La Ruta de Benedetti en Montevideo

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En Contexto
Mario Benedetti nació en Montevideo, Uruguay, el 14 de septiembre de 1920. Escribió con igual talento y suceso poesía, cuento, novela, ensayo y crítica literaria. Fue humorista, bajo el seudónimo Damocles, en las revistas Marcha y Peloduro. Consecuente militante de izquierda, vivió en el exilio durante más de diez años. Muchas veces menospreciado por su estilo conversacional, su capacidad de moverse de un género a otro sin consagrarse como figura consular en ninguno frente a otras plumas latinoamericanas, Benedetti es dueño de una palabra que trasciende su ciudad y su momento. En estos tiempos en que la poesía se convierte nuevamente en una estética fundamentalmente para ser dicha públicamente, los versos de Benedetti tienen una vigencia incomparable.

Seis itinerarios que recorren distintos barrios de la capital uruguaya y que invitan a descubrir los lugares que el autor de La Tregua vivió a diario y retrató en sus diversas obras.

Al sur, al sur está quieta esperando Montevideo”. Este haiku de Mario Benedetti resalta en la portada de la Guía Benedetti, un folleto turístico y cultural, basado en seis circuitos dentro de la capital uruguaya, que invita a extranjeros y a locales a recorrer escenarios ligados a la vida y obra del reconocido escritor, fallecido en esta ciudad en mayo de 2010.

Con su extensa y seductora rambla, su variada arquitectura, sus parques y sus calles arboladas, con luz de patio, al decir de Jorge Luis Borges, Montevideo es considerada una de las más bellas capitales de América Latina. Qué mejor entonces que conocerla a través de los ojos de Benedetti, quien no sólo la “retrató” como pocos, sino que creó varias Montevideo en una: en buena parte de sus primeros textos representa la agitación urbana del centro y la Ciudad Vieja y también, la vida gris y rutinaria de los empleados públicos; a posteriori aparece la ciudad herida que funciona como recuerdo y anclaje literario durante el exilio, y también la del desexilio -la de los cafés, el fútbol, los amores y el tango-, que es sin duda suya, pero es vista de una manera agridulce.

“Quienes accedan a la guía podrán conocer distintos sitios de la ciudad ligados a su escritura, ya porque en ellos sucedieron partes de sus cuentos o novelas, o porque allí los escribió, o trabajó en algún tiempo”, cuenta el escritor y periodista Alfredo Fonticelli, quien junto a la profesora y narradora Helena Corbellini idearon y llevaron a cabo este folleto que, además de contar con breves fragmentos de textos referidos a Montevideo, incluye mapas y fotos.

Inspirados en otros itinerarios basados en obras de grandes escritores, como La ruta de Don Quijote, que discurre principalmente por las provincias manchegas de Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, o La Cartagena de Indias de Gabriel García Márquez, Corbellini y Fonticelli leyeron minuciosamente unos 80 libros del autor nacido en la ciudad de Paso de los Toros, en 1920.

Luego de dos años, tiempo que demandó la tarea, seleccionaron 57 lugares de más de 600 referencias a Montevideo. De esta forma y de acuerdo los escenarios descritos por Benedetti, los autores de la guía decidieron armar los siguientes recorridos: Ciudad Vieja, Centro, Cordón, Capurro-Prado, Parque Rodó-Punta Carretas y La Aguada. “También pensamos en estos circuitos para hacerlos a pie, con calma, y en los que el visitante, a la vez, pueda ir disfrutando el paisaje urbano. En los seis itinerarios hay un cruce de cuentos, poesías, teatro, ensayo y novelas”, afirma Fonticelli. “Siguiéndolos con atención puede apreciarse una ciudad más vívida, una Montevideo más caminada por él”.

Cada recorrido se completa en promedio en poco más de una hora, y salvo al de Capurro-Prado, que está más alejado, quienes gozan de buen estado físico pueden ir también caminando de un destino a otro o unirlos en un viaje de taxi de muy pocos minutos.

Por ser el que de por sí presenta mayor cantidad de atractivos turísticos, el circuito de la Ciudad Vieja es, sin duda, uno de los más disfrutables. Allí podrá situarse, por ejemplo, en el ambiente de los encuentros fuera de la oficina entre Martín Santomé y Laura Avellaneda, protagonistas de La Tregua, novela que lo lanzara a la fama mundial. “En este recorrido -dice Fonticelli- hay lugares reconocibles e ineludibles, como el restaurante Nueva Bolsa, de la calle Piedras, citado por el autor en La borra del café; la Contaduría General de la Nación, donde trabajó entre los años 1940 y 1945, y el café Las Misiones, en la esquina de 25 de Mayo y Misiones, al que alude en La Tregua”.

El recorrido del Centro tiene la particularidad de albergar dos domicilios del autor dePrimavera con una esquina rota. Uno que fuera de su propiedad desde el año 1973 hasta el retorno de su exilio en Argentina, Perú, Cuba y España, y el otro en la calle Zelmar Michelini, esquina 18 de Julio, departamento en el que vivió hasta su muerte. A una cuadra de allí está el San Rafael, bar que frecuentaba en los últimos años. Un papel con un poema suyo, que se destaca en el amplio ventanal de vidrio, marca la mesa que Mario solía ocupar.

Si los días coinciden, el itinerario del barrio Cordón es ideal para hacerlo un domingo por la mañana, que es el día en el que funciona la famosa Feria callejera de Tristán Narvaja, la que Benedetti menciona en el poema Irse “… y por favor, no olvides que te espero/ con este corazón recién comprado / en la feria mejor de los domingos…”.

La calle Capurro, en el itinerario Capurro-Prado, es otro sitio que seduce ya que recuerda a Claudio, el protagonista de La borra del café, quien menciona esa arteria y al barrio del mismo nombre, como el primero que sintió propio, porque a raíz de las constantes mudanzas de su familia, se le hacía difícil echar raíces en algún lugar.

Pero una vez más, el padre de Claudio decidió dejar aquella casa de Capurro, que tanto le recordaba a su mujer muerta tiempo atrás, y marchar a otra en la calle Ariosto, en el corazón del barrio Punta Carretas, donde la familia finalmente se instaló.

Esta no es otra que la casa en la que el jefe de familia, a fin de equilibrar el presupuesto, subarrienda una de las habitaciones a Natalia, una estudiante avanzada de arquitectura de nacionalidad chilena. “Para los benedettianos y para quienes gustan conocer lugares con personalidad y que no estén entre los clásicos destinos turísticos, la calle Ariosto es una cita imperdible, es un rincón de la ciudad como detenido en el tiempo”, asegura Fonticelli. “Cerca de aquí estaba la famosa carbonería El buen trato, frente a la cárcel de Punta Carretas (donde hoy existe un shopping), que quedó en la historia porque por allí, luego de excavar un túnel desde el penal, se fugaron en 1931 unos renombrados anarquistas italianos”.

El de La Aguada es el recorrido más breve, para el que se estima unos 30 minutos. Entre los puntos de interés sobresale el Liceo Miranda, en el que Benedetti realizó sus estudios secundarios, sin llegar a terminarlos, y el Palacio Legislativo, donde el día después de su muerte, miles de uruguayos desfilaron por el Salón de los Pasos Perdidos para homenajearlo.

Para llevar a cabo el folleto guía, que pudo ver la luz gracias al apoyo de la Fundación Benedetti y que se consigue en forma gratuita en su sede, en cualquier puesto de informes del Ministerio de Turismo, en los centros MEC (del Ministerio de Educación y Cultura) y en los puntos de informes de la Intendencia de Montevideo, los autores debieron descartar varias referencias a Montevideo porque eran excesivas para el pequeño formato.

Ante la muy buena acogida que este trabajo ha tenido entre la gente, los autores comenzaron a barajar la idea de hacer un libro-guía que, de concretarse, brindaría la posibilidad de conocer aún con mayor profundidad Montevideo, a través de la mirada de Mario Benedetti, uno de sus hijos más dilectos.

La Tercera

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Fuente: Guía Benedetti

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