Nueva Independencia – Jornada 3: La política como espacio de circulación de múltiples representaciones, formas del arte y el pensamiento. Políticas y transformación

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Por NodalCultura desde
San Miguel de Tucumán
La mañana de la última jornada del Forono Nacional y Latinoamericano propuso a la gran cantidad de público congregado en el Teatro San Martín de la ciudad de Tucumán una mesa de mujeres cineastas latinoamericanas. La chilena Catalina de los Ángeles Alarcón Reyes, la ecuatoriana Tania Hermida y la argentina Daniela Seggiaro, con la moderación de la psicóloga cubana María de los Ángeles Tovar Pineda, dialogaron a propósito de “Cultura y género: Representaciones de la mujer”. En ese panel se ausentó por razones de salud a último momento la realizadora brasilera Lucía Murat, quien envío por escrito su ponencia que puede leerse acá.

Catalina Alarcón, productora general de MAFI.TV (Mapa fílmico de un país) un proyecto colectivo de microdocumentales con el que busca contribuir a la memoria audiovisual de Chile, proyectó cinco videos, realizados con el método característico de mafi.tv, de registro documental de observación, que la ayudaron a plantear las grandes problemáticas que atraviesan las mujeres en la actualidad: la violencia de género, la falta de equidad económica y laboral, y la falta de respeto. Según afirmó en relación con el trabajo documental que realizan “El documental se articula como un arma que retrata situaciones que la sociedad no quiere ver. Retratar para develar. Develar para reivindicar.”

Hermida, realizadora de los largometrajes “Qué tan lejos” (2006) y “En el nombre de la hija” (2011), en la cual reflexiona sobre el sentido de un nombre, de su valor en tanto elemento significante, retomo en parte esa idea para referirse al lenguaje en general en el orden de la historia y la política: “Hay que dar la batalla por las palabras y los nombres; la palabra es poder”.

El momento de mayor aplausos de la mañana del 8 de julio fue cuando Hermida, en una actitud que permitió ver de que modo siempre pueden funcionar los mecanismos de pautas de género que orden incluso estos encuentros, leyó los nombres de los paneles y el nombre de pila de los panelistas incluidos. Las mujeres, solo tenían lugar en las mesas específicamente relacionadas con sus luchas y su identificación de género. En el resto de los paneles, participaron hombres. “Desde el primer día, Milagro Sala, Máxima Apaza y Hebe de Bonafini mostraron que las mujeres no hablamos solo de mujeres o de género, sino, sobre todo, de luchas, de política y de quién tiene el poder para transformar la vida”, concluyó.

Daniela Seggiaro, realizadora salteña, manifestó la necesidad de pensar en “otro tipo de mujer que ya no sea la princesa de los melodramas, sino una mujer popular, una mujer como las que venimos escuchando en estos foros”. “Si encontramos ese nuevo género, que nada tiene que ver con la princesa, vamos a encontrar quizá una nueva manera de narrarnos como pueblo latinoamericano”, aventuró como posible forma de búsqueda de una estética regional.

La tarde de la tercera jornada y última jornada del Foro comenzó con un diálogo abierto entre el periodista Victor Hugo Morales, la cantante venezolana Cecilia Todd y el pianista argentino Miguel Angel Estrella. Los presentes en el diálogo recordaron con cariño a Mercedes Sosa, nacida un 9 de julio en Tucumán.

Durante la conversación, los participantes expusieron sus experiencias y reflexiones en torno a la importancia de la cultura como proceso emancipador de los pueblos. Miguel Angel Estrella se refirió a su trabajo en la ONG que fundó, Música por la Esperanza, destacando que Eva Perón fue una gran inspiración. Agregó también que “Música por la esperanza surgió en un momento límite, en el que me podían matar en cualquier momento”: el proyecto comenzó a fines de la última dictadura militar, durante la cual fue víctima de un secuestro de tres años. También, al referirse a la integración latinoamericana aseguró que «La voz de los sin voz”, programa cultural de la Unasur que él encabeza, nació en los valles calchaquíes.

Al abordar el tema de la batalla cultural en la región, Victor Hugo Morales reconoció que se están dando avances, pero también planteó dudas, basadas en el irrefutable poder de los medios de comunicación en todos los países. “La izquierda y la derecha se diferencian enormemente en las posibilidades del discurso. La izquierda tiene belleza y habla de un lugar más justo. La derecha sólo puede generar discursos que rechazan y odian al mundo por fuera del neoliberalismo.”

Cecilia Todd, que fue muy cercana del proceso revolucionario chavista en Venezuela, estableció que “la cultura y el proceso revolucionario no pueden estar separados. Fue un decreto desde el comienzo y se hizo realidad. La idea fue siempre sacar la cultura a la calle. Teníamos el concepto de que la cultura era simplemente para un grupo pequeño y solamente el hecho de que la gente pueda acceder le permitió darse cuenta de que la música, el teatro, también los representan. La participación de la gente habilitó su actividad en la transformación. Y la gente va a todo.”

Adviertió que el mercado sigue embistiendo simbólicamente los valores tradicionales e imponiendo productos que atentan contra la búsqueda de una sociedad más igualitaria. En Venezuela. “La música pasó de ser un arte a un negocio muy rentable y se utiliza para lavar el cerebro de la gente”

Acerca del reggaeton, opinó que “Es tremendo. Tenemos que tomar una postura en defensa de la mujer. Es una humillación. Es perverso. Es una de las armas más directas que hay y ha desplazado a la música tradicional totalmente.”

La segunda mesa de la tarde, “Política cultural o politización de la cultura”,  fue inaugurada por el sociólogo Luis Alberto Quevedo. La primera interventora, la música y ex-ministra de cultura peruana Susana Baca afirmó que se debe definir una noción de la cultura por fuera de las ideas mercantilistas, basada en la promoción de valores y ampliación de sensibilidades. “Soy una mujer negra que vive en un país y continente racistas, con muchas culturas menospreciadas. Creo que nos hemos olvidado de cuidarnos los unos a los otros. Entonces debemos luchar para que el Estado cumpla con las condiciones de convivencia intercultural necesarias. Sin solidaridad y sin derechos humanos seremos víctimas de la injusticia, violencia y mentira.”, declaró. También hizo una fuerte crítica al consumo y la explotación de los recursos naturales, propios del sistema de producción al que aún se encuentra sometida nuestra región: “Cuidemos nuestra casa común: nuestro frágil planeta.”

Al hablar de las prioridades de las políticas culturales, dijo: “Erradicar la pobreza y hacer posible el bien vivir de todos y para todos. Me siento comprometida con un mundo donde cada uno se sienta responsable de sus talentos y quiera producir trabajo en equipo. Un mundo donde se pueda trabajar con condiciones dignas. Estamos promoviendo una cultura de la usurpación y la piratería, porque producimos cultura de forma poca y cara.” Para finalizar, dijo que se asegura que la cultura es un derecho humano, pero del dicho al hecho hay un trecho que debe ser garantizado por una revalorización de la cultura despojada de los intereses mercantilistas. Luego, regaló al público un fragmento de una canción cantada a capella.

En segundo lugar tomó la palabra Ismael “Manelo” Quevedo, coordinador del ALBA Cultural, quien manifestó la necesidad de niveles de democratización a los temas que tienen que ver con las políticas culturales. «Necesitamos ciudadanos cultos para poder alcanzar los niveles de desarrollo que necesitan nuestras sociedades. Es muy difícil sin cultura poder plantearse las metas que los pueblos tienen por adelante y ser eficaces en la lucha por alcanzarlas.”. Al señalar las dificultades de este objetivo, observó: “Toda resistencia implica un combate. Sin embargo, no podemos permanecer en la resistencia porque en última instancia estamos legitimando una subalternidad. Tenemos que pasar a una ofensiva, a construir una nueva forma de hegemonía. Mucho más justa, mucho más democrática”. Destacó la importancia de la cultura en los procesos emancipatorios que se han emprendido en los últimos años.

Martín Bonavetti, director ejecutivo de la Televisión Pública, sostuvo que en para salir de las formas capitalistas de concebir a la cultura se debe dejar de pensar al hombre y al arte como mercancías e incorporar una dimensión humana distinta. Después, reflexionó sobre el rol de la televisión pública en este sentido: “Existen elementos que permiten restituir las cosas del mercado a los ciudadanos. Y esos elementos son la política y la cultura, entendidos como un proceso de emancipación. Si nosotros hacemos de la política y la cultura un elemento de liberación y conquistas de derechos, inauguramos un proceso de construcción de identidad nuevo, alejándonos del mercado”

Javier Grosman, funcionario del gobierno argentino que dio vida a Tecnópolis,  se refirió a las disputas actuales sobre políticas culturales, haciendo alusión en particular al caso argentino.  Habló de la relevancia de la inversión en cultura como deber fundamental del Estado, respondiendo a las voces que se oponen al gasto público dirigido al arte. “El fin del arte es generar conciencias críticas, y estos tipos nos tiran con productos cuyo contenido sólo sirve para generar conciencias adaptativas que repiten el modelo hasta la última instancia. Eso es lo que les duele de los procesos democratizadores de los últimos años” dijo, mencionando eventos como las celebraciones por el Bicentenario y la creación de Tecnópolis. “El disfrute y el ocio para ellos tiene que ser pago y no por el Estado, lo tienen que pagar las empresas privadas para tener más lucro. El ocio para ellos debe ser lucrativo.”.

En el cierre de la mesa, habló a los productores culturales:  “Los artistas, los creadores, tienen por obligación y derecho revolucionar las conciencias críticas de la gente. Tenemos que defender un modelo conceptual, no partidario, sino al modelo que realmente revolucionó la forma de concebir el espacio público en Argentina.”

La última mesa comenzó con la lectura de un documento que surgió a partir del encuentro en el Foro Nacional y Latinoamericano: un manifiesto en solidaridad con el pueblo y gobierno ecuatorianos, en respuesta a las amenazas a su democracia de las últimas semanas. El mismo puede leerse acá

Ese último diálogo, “La vuelta de la política: Los procesos políticos latinoamericanos y europeos en un mundo dominado por la lógica financiera y el neoliberalismo” presentó a tres de los más interesantes teóricos de la academia argentina. Enrique Dussel, doctor en filosofía argentino que vive en México desde 1975 cuando debió exiliarse, hizo un recorrido por su historia política y personal, que es sin dudas la historia de tres diferentes momentos políticos. Hizo desde esa cuestión personal también una cuestión de sentidos políticos: “Así como Sócrates nunca se fue de Atenas, yo nunca me quise ir de América Latina”, afirmó.

“Voy a tratar de plantear problemas”, anunció, por su parte, Alemán, quien comenzó su exposición con una distinción entre la política y lo político. “La política –definió– es todo eso que surge de los dispositivos del poder del capital. En cambio, llamo político a lo inapropiable de la singularidad del sujeto. ¿Qué es lo inapropiable? Aquello que el discurso del capital no puede capturar”. ”El capitalismo es un poder. La construcción de una lógica articulada y hegemónica, el modo en que una voluntad popular emerge, siempre tiene como punto de partida lo heterogéneo, lo diferente, lo que no es susceptible de ser homogeneizado”, explicó.

A su turno, González manifestó su satisfacción por “estar nuevamente en un teatro, como estuvimos en el Cervantes, viendo este espectáculo inusual del uso de la palabra ante un público inquieto, reflexivo y examinador de todo lo que se dice”.

“En el teatro aparece la fuerte necesidad de hacernos más explícitos”, comentó el director de la Biblioteca Nacional. “Tenemos esa teatralidad –dijo– porque vivimos siempre en los bordes. Y la idea de lo político y lo teatral van absolutamente juntas en los momentos específicos en que lo político trabaja sobre lo incierto, sobre lo ambiguo, y tiene la enorme potencialidad de aquello que se dice sin que sean necesarias las palabras”. Y en la idea de que nuestra herencia está en el futuro, afirmó que está viva la necesidad de contar nuestro Shakespeare de la región, quien sea que escriba esa dramaturgia de nuestros conflictos presentes.

En un discurso encendido, personal, emocionado, pero no por eso menos intenso en lo político, Ricardo Forster comenzó debatiendo sobre una idea de Derrida a propósito de la (in)existencia de la amistad y su relación con la práctica política. En la convicción de que no sería posible compartir una experiencia política como la que constituye un encuentro como el que finalizaba sino no hubiera relaciones personales afectivas o amistosas, en el más profundo e intenso sentido, afirmó que la mesa que los convocaba los unía además en la amistad, y en ese sentido recordó a su amigo y brillante pensador argentino Nicolás Casullo.

Luego manifestó: “Tenemos la certeza de estar viviendo un momento único, desafiante, de reparación, de reconstrucción. Un momento en el que podemos sentir que las palabras, que los conceptos, que las ideas vuelven a tener contenido, vida, alma, carne, que hay un cuerpo de las palabras. Estamos en un lugar en el que las palabras vuelven a asumir un destino”.

En relación con discusiones planteadas en medios dominantes en la provincia, contestó: “Se han dicho muchas estupideces en los últimos días –sostuvo–. Que veníamos a imponer una fecha para una nueva independencia en la Argentina. Pero son los pueblos, la invención creadora de las masas, los que pondrán un nuevo nombre y una nueva fecha para aquella independencia en la que, efectivamente, el país sea libre, justo, soberano, igualitario y democrático”.

“Solo somos posibles como nación –afirmó Forster– porque hubo un 9 de Julio de 1816. Nadie puede borrar lo que las entrañas y la memoria más profunda llevan adentro. Pero solo a los reaccionarios se les puede ocurrir que la historia es una página escrita de una vez y para siempre, intocable, con próceres de mármol”.

“Nosotros vamos a actuar sobre la historia, vamos a construir una y otra vez palabras que reinterpreten nuestro camino por la historia. Eso es político, eso tiene que ver con la emancipación”, concluyó el secretario.

Cultura y Género

Diálogo entre Cecilia Todd, Miguel Ángel Estrella y Victor Hugo Morales

Política Cultural o Polítización de la Cultura

La vuelta de la política

Ponencia completa: Enrique Dussel

Ponencia completa: Jorge Alemán

Ponencia completa: Horacio Gónzalez

Ponencia completa: Ricardo Forster

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