El nuevo ministro de cultura de Argentina, Pablo Avelluto, presentó su equipo ministerial

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Por NodalCultura

Con el comienzo del verano en el hemisferio sur, bajo un sol que se hacía sentir en los bellos jardines del Museo de Arte Decorativo de la ciudad de Buenos Aires, el ministro de Cultura de Argentina Pablo Avelluto presentó a los miembros del gabinete que lo acompañará durante su gestión. En el mismo acto y con discursos breves, los funcionarios informaron cuales serán los ejes de trabajo para cada área.

Avelluto, presentó a los funcionarios que integrarán la renovada estructura del organismo. Según sus palabras su acción al frente del ministerio apuntará a mostrar la diversidad de opiniones y expresiones existentes en todo el país, potenciar el patrimonio cultural, fomentar la creatividad y la innovación, y promover las manifestaciones culturales en el ámbito federal y el exterior.

El Ministro destacó la presencia de las autoridades de cultura de todas las provincias del país, para afirmar que uno de sus principios “es un enorme compromiso federal y de trabajo cooperativo con todas las provincias de la Argentina”. Luego de una corta descripción de objetivos, Avelluto mencionó a los tres secretarios de Estado que conformarán su gabinete: Enrique Avogadro, quien encabezará el área de Cultura y Creatividad, Américo Castilla, que estará al frente de Patrimonio Cultural, e Iván Petrella, a cargo de Integración Federal y Cooperación Internacional.

Enrique Avogadro detalló que se trabajará en la promoción cultural hacia el resto del país, haciendo foco en “lograr una planificación para cada ámbito de las artes que surja del consenso con los sectores representados”. Afirmó que, en concordancia con el objetivo de Pobreza Cero que el presidente Macri instaló como uno de los tres objetivos principales de su gobierno, “abordaremos el eje cultura e inclusión –continuó–. Entendemos que la cultura construye ciudadanía y genera derechos.” Su trabajo no solo será facilitar el acceso a la producción cultura por los habitantes de todo el país, sino estimular la producción social de la misma. “La cultura no es solo la que produce el Estado, sino la que produce la propia sociedad a través de sus organizaciones y de las personas que despliegan sus capacidades”, afirmó. Finalmente se refirió apenas mencionándolo el tema que parece será centro de la gestión ministerial, la concreción de una Ley de Mecenazgo.

Iván Petrella, en tanto, presentó las dos principales metas de la Secretaría de Integración Regional y Cooperación Internacional: “Nuestra oferta cultural y el desarrollo cultural del país no están federalizados; por eso, uno de los objetivos será mejorar el déficit de acceso a bienes culturales que existe en muchas regiones del país”.

“Por otra parte, pensamos que hace falta internacionalizar nuestra cultura, ya que hay muchos lugares del mundo a las que no llega. Queremos llevar el potencial cultural argentino a todos los rincones del planeta”, añadió el flamante secretario.

El equipo de Cultura se completa con Carmen Porqueres de Sycz (subsecretaria de Gestión Patrimonial), Débora Staiff (subsecretaria de Cultura Ciudadana), Andrés Gribnicow (subsecretario de Economía Creativa) y Sergio Di Fonzo (subsecretario de Coordinación Administrativa).

Patrimonio Cultural, uno de los sectores destacados en la nueva estructura ministerial

El secretario de Patrimonio Cultural Américo Castilla, destacó en la breve presentación la creación de 3 subsecretarías: de Museos, de Temas Patrimoniales y de Investigación. Esta organización, destacó, tiene como objeto “hacer los museos accesibles para todos los ciudadanos del país, creando una oferta empática, atractiva, que expanda la curiosidad de nuestros conciudadanos”.

NodalCultura conversó con Castilla a propósito de su presentación. Su visión tiene un foco central en la reconfiguración de las políticas museísticas, para transformarlas. Para la cuestión del patrimonio y los museos requiere “Pensar desde un punto de vista contemporáneo. No se trata de cuidar cosas viejas. Se trata de armar espacios inclusivos donde la gente sepa reinterpretar no solo los objetos bellos, sino lugares como son los museos, los sitios patrimoniales, los sitios arqueológicos, como algo que les pertenece y donde pueden volcar su propia sensibilidad afectiva, motriz, social. Deben ser espacios de vinculación”. Destacó el desconocimiento que se tiene respecto del modo en que las personas se acercan a estos espacios y por lo tanto entiende que es fundamental “conocer a los visitantes y a los no visitantes. No hay trabajos cualitativos de la demanda. Por lo tanto es muy difícil satisfacer esa demanda cuando faltan datos. Hay que hacer un trabajo muy amplio en todo el país en cuanto al consumo cultural y cuál es el potencial de ese consumo cultural. Yo creo que es muy bajo en relación con lo que podríamos tener.”

Coincidentemente con las nuevas teóricas y prácticas en materia patrimonial, el secretario destacó que el patrimonio inmaterial ya está definitivamente incorporado a las agendas. “Antes no era considerado como tal. Esto pone a la cultura en un lugar nodal para interpretar las necesidades, las costumbres, las coyunturas, los hábitos, las esperanzas, los anhelos. Antes mostraban “cosas lindas” en la cultura, ahora se trata de interpretar esas cuestiones vitales de la gente. El patrimonio inmaterial es un gran vehículo para lograrlo”, afirmó

Tanto el ministro como los tres secretarios destacaron una fuerte vocación federalista al describir como imaginan sus gestiones. Sobre el particular Castilla destacó algunos proyectos, como el Qhapaq Ñan -El camino principal andino-. Para el funcionario “es un ejemplo maravilloso de federalización, donde trabajaron las siete provincias por dónde anduvieron los Incas, de una manera conjunta, no solo con los técnicos de cada una de ellas, sino también con las comunidades locales. Ese ejemplo es para mí fundamental para usarlo como caso de estudio, para hacer de ese modo muchos otros. O sea, trabajar en un plano de igualdad y no ir a llevar una banda a Santiago del Estero a que toque. Para hacer eso no hace falta un ministerio de cultura. Hace falta poder generar este diálogo. Todo el mundo está produciendo cultura, cada pueblo a su manera. La cuestión es valorizarla y crear ámbitos de reflexión y diálogo”

En este sentido es sabida la tensión que produce la patrimonialización o puesta en valor del patrimonio cultural cuando termina sirviendo como espacio de explotación comercial, en lugar del desarrollo de una política cultural. El secretario reconoció que ese riesgo existe y que en muchos casos, como el de la Quebrada de Humahuaca, el valor “que agregan estos procesos en la cultura, no es el valor que uno quiere. A veces agrega valor económico solamente. Lo importante en estos casos es tener la inteligencia y la capacidad de generar valores que vinculen, no que separen.” concluyó

 

 

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