Hebe de Bonafini (Argentina)

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Por NodalCultura desde
San Miguel de Tucumán
Al día siguiente de su participación en el Foro Nacional y Latinoamericano, Hebe de Bonafini, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, dialogó con este sitio sobre los aspectos principales del momento político que vive la Argentina, remarcó sus diferencias con Daniel Scioli -el candidato a presidente por el oficialismo-, sin dejar de apoyar al proyecto kirchnerista en curso, elogió a las nuevas generaciones que se acercaron a la militancia en estos años y se refirió a la complicidad civil con la dictadura que asoló al país como el tema que se debería incorporar de lleno en la agenda de la política de Derechos Humanos.

Durante los primeros años de lucha de las Madres, cuando se enfrentaron a la dictadura, muchas comenzaron a asumir una conciencia política y a formarse en medio del dolor y la angustia por la desaparición de sus hijos. ¿Cómo era tu mirada de las cosas antes del punto de inflexión trágico que supuso la dictadura y la desaparición de los treinta mil?
Yo ayudaba mucho a mis hijos, más como madre protectora que entendiendo lo que hacían. Había un compañero de mis hijos guardado, escondido, Venía mi hijo y me decía: “Mamá, hay que llevarle algo de comida, ¿vos te animás? sí”. Mi casa estaba llena siempre de compañeros de mis hijos. Fui entendiendo la entrega de ellos, lo que cobraban de su trabajo enseguida lo ponían para lo que les hiciera falta a sus compañeros. Mi hijo más chico tenía dos trabajados y con un sueldo le daba todo a un compañero que estaba escondido. Mi marido era más conservador, no se daba cuenta de lo que pasaba. El amor y la solidaridad por los demás que tenían los militantes de la generación de mis hijos era algo impresionante.

¿Cuánto de la militancia de Sus hijos desaparecidos se retomó con la irrupción de las juventudes que se politizaron en estos años?
Es otra época. Tenemos una militancia hermosa, preparada y formada políticamente: lo que falta es que se termine de arraigar un sentido de solidaridad más profundo porque el sistema capitalista genera mucho egoísmo, mucho individualismo. Ocurre que hay otro tipo de necesidades: no hay nadie que le falte la casa porque está en riesgo, lo buscan y tiene que mudarse como pasó con la dictadura. A alguno le faltara la casa porque no tiene trabajo, aunque cada vez son menos por suerte, pero no porque tengas que estar escondiéndote. Hay que disfrutar que podés decir lo que querés, salir a la calle y decir lo que se te ocurre y esa libertad hay que disfrutarla. Me parece muy bien que los pibes disfruten del clima fresco que se respira en la Argentina de hoy. Y, además, están muy formados los pibes. No hay país en el mundo que tenga la cantidad de militantes que tenemos acá. Hay que seguir apostando a que el proyecto nacional y popular continúe en el tiempo y que la organización colectiva se vaya consolidando como pide nuestra presidenta.

con hebe

En su exposición en el Foro Nacional y Latinoamericano, criticó al candidato a presidente del peronismo-kirchnerismo, Daniel Scioli, aunque dijo que se siente parte del Frente para la Victoria y que respalda a la fórmula que también integra Carlos Zannini. ¿Tiene confianza en que Scioli no traicionará los elementos principales del proyecto político conducido por Cristina Fernández de Kirchner?
Confío en lo que dijo Zannini: que Scioli ha cambiado. Bueno, ahora va a tener que demostrarlo.


¿Cómo piensa que la militancia va a encarar el recambio de gobierno que se viene?
Creo que esta militancia se va a encargar de garantizar las condiciones para contener a Scioli y que no se mande ninguna. Está en nosotros seguir avanzando, que no retrocedamos. No hay que tener miedo a decir lo que no se haga bien. Reconozco que la elección de Scioli es la solución que encontró el gobierno y no discuto eso. Pero sí discuto el hecho que Scioli no me inspira confianza. Y cuando vos no le tenés confianza a un dirigente, tenés miedo que se mande una de las tantas que nos han pasado con los Moyano, los Cobos, los Lousteau, etc. Y la juventud también piensa como yo: hablo mucho con los pibes y sé que lo que no nos llegue a gustar tenemos la obligación de cuestionarlo. Esto es como la duda que te agarra cuando podés tener una enfermedad y hay que actuar preventivamente. Yo voy a seguir diciendo lo que pienso y siento. Me parece que esa es la obligación de todos los que queremos que no haya marcha atrás. Y Zannini es muy inteligente para eso, él me despierta muchísima confianza.

¿Cuáles cree que son los desafíos y las cuentas pendientes en el país?
 Lo que hay que cambiar es el tema de la educación. Yo no entiendo nada porque no terminé la escuela, pero pienso que la secundaria hay que modificarla bastante para que se enseñe mucho más sobre nuestra historia, la historia nacional y latinoamericana. Y, también, se debería hacer un curso anterior a la universidad para que los pibes sepan elegir qué carrera realmente quieren hacer y no que el papá les diga por mandato: tenés que ser médico, periodista, o lo que sea. Y, también, hay que darle la posibilidad al pibe que, si se equivoca de decisión, puede cambiar de carrera pero no lo hacen porque están muy presionados por las familias y por el mismo sistema.

En relación a las políticas de Memoria, Verdad y Justica, ¿cómo cree que debería continuar?
Hay que empezar con los juicios a los responsables civiles de la dictadura. No es que Videla lo puso a Martínez de Hoz, sino que Martínez de Hoz lo puso a Videla. Eso es lo que tenemos que entender y que a las Madres nos llevó tiempo comprenderlo. Hay muchos grupos de poder, familias oligarcas, que fueron los que llevaron al poder a los militares y ahora votan a Macri. Nosotras vamos a hacer un juicio ético y político en la Plaza de Mayo contra los sindicalistas cómplices. Tenemos que seguir destapando la olla, alguien lo tiene que hacer.

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