El noruego que asiló a chilenos durante la dictadura de Pinochet

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Las instrucciones de su tío fueron claras: él y su hermana debían ir a cierto almacén y hacer como que la vitrina de dulces los abducía, mientras esperaban a que un hombre rubio, de piernas largas y ojos cóncavos, se les acercara y condujera hasta la embajada de Noruega. Hacía un mes que las fuerzas militares habían derrocado al gobierno de Salvador Allende. Rodrigo Malbrán, último director de la Escuela de Teatro La Mancha, tenía 11 años -y 7 su hermana- cuando esa mañana de octubre el recién designado embajador noruego, Frode Nielsen (1923), apareció en sus vidas.

Tomados de su mano, los Malbrán llegaron hasta la vieja casona blanca, en Las Condes. Las puertas se abrieron de par en par, y avanzaron hasta el living. A lo lejos, vieron las siluetas de varios hombres y mujeres que los esperaban, entre ellos sus padres, a quienes no veían desde el Golpe, cuando pidieron  asilo en una de las embajadas extranjeras en Chile que protegía a los primeros desertores.

“No tuvimos mucho contacto con él, pero salvó mi vida y la de mi familia”, dice Malbrán, a días de estrenar El embajador en el GAM, un homenaje a ese hombre -hoy de 92 años, ya retirado de la diplomacia-, con quien se reencontró durante su estadía en Noruega. “Celebramos juntos sus 90 años, y aunque está perdiendo la memoria, sabe que esta obra es para él, en agradecimiento a su valentía por haber arriesgado incluso su propia vida”, agrega.

El proyecto partió hace ya tres años, tras el cierre de La Mancha, en 2012, cuando Malbrán volvió a Noruega para trabajar en la Universidad Nord Trondelag. “Discutíamos con mis alumnos qué obra montar y decidí que era mejor retornar a Chile con algo nuevo y personal”, dice. Para la escritura del texto recurrió a Andrea Gutiérrez (La Mona Ilustre), ex alumna y docente de La Mancha.

El montaje, producido por la Embajada de Noruega y la U. Nord Trondelag, tendrá a 15 jóvenes actores escandinavos en escena, encabezados por Erlend Haugen, quien encarnará a Frode Nielsen, quien entre 1975 y 1982, en sus años como embajador, asiló a un centenar de chilenos en el segundo piso de la casona en Las Condes. La obra tendrá seis funciones, todas en noruego y subtituladas en español.

“Nos centramos en la historia real de Mireya, una chilena revolucionaria que estuvo presa un año antes del Golpe de Estado, y en cuyo exilio participaron desde las monjas hasta la ministra de Justicia de Pinochet, Mónica Madariaga, quien también aparece en escena”, cuenta Malbrán. Tras su debut en Chile, agrega, El embajador partirá al Festival Internacional de Bergen, Noruega, donde Frode Nielsen asistirá a una de las funciones. Luego, en noviembre, ya de regreso en Chile, reabrirá la escuela fundada por su padre, Ernesto. “Ampliaremos la carrera a tres años en lugar de dos, como era antes, y repondremos este montaje”, dice. “Aunque esté en noruego, posee mucho del lenguaje de La Mancha, su gestualidad, visualidad, el uso de máscaras y los coros actorales. El idioma, por tanto, pasa a un segundo o tercer plano”.

Publicado en La Tercera
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