«El socialismo es una búsqueda»: crónica de la apertura del Encuentro Latinoamericano Progresista ELAP 2015 por NodalCultura

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Por NodalCultura
Quito es la ciudad que materialmente une los hemisferios, la ciudad donde conviven las tradiciones culturales, gastronómicas, lingüísticas, arquitectónicas de este espacio andino complejo que se desarrolla de sur a norte en la costa, el valle, la sierra y la selva.

Quito, la ciudad capital de la UNASUR, es sin dudas un lugar ideal para los encuentros. De modo que este colorido, multilingüistico, rebelde e integrado Encuentro Latinoamericano Progresista ELAP 2015 tiene en esta ciudad bella y amada, un lugar más que propicio.

ELAP Ecuador 2015 es un cruce entre encuentro multitudinario de militantes políticos de toda la región y espacios de reflexión de luchadores, funcionarios, intelectuales, artistas. Estos espacios se darán en forma de mesas panel, conversatorios y tres conferencias magistrales, la de cierre a cargo del presidente del Ecuador, Rafael Correa.

En el Teatro Nacional, principal auditorio de la Casa de Cultura de Quito, con 2500 asistentes colmando todas las butacas disponibles y enmarcados por gigantografías con los rostros de Nestor Kirchner, Hugo Chávez, Lula y Evo Morales, abrió el encuentro Doris Solíz, Secretaria Ejecutiva del movimiento Alianza PAIS.  Su discurso subrayó la importancia de la integración: “América Latina necesita de un proceso de integración que responda a las demandas de sus pueblos. Debemos definir qué mundo queremos frente a la globalización capitalista y con ello promover también la integración Sur – Sur”

A su intervención siguió la de Guillaume Long Ministro de Cultura y Patrimonio de Ecuador, y presidente de la comisión de Relaciones Internacionales de Alianza País quien agregó a esta idea la noción de organización de las políticas y las resistencias regionales.  Esta idea de organización es necesaria en su criterio pues “lo que ocurrió no fueron sólo el desarrollo de unas políticas neoliberales, lo que pasó es que se crearon y consolidaron estados neoliberales”. La desigualdad, que es la marca de nuestra región solo se podrá cambiar según Guillaume “cambiando nuestra matriz productiva con un modo diferente de participar en el mercado mundial” eso requiere integración y organización, pues no depende de soluciones posibles en cada uno de los países.

En un sentido similar concluyó la ronda de oradores de la apertura el vicepresidente de Ecuador Jorge Glas Espinel quien afirmó que esta nueva agenda que permita cambiar la matriz productiva y superar la vergonzosa condición de región más desigual del mundo es la que proponga una fuerte innovación científico tecnológica, que no responda a la demanda del mercado mundial, sino a un nuevo sentido de la producción que responda al deseos de nuestros pueblos y sea sustentable. “Si pusiéramos a articular las agendas locales de nuestras universidades seguramente los tiempos que requieren estos cambios serán mucho más cortos que si lo intentamos cada país por su cuenta”.

La noción del campo intelectual en pos de articular con los deseos populares fue clave a lo largo de su discurso, donde también afirmó que se puede y se debe realizar el camino del desarrollo con un cuidado cierto del impacto ambiental, considerando especialmente el salto en materia de producción energética que requiere el desarrollo industrial y los daños que se pueden producir con un crecimiento no controlado y regulador.

“Nuestra tarea”, afirmó, “es construír una América Latina basada en la igualdad y la felicidad de los pueblos”.

Cerrando el acto gran parte de los diferentes partidos, grupos militantes diversos y movimientos sociales cantaron canciones de las viejas y nuevas tradiciones antiimperialistas. Entre ellas la que más fuerte y claro resonó decía: “Fuera yanquis de América Latina, fuera británicos de las Malvinas, Fuera la OTAN de Afganistán”

Inmediatamente después se sucedió la mesa “Socialismo del siglo XXI: Agenda programática y alcances en América Latina”, de la que participaron Atilio Borón, politólogo argentino, Rodrigo Cabezas, ex ministro de economía de Venezuela, Fander Falconí, excanciller del Ecuador y Coordinador de la Comisión de Formación Política de Alianza PAIS y Marco Enríquez Ominami, líder de los progresistas Chile y ex candidato a la presidencia de su país.

Borón aseguró que son erradas las afirmaciones de ciertas derechas en la región que suelen atacar estas experiencias diciendo que los gobiernos progresistas son experiencias de modernización capitalista. En el mismo sentido, quitando toda esencialidad al concepto de socialismo Cabezas sostuvo que “el socialismo para nosotros es una búsqueda. No hay conclusiones definitivas por dos razones, no hay modelos ni verdades generalizadas, hay  experiencias que buscan validarse históricamente. Y segundo porque es absurdo trasladar un concepto a nuestras realidades propias e irrepetibles. El socialismo es una búsqueda, un encuentro con las realidades, aciertos y errores propios”

“El socialismo tiene sentido si es una sociedad de socios.  Si el Estado es una herramienta, si tenemos paz. Estamos frente a una nueva era de desafíos. No tenemos todas  las respuesta pero es la hora de pensar juntos” finalizó Enriquez Ominami, quien celebró que en la ELAP se puedan discutir y debatir cara a cara, cosa que no se puede hacer por twitter en 140 caracteres y desde una relación apenas virtual.

Si alguien fue reconocida por todos los disertantes en la apertura de la ELAP y fue la persona más aplaudida por los miles de asistentes al encuentro, ella fue Estela de Carlotto, presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo. Activa como pocas personas, no para de ir de una convocatoria a otra. Acepta todos los convites, se toma su tiempo para pasear y hasta resuelve de un modo elegante y orgulloso la torpe organización que la convocó a un salón para el cual debía subir dos pisos por escalera. En esta situación también puso esa gentileza que la caracteriza y subió apenas ayudada por su bastón las largas escaleras, que a 2800 metros de altura se hacen más largas para todos.

Carlotto fue quien abrió la mesa “América Latina, la lucha por la memoria, la verdad y la justicia” recreando la historia de Abuelas de Plaza de Mayo, desde aquel octubre de 1977 en que fue fundada. “El derecho a la identidad no se agota en la cuestión biológica. Para nosotros debe integrar en la subjetividad la propia historia, la historia de la familia. Si la cadena generacional fue rota intencionalmente por el terrorismo de Estado, es nuestra tarea reconstruirla” explicó sobre lo que han aprendido en estos años a propósito de la identidad. “Somos madres, somos abuelas, somos latinoamericanas. Vamos a acompañar a todas las madres de América Latina en la búsqueda de aquel hijo o hija que aún no ha regresado a casa”, finalizó frente a un auditorio colmado incluso en la antesala donde se instaló un pantalla para que el público pudiera seguir su participación.

La mesa se completó con un cruce entre relatos de casos particulares que dan cuenta del horror de los sistemas represivos en la región –aun incluso durante gobiernos democráticos- y análisis generales desde perspectivas particulares. El fiscal general del Ecuador, Galo Chiriboga afirmó que “nuestro trabajo es en la corte, no en los medios de comunicación” en relación con la oposición a las políticas de la verdad que focalizan especialmente en el período 1984-1988 en el que más casos de violaciones a los DDHH se registran, aun en un período de un presidente electo constitucionalmente.

A continuación Carlos Figueroa académico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Guatemala) hizo un análisis de la memoria en el pueblo en países como Argentina, Uruguay o Chile, donde afirmó que la memoria es “fuerte” en comparación con países como el suyo o como México, donde la memoria podría catalogarse como “débil”. La muestra más concreta es, según explicó, que las movilizaciones que terminaron con el gobierno de Otto Perez Molina fueron contra actos de corrupción y nunca consideraron que él había sido parte de los brutales Kaibiles, un militar genocida, en país en el cual entre asesinados y desaparecidos las víctimas ascienden a 200.000 personas. La pregunta, que apenas se animó a intentar contestar pero queda vigente es ¿cuáles son las razones para que existan países con memoria “fuerte” y países con memoria “débil”?

El interrogante queda abierto.

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