#YoTengoDerecho

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En el marco de la celebración del Día contra la Homofobia, Lesbofobia y Transfobia -el 17 de mayo-, el Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica presentó la campaña Yo Tengo Derecho que tiene como objetivo promover la eliminación de cualquier tipo de discriminación hacia esta población, así como el reconocimiento de sus derechos.

Esta campaña se publicará en redes sociales con el hashtag #YoTengoDerecho. Pretende mostrar a la población en general la cotidianidad de las personas LGBTI y hacer conciencia sobre su derecho a una vida plena como todos los ciudadanos.

“Buscamos a parejas diversas sexualmente y les pedimos que escogieran una situación cotidiana que ellos y ellas usualmente realizan, para retratarlas. Así, captamos imágenes de parejas gays, lesbianas y trans en actividades comunes de la vida diaria como haciendo compras en la feria del agricultor, caminando por la calle, desayunando o haciendo música”, explicó Paula Antezana, Representante Auxiliar del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y Presidenta del grupo temático de ONUSIDA, encargado de la campaña.

Las fotografías se complementan con las historias y testimonios de los protagonistas, en las que relatan cómo se han ido abriendo paso dentro de una sociedad llena todavía de perjuicios, que constantemente los discrimina y señala.

“Son historias inspiradoras que nos hacen comprender la lucha que llevan a cabo al enfrentarse diariamente a una serie de mitos y prejuicios. Conocerlas desde sus espacios cotidianos nos ayuda a respetar sus derechos y, de esa manera, a construir una Costa Rica más inclusiva”, concluyó Antezana.

Paso a paso

De acuerdo con las Naciones Unidas, son muchos los desafíos que persisten en distintas partes del mundo incluyendo Costa Rica, donde las personas gays, lesbianas y transexuales enfrentan a diario situaciones  maltrato, violencia y discriminación.

Montserrat Solano, Defensora de los Habitantes, expresó que Costa Rica tiene el reto de erradicar cualquier manifestación de discriminación contra las personas LGTBI y, la educación representa la herramienta fundamental para la construcción de espacios de respeto entre las personas.

Alice Shackelford, Coordinadora del Sistema de Naciones Unidas, expresó la necesidad de tomar las medidas necesarias para erradicar de una vez por todas, la discriminación hacia la población LGBTI.

“El estigma, la discriminación y la violencia contra personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales,  pueden ser eliminados sólo si propiciamos un ambiente favorable en el cual todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto hacia sus derechos. Todas y todos contamos por igual, independientemente de nuestra orientación sexual o identidad de género”, agregó.

Igualmente, reconoció los avances que ha tenido Costa Rica en materia de derechos de las personas de la comunidad LGTBI.

Sin embargo, enfatizó en que hay mucho trabajo por hacer y el país aún tiene pendientes sobre este tema, como por ejemplo la aprobación aún pendiente del proyecto de ley de identidad de género y el proyecto de uniones civiles de personas del mismo sexo.

Los protagonistas

La campaña Yo tengo derecho presenta una pequeña recopilación de testimonios e historias de parejas LGTBI, narradas desde la auto aceptación, el presentarse ante la familia tal cual son y el empoderamiento de sus propias vidas.

Luis Diego Araya y Jordan Mora

“Yo tengo derecho a mostrar afecto en público”

Jordan Mora y Luis Diego Araya, son dos jóvenes de 21 años que provienen de zonas rurales de Costa Rica y ambos tienen grandes proyectos profesionales.

“Yo desde siempre supe que era gay, desde pequeño me gustaron los hombres. Supongo que era muy afeminado, mis compañeros me decían ‘mujercita’. Pienso que mi mamá siempre lo supo, me lo preguntó alrededor de ocho veces y siempre le dije que no”, relata Jordan, quien es oriundo de Katira, Guatuso, en la zona norte del país.

“A mí me gustaba hacer danza y cosas creativas, y la gente le decía a mi mamá que su hijo era ‘diferente’. A los 13 años le dije casi llorando que yo era así, ella me dijo que estaba confundido, pero yo necesitaba contarlo y después de eso me sentí bien”, cuenta Luis Diego, quien se crió en Nuevo Arenal de Tilarán.

“Para las personas que venimos de zonas rurales es mucho más difícil porque los pueblos están súper chapados a la antigua y uno está muy reprimido. Cuando llegué a la sinfónica los compañeros me veían diferente, seguro no sabían qué esperar de mí. Pero ahora me siento como una persona muy querida ahí”, concluye Jordan.

 

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Eunice Montero y Paola Segura

“Yo Tengo Derecho a disfrutar  del amor”

Eunice se casó a los 20 años y es madre, cuenta que intentó y luchó por seguir con los convencionalismos sociales pero finalmente logró reconocer su orientación sexual y aceptarse a ella misma.

Hoy por hoy cuentan con el apoyo de su familia y seres queridos. Eunice cuenta  que el día que ella tomó la decisión de hablar con su hija de 10 años sobres su orientación  sexual, la primera reacción de la niña fue de total naturalidad: “Diay mamá, ¿qué importa? Eso no va a cambiar nada lo que yo te amo”.

Esta respuesta le dio la fuerza que necesitaba y a partir de ese momento las cosas para ella se volvieron más sencillas.

“Mi mamá me dijo: yo la amo a usted por lo que usted es, no por lo que a usted le gusta”, recuerda Eunice.

Paola detalla que estuvo a punto de casarse con un novio, sin embargo, ella misma había resuelto el tema de su orientación sexual desde muy joven. “Vengo de una familia muy religiosa, yo también creo en Dios, cantaba en un coro y tengo sacerdotes que son buenos amigos”.

“Yo me siento con los mismos derechos que cualquier otra persona, en el trabajo me siento muy apadrinada, a mi jefa le encanta nuestra relación (…) A veces una maneja muchos temores, sin embargo, cuando una cree en algo, creo que no hay nada que te pueda derrumbar”, concluye Paola.

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Victoria Rovira y Alyssa Pérez

“Tengo derecho a ser feliz y sentirme cómoda con mi propio cuerpo”

Victoria y Alyssa, siempre han tenido clara sus identidad de género pero esta es inaceptable para muchos de quienes estaba estaban a su alrededor pero a pesar de esto, lograron dejar atrás todo lo que las reprimía, hoy se han adueñado de sus vidas y buscan ser reconocidas por lo que son y no por las apariencias.

“Los primeros 25 años de mi vida fui hombre. Cuando tenía 5 años mi mamá me encontró un día jugando con su maquillaje y me llevó a un psicólogo cristiano, que curaba la homosexualidad. Ya para ese momento me habían hecho saber que lo que yo sentía no estaba bien, el psicólogo me puso una pila de juguetes para niños y otra para niñas, y elegí los juguetes para niño… desde ese momento empecé a reprimirme.

El año pasado  me acepté, empecé a ir a una psicóloga y empecé a sentirme más cómoda, decidí que era suficiente estar viviendo por otra gente y decidí contarle a mi mamá. Reaccionó muy mal y al día de hoy no tenemos contacto. Pienso que he perdido mucho, pero he encontrado demasiado”, relata Alyssa.

«Usted cuando se ve en el espejo siempre ha visto una mujer. Nosotras también.Para mi papá fue muy difícil de aceptar, pero lo hizo y ahora tenemos una relación muy linda. Para mi mamá fue muy duro, es como que ella perdió un hijo, hay todo un proceso de duelo. Mis abuelos no tuvieron problema de tener ahora una nieta”, explica Victoria.

“Yo quisiera ser mamá, como cualquier mujer, poder llegar a tener un hijo, quiero adoptar. Y sentirme feliz, amada con mi propio cuerpo”, concluye Victoria.

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*Información suministrada por el Sistema de Naciones Unidas en Costa Rica. Estos testimonios forman parte de la campaña #Yotengoderecho.

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Publicado en RedCultura
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