El arte entre el cuerpo y el objeto

afiche Karla Herencia
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La exposición Corpórea Resistencia reúne una serie de trabajos de la artista plástica Karla Herencia, que mezclan y funden los límites entre técnicas y materiales, constituyen una búsqueda de vínculos conceptuales entre el cuerpo y el objeto, un lugar de exploración y experimentación de la apariencia y cualidades de la materia y sus alcances significativos.

La exposición “Corpórea Resistencia”,  tendrá lugar a partir del 7 de diciembre al 22 de enero del 2016, en la Galería Sophia Wanamaker, en el Centro Cultural Costarricense-Norteamericano. En San José, Costa Rica y la misma surge de un proyecto de investigación que vincula el Centro Cultural con la Universidad Nacional.

Formas y pensamiento en la obra de Karla Herencia

Por Efraín Hernández Villalobos

En la actualidad los jóvenes artistas se alejan de las maneras  modernas de hacer arte e incursionan en formas y procesos de producción de imagen que responden a nuevas necesidades de expresión y proyección social.

Las formas artísticas emergentes conectadas con  las prácticas de la posmodernidad llevan a los artistas noveles a buscar aquellos materiales y procesos que son importantes -no importa su naturaleza- como vehículos de transmisión de los conceptos y discursos que desean plantear al público.

Desde esta perspectiva cualquier materia es susceptible de ser transformada en material para la comunicación por medio del arte. De igual manera, los procedimientos de construcción y elaboración de las propuestas revestirán formas varias en las cuales priva la sujeción al concepto que mueve al creador en direcciones múltiples para lograr su objetivo.

La obra de Karla Herencia, resultado de un serio y sistemático proceso de estudio, transita por estos senderos, interesada en comunicar  ideas relacionadas con asuntos vinculados a la cultura y a la sociedad de nuestro momento. Algunos elementos presentes en los procesos deconstructivos basados en la teoría crítica se vislumbran como ejes que modulan el trabajo artístico de Herencia.

En Corpórea resistencia, título que la autora a dado a su muestra, se delinea un espacio o lugar de visualidad invadido por la ambivalencia y la idea de la transformación.  Desde un punto de partida que recuerda lo orgánico y el cuerpo sin llegar a serlo totalmente, Karla construye objetos que entendemos desde la noción de la plástica regida por el color, la textura, la forma y el manejo del espacio. A pesar de esta condición, las piezas resultantes no semejan las formas visuales propias del arte moderno. Si tuviésemos que señalar vínculos con algún referente a nivel de historia del arte será posiblemente el nombre de Eva Hesse el que pronto acuda a nuestra mente. La condición “informe” y “orgánica” quizá visceral para algunos,  es aquella que mejor se vincula con la obra de Herencia.

A la autora le interesa la construcción de híbridos que habitan en territorios situados más allá de las categorías de objeto o pintura y que están imbuidos de una identidad formal que los asocia con lo corporal. Esta idea de cuerpo trasciende  la noción de lo físico-orgánico  porque  Herencia le dota de sentidos relacionados también con aspectos socioculturales presentes  en nuestro imaginario como evocación vinculada con la organicidad corpórea.

La sensación de lo incierto permea las piezas como intención dirigida a despertar la tensión y yuxtaposición de materialidades y sentidos que se extienden hasta incorporar los mundos de lo individual y  lo social. Lo artesanal y lo artístico, el artificio y lo natural, la certeza y la ambigüedad se transmutan en juego constante en la mente del espectador.

Por otra parte, la autora establece una relación de contraste entre los procesos mecánicos, típicos de la producción industrial, de cuya acción resulta el deshecho y los procesos de los reinos de lo artístico y lo artesanal que son fundamentalmente el resultado de un trabajo manual. En este nivel de la propuesta se polarizan acciones humanas de creación y destrucción como actividades que revelan aristas de los usos sociales, económicos y de atribución de sentido.

La investigación realizada por Herencia para concretar esta muestra se informa de nociones  que nacen del contacto con estudios sociológicos asociados con el deshecho. Esta dimensión que abarca aspectos de la economía, la sociedad y la cultura contemporáneas plantea la idea de la actitud frente al deshecho, despojo no deseable pero que es; sin embargo, parte del proceso de crear objetos prestigiosos y deseables. Así se revelan las contradicciones y tensiones sociales entre aquello que es aceptado y aquello que se descarta o rechaza como indeseable.

Los materiales que Karla emplea, al cambiar de “lugar cultural” y ser propuestos dentro de la esfera del arte, se regulan, se recuperan e ingresan a un régimen de estatus que opera a manera de metamorfosis que re-significa su condición material de despojo. Al realizar esta operación transformadora de sentido y condición Karla “inventa” una re-generación o “normalización” que se da en el paso de una condición a otra. Al ingresar al orden de la visualidad, esta reciente “invención” genera una paradoja que permite reflexionar sobre las asignaciones de significado y sobre los usos de materiales y objetos en el seno de las dinámicas de la cultura.

La autora afirma sin embargo que su intención no es la de “normalizar” sino más bien la de “evidenciar que lo  que se considera normal  puede ser tan anormal como viceversa”. Herencia reconfirma; “las percepciones de una u otra cosa se desbordan”, en el ámbito de la experiencia vivencial –piensa la artista-  percepción de realidad y realidad misma constantemente  se desplazan, los objetos y los cuerpos ponen a prueba las convenciones que se construyen acerca de ellos.

Herencia afirma con respecto a sus obras : “Para mí la obra de arte es un instrumento para reflexionar sobre el proceso de significación, por lo que intento crear modelos de conectividad, es decir formas que materializan y posibilitan enlaces entre las cualidades físicas (matéricas) del objeto,  con las proyecciones subjetivas (psico-emocionales) estimuladas  por medio de las percepciones sensoriales de un sujeto”  – Esto es lo que Herencia entiende por “corporalización” de lo que sucede a partir de él y en él. La autora declara que en este proceso intervienen también dimensiones espaciales, “entendido esto como todo aquello que arroja el entorno o sistema en el que se insertan cuerpos y objetos”.    

Para lograr este propósito, Karla destaca en sus obras en particular  “los objetos rebeldes que ponen a prueba los sistemas a los cuales pertenecen (desecho y objeto artístico)” a su vez, enfatiza “los cuerpos que desafían los cánones y las convenciones sociales” creando las áreas de ruptura con una acción disruptiva que se convierte en eje de su propuesta.

A la autora le interesa pensar su trabajo plástico desde el ámbito de lo experimental, la exploración y el cambio constante. La configuración formal de sus piezas respira esta condición  y concede a  las obras una dimensión que entiende lo artístico como “cuerpo vivo” en constante resistencia contra las categorías que le puedan clasificar como una cosa u otra. El corazón de esta propuesta insiste en lo indeterminado, territorio en el cual las cosas parecen y sugieren, pero no son  aquello en lo que nos hacen pensar.

Lo familiar y lo insólito, lo frágil y lo estable, lo natural y el artificio, lo animal y lo humano, el orden y lo aleatorio, lo visceral y lo plástico-visual se conjugan como una crisálida dispuesta a transformarse en cualquier momento para sorprendernos nuevamente con distintas e  inesperadas metamorfosis.

 

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