Puerto Rico: publicidad devenida en arte

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Mientras se transita por las vías públicas locales, o de cualquier otra parte del mundo, se observa propaganda de todo tipo. Buena, mala y aquella que quizás te hace reducir la velocidad para observarla detenidamente por la novedad que representa.

La ondeante bandera de Puerto Rico en la autopista 22 en dirección a San Juan, en su momento, rompió con el modelo de imágenes y textos que tradicionalmente impulsa la publicidad. La monoestrellada provocó intriga. ¿Quién izó la bandera? ¿Propaganda política? Trascendió luego que se trató de una firma que confecciona banderas.

Buscando esa reacción de impacto, la marca de cervezas Coors Light se unió nuevamente al artista puertorriqueño Juan Ramón Gutiérrez para “refrescar” las vallas publicitarias o los conocidos “billboards”, específicamente uno en el pueblo de Fajardo y otro en Isabela.

Ramón Gutiérrez trabaja el arte urbano. Su estilo gráfico es “sin rodeos”, fácil de captar a velocidad. Lo particular de esta comisión es que el arte de cada valla lo pintó a mano, con látex. No entró en el juego la tecnología digital, al menos en esa etapa.

“Ellos me están dejando expresarme y yo utilizar eso como cualquier otra pared de la ciudad”, dice el artista sobre las dos piezas creadas, “Cuerpos” y “Astronauta”. “La de Fajardo son unos torsos, y como allá están Las Cabezas de Fajardo, la idea es hacer esa alusión de los torsos de las cabezas y el fondo tiene unas líneas onduladas parecidas a la topografía del Yunque”, detalla el gestor de la plataforma The Stencil Network.

En la valla de Isabela se tomó una “licencia creativa” más experimental, y ubicó un astronauta junto a unos extraterrestres. “Es más surfer, más universitario”, precisa de la jovialidad de la pieza, con la que además plantea la búsqueda de respuestas que persiguen los estudiantes.

Cada valla tiene una medida de 58 pies de largo, 72 de alto y 14 de ancho. Ambos artes fueron colocados desde una grúa en medio del tráfico cotidiano por esas zonas del norte y este de la Isla.

Arnaud Cahen, director de mercadeo de MillesCoors, explicó que esta manifestación de arte urbano será convertida al moderno GIFITI, de modo que ambas pinturas se trasladarán a la tecnología digital para darle movimiento. Para ello se han ido tomando fotografías de distintas etapas (o capas) en el proceso creativo, que luego se sobreponen para un movimiento constante. Esa técnica solo estará disponible para las plataformas digitales de la marca.

Los transeúntes y conductores curiosos podrán ver estas piezas hasta el 15 de noviembre.

Publicado en El Nuevo Día

 

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