Ecuador y Bolivia fusionan encuentro intercultural andino

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Mientras el teatro de la Casa de la Cultura del Azuay, la noche del viernes, se llenaba paulatinamente con familias, grupos de amigos y una gran cantidad de personas que acudió a ver el espectáculo “Encuentro Binacional de Música y Danza CH”AMAMPI”, al interior, en los camerinos, jóvenes danzantes cumplían un ritual previo a salir a escena.

Vestidos con coloridos trajes, hombres y mujeres, le pedían permiso a la Madre Tierra para bailarle evocando la danza tradicional y la música andina; formaron un círculo y en el centro pétalos de rosas dieron forma a una cruz andina, y adentro, un cuenco del cual emanaba fuego.

El cuencano Juan Carlos Culquicóndor, de 27 años de edad, co-organizador del encuentro que r, reveló que detrás de esta gigante escenografía hubo cuatro meses “arduos y duros” de preparación, pues no es solo ensayar cada coreografía, sino coordinar toda la gestión y producción de la obra, y revela que el mayor respaldo lo recibieron de la empresa privada.

Comunidades

Los géneros musicales sanjuanito y pasacalle y el folklórico tinku fueron los invitados especiales a esta velada que duró una hora y 40 minutos, y en cuyas tablas no solo hubo la tradicional zapateada (ritmo vivo), sino composiciones artísticas con vivencias de comunidades como el compartir un plato de cuy, mote, chicha…

La agrupación de danza tradicional “Cuenca Danza Popular” salió al entablado con una vestimenta otavaleña, y al ritmo de un pasacalle sus integrantes presentaron una propuesta con una visión más mestiza, lo que ellos denominan “etno contemporánea”, es decir, más que una variante en el atuendo, la plantearon -un poco- en la estructura de la composición coreográfica.

Cuenca Danza Popular, cuyo fundador es Culquicóndor, tiene dos años de trayectoria formando un proceso artístico con jóvenes que fomentan la parte andina del Ecuador con el sentir de la danza tradicional. Es un grupo integrado por varias figuras públicas como Geovanna Carolina Espinoza, Chola Cuencana.

Y en un acto intercultural, salió a ejecutar la agrupación “Amigos Millonarios” que representaron la fusión de dos territorios: Angochagua-Imbabura y Olmedo-Pichincha. Enseguida el vecino país Bolívia estuvo presente con la “Compañía Internacional de Danza Oruro”, creada en 2011 y que compartió lo muy propio de ellos, su danza y cultura.

Con el tinku (ceremonia de carácter ritual entre poblaciones del norte de Potosí Bolivia, casi parecida a la que se desarrolla en Ecuador en las fiestas de Pucara), hombres y mujeres destacaron sus polleras, sus caporales, sus cascabeles, pero fueron más allá: desarrollaron la saya, danza afro-boliviana. También actuó Oruro filial Cuenca, mentalizado por Lucía Torres, para difundir la danza boliviana en Ecuador.

Coplas

En sí esta presentación artística fue una serie continua, la primera fase de danza; luego otra forma de intercambio, los saberes de cada puesta en escena; y hubo la música de los “Amigos Millonarios” que llevaron su sanjuanito auténtico con la misma zapateada, tonada, coplas…que se cumplen en sus comunidades.

Además del conocido Grupo de Danza Tradicional de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS) de Cuenca que sorprendió con su obra Cruz Andina o Chacana, que transmite energía; estuvo el Grupo de Danza Colibrí de Fuego, conformado por estudiantes de la Unidad Educativa Corazón de María de las Madres Oblatas, que presentaron la obra “Saraguro Querido” pero en base a una investigación que las misma estudiantes realizaron sobre las expresiones artísticas ecuatorianas.

Publicado en El Mercurio
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