Argentina comienza la restitución de piezas arqueológicas a Perú y Ecuador

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Argentina comenzará la restitución de piezas arqueológicas de mayor envergadura de su historia, con la entrega a Perú y Ecuador de más de 4.500 objetos ingresados ilegalmente al paí­­s y custodiados durante 15 años por el Instituto Nacional de Antropologí­a y Pensamiento Latinoamericano (Inapl) a la espera de esta devolución, que llega tras el compromiso anunciado el último año.

Por cuestiones «estrictamente burocráticas» y «sin ningún trasfondo político», explicó Américo Castilla, secretario de Patrimonio Nacional del Ministerio de Cultura, la restitución prometida en agosto de 2015 finalmente despegará hacia sus países, del que fueron extraídas por redes de tráficos de bienes culturales. La primera tanda viaja mañana a Quito y reúne 439 piezas, la segunda, con unas 4150 más una momia, será a fines de enero con destino a Perú.

Así, Argentina corona la restitución de mayor cantidad y sobre todo mejor calidad de objetos -casi todos en completo estado- realizada a otro país e inaugura la devolución entre estados latinoamericanos.

«Es un hecho inédito dar sin que te pidan. Y esto es algo que ha sucedido acá, y por primera vez sin reclamos internacionales, sin litigio, al contrario, con la idea de compartir», destacó Castilla.

Las piezas ingresaron ilegalmente al país y fueron recuperadas por la Policía Aeronáutica en el año 2000. Desde entonces, con no pocas intervenciones judiciales, pasaron a ser custodiadas y cuidadas por el Inapl, que desde 2003 es el órgano de aplicación de la ley 25.743 de Protección de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico que concreta la entrega bienes de valor histórico y científico a sus verdaderos propietarios.

Son esculturas eróticas, apoya cuellos, textiles (gasas, telas bordadas), vasijas trípodes, y la mayoría de carácter ceremonial dado que los objetos creados para usos específicos son los más pedidos en el mercado. «Son piezas de un valor fenomenal, y no sólo de valor económico. Las piezas de la cultura Valdivia de Ecuador son consideradas las más antiguas de Latinoamérica», subrayó Castilla.

«Del 3.600 al 1.800 antes de Cristo, son de un valor incalculable, pertenece a lo que se conoce como el origen de la cerámica moderna», agregó Diana Rolandi, a cargo del Inapl, el instituto dependiente de la cartera de Cultura que por más de 15 años protegió y conservó los objetos. «Sabíamos que teníamos bajo nuestra responsabilidad una colección excepcional y representativa de Ecuador, pusimos mucho esfuerzo en su cuidado», rescató la arqueóloga.

En este sentido, Castilla consideró que el secuestro de las piezas por parte de la Policía Aeronáutica, que más tarde sumó el trabajo de Interpol «facilitó la creación de una nueva ley y su sanción cambió la cultura: antes era muy común ver una urna santamariana en alguna casa, daba cierto prestigio social a quien la tuviera. Pero a partir de la reglamentación esos objetos empezaron a desaparecer, cambió la cultura».

Por eso, argumentó y reiteró Rolandi, «el saqueo de sitios arqueológicos destruye la historia y no le permite al investigador explicar una cultura, porque cuando se busca una pieza se destruye todo el entorno, es el contexto lo que a nosotros como investigadores nos permite reconstruir el pasado. Las piezas por si solas son maravillosas estéticamente pero no dicen nada sobre el pasado».

«Se acabaron las ventas, al menos públicas, como se hacía en la calle Defensa o Florida. – aseguró Castilla y reconoció- por supuesto, como el tráfico de drogas y la prostitución son ejercicios que van a continuar, aunque se limitó bastante con la creación del Comité de Tráfico Ilícito de Bienes Culturales». Por eso, celebró, la restitución «es un reconocimiento a un trabajo de hace muchos años atrás y que tiene un final feliz».

Publicado en Télam
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