Dulces 90 años

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Fue don Julián Clemente Lozano Puente quien hace 90 años, junto con su hermano, comenzara a elaborar dulces de leche en Saltillo para tener un sustento, pues ambos acababan de llegar a la ciudad, procedentes de Pinos, Zacatecas.

Dos hombres de oficio minero que tuvieron que dejar su trabajo ante la inestabilidad económica de aquel vecino estado, provocada por la Revolución Mexicana, llegaron a Saltillo para dar un giro radical a su vida y dedicarse por completo a la venta de dulces tradicionales.

Fue así como aquellos dos hermanos fundaron Dulces Lozano, empezando con la repartición de pedidos a clientes que ellos mismos consiguieron, luego con un establecimiento en la calle Centenario, después en Juárez, y finalmente, hasta la fecha, en un local de Soriana Coss.

“No se sabe quién los enseñó a ellos, cuando ellos se vinieron de allá no sabían hacer dulces, aquí se enseñaron”, señala Arturo Lozano, nieto de don Julián Clemente, en entrevista con EL HERALDO.

Lo que si saben, asegura Arturo, es que don Julián intercambió, en una ocasión, recetas con un italiano, lo que influyó en la creación de nuevos productos.

Don Julián tuvo que traerse gente de Pinos, Zacatecas, para que le ayudaran en la elaboración de dulces tradicionales, pues los pedidos cada vez eran mayores, inclusive tuvieron que entrar sus hijos, quienes rápidamente aprendieron.

A la muerte de don Julián, sus hijos continuaron con el negocio. Don Arturo, el más chico de sus hijos se unió con uno de sus hermanos mayores, a quien le ayudaba en la elaboración y venta. Después, él fue quien se quedó con la tradición, pero también, a la par, nació Dulces Salazar, de una hija de don Julián.

Los Dulces Lozano son elaborados con ingredientes 100 por ciento mexicanos, y algo muy importante es que todo el proceso se realiza aún a mano, lo que hace que estos manjares tengan un sabor único.

Cocada, leche con coco, barra de jamoncillo cubierto con nuez, jamoncillo relleno con nuez, rollo de guayaba relleno de cajeta y nuez picada, oblea de higo, queso de nuez, rollo relleno de fruta, nuez garapiñada, conitos, coco con piña, coco con pasas y hasta los tradicionales abuelos –llamados así en honor a las personas de la tercera edad que antes salían a las calles comiendo un piloncillo- son algunos de los dulces elaborados en una casa de la colonia Zaragoza, y vendidos al público en un local de Soriana Coss.

HASTA EN LA BODA DE LUPITA JONES

Arturo Lozano, nieto de don Julián, cuenta varias anécdotas que le han hecho darse cuenta de la importancia que Dulces Lozano ha ganado en la tradición saltillense. Una de ellas es que sus dulces fueron aperitivo en la boda de la Miss Universo Lupita Jones con el empresario Simón Charaf en 1993.

Recuerda también que en una ocasión una llamada telefónica sorprendió a su madre, quien apoyaba en la elaboración de dulces, pues una persona le solicitó una cantidad exorbitante, que costaba muchísimo dinero. Colgó y pensó que se trataba de una broma, pero a los pocos días nuevamente le llamaron para confirmar el pedido, y hubo que poner manos a la obra.

“Todos nos pusimos a trabajar, recuerdo que mi papá le llamó a sus hermanos y sobrinos para que cada quien hiciera algo desde donde estuviera, al final logramos sacar todo el pedido”, cuenta Arturo.

Pero el recuerdo que más tiene presente sucedió hace unos años, cuando ayudaba a su hija a buscar un mapa de Saltillo en internet, y en el sitio en donde lo encontró había varios comentarios respecto a nuestra ciudad, refiriéndose uno de ellos a Dulces Lozano.

“Yo soy orgullosamente de Saltillo, muy lindo y tranquilo, visítenlo no se arrepentirán. Aunque se le extraña, sobre todo los Dulces Lozano, (los de nuez y glorias)”, publicó un usuario en el blog.

Arturo Lozano sigue aún con esta tradición, y al cumplir 90 años sabe que es un reto el continuar y llegar al centenario, pero confía en que lo logrará. Cada día sale con gusto al establo a comprar la leche y empieza después con la elaboración de los dulces, a rayar coco, a pelar nueces y picarlas, y después a darle forma a lo que después podemos disfrutar en varios bocados.

Y aunque la tendencia a consumir menos azúcares va al alza, Arturo confía en que la  venta del dulce tradicional seguirá en Saltillo, y podrán seguir elaborándolos y enviándolos a muchos lugares del mundo, como Brasil, Estados Unidos, China y Japón, como ya lo han hecho en algunas ocasiones.

Publicado en El Heraldo
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