias en la Feria se juntaron en un solo espacio donde con dificultades exponían algunos libros, poco a poco se empezaron a independizar, proliferaron las editoriales provinciales con sus stands propios y en la última década los escritores del interior se animaron a llegar hasta la Feria, a dar a conocer personalmente su literatura.
En esta edición, por caso, en el stand de La Pampa, el público superó la cantidad de sillas y muchos seguían parados en algunas presentaciones como la de Eduardo Luis Aguirre, abogado y profesor titular de Derecho Penal I de la Universidad de la Pampa que hablaba sobre su libro “El llanto del Kopaonik”, sobre el juzgamiento de los crímenes en la tragedia de los Balcanes.
En el stand tucumano hubo una disertación sobre las áreas protegidas de la provincia y en un enorme plasma se pasaron imágenes de las yungas, un recorrido circular por los bosques subtropicales, cruzados por senderos, todo tipo de vegetación y una cantidad impresionante de aves.
El espacio de Santa Cruz mostró una serie de libros antiguos, los inhallables de la provincia como “La amargura de la Patagonia”, escrita por el hijo de Rubén Darío -el gran poeta nicaragüense – , un médico que vivió en el que todavía era sólo territorio nacional, no provincia.
Otro de los libros del que no hay más ejemplares exhibido es ‘Al asalto del Fitz Roy’, de Louis Depassi de 1953, con las peripecias vividas por la expedición francesa camino a esta cumbre. Y varios volúmenes del periodista Juan Hilarión Lenzi (1898-1970), oriundo de Río Negro, donados a la biblioteca de Santa Cruz. Y unos inmensos carpetones que integran el “Álbum del Centenario de la ciudad de Río Gallegos”.
Los salteños viajaron con una selección muy atractiva de la producción bibliográfica de la provincia y mostraron una batea completa con libros dedicados a Martín Miguel de Güemes (1785-1821), quien llevó adelante la guerra gaucha para frenar el avance español.
Entre otros textos figuran “Vínculos y mestizaje en torno al General Güemes, de Leandro Plaza Navamuel; “Carmen Puch de Güemes. Al encuentro de la heroína, de David Slodky; “La Tercera gesta”, de Violeta Herrero que hace visible la historia de este patriota salteño; el “Ideario del General Martín Miguel de Güemes”, de Susana Martorell de Laconi; “La Gesta Güemeriana” de Luis Oscar Colmenares y “Los Gauchos de Güemes”, de Lucio Cornejo y Gastón Beverina, un análisis histórico de sus regimientos, vestuarios, armas, monturas y caballos.
Chubut mostró  en su stand un lugar destacado para recordar el sesquicentenario del arribo de la comunidad galesa a la Patagonia. Un inmenso afiche ilustra este homenaje con las fechas 1865-2015.
En el stand de San Juan  los libros más requeridos fueron los de Sarmiento y los del poeta Jorge Leónidas ‘Chiquito’ Escudero.
En el stand de Tierra del Fuego se plasmó una idea que convocó a muchos visitantes: un box donde se puede entrar y ver a algunos poetas fueguinos leyendo sus obras. Y pueden escucharse la voz de 10 escritores fueguinos a través de un tótem con sonido.

Diario Democracia

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