Puerto Rico: Cafezz, música con identidad boricua

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Por Jaime Torres Torres

Juntos, en el concepto de ‘World Fusion Jazz’ que nombraron Cafezz, aportan frescura y originalidad a la escena musical local, tanto así que en 2014 debutaron con el cedé “Music & Friends”, seleccionado entre las 20 grabaciones más sobresalientes del año por la Fundación Nacional para la Cultura Popular.Es increíble la espontaneidad creativa entre el virtuoso del bajo Edgardo “Eguie” Sierra y la pianista Carmen Noemí.

Es una simbiosis sinigual y ahora regresan con “Sol Boricua”, un recorrido por el pentagrama del Planeta que confirma que Eguie y Carmen son tal para cual. Y no solo en la música, pues resulta que son compañeros de la vida que comparten su amor y pasiones en común por el ciclismo, el café y el deporte en general.

“Al igual que la relación de amor y respeto, musicalmente es igual. Cuando tocamos nos escuchamos el uno al otro como si fuera una conversación. Muchas de las cosas que están grabadas, especialmente las partes en que el piano y el bajo interactúan, se grabaron ‘first take’ o de la primera toma. El simple hecho, cuando grabamos, de escuchar y reaccionar, crea esa conversación, esa espontaneidad”, dijo Eguie, productor de “Sol Boricua”, cuya secuencia de 12 selecciones fue concebida en su totalidad por Carmen, una compositora muy versada que conoce el abecedario de la música.

La segunda entrega de Cafezz, sin perder de foco la riqueza y la pertinencia de la música puertorriqueña en el Siglo XXI, garantiza un viaje sonoro desde Loíza y Dulces Labios hasta Brasil, la Patagonia e Israel.

“Carmen me dijo que lo quería tocar en el acordeón. Y le dije: ‘pues dale’. Ese lo comenzamos a tocar en vivo antes de grabarlo y fue tomando forma. Cuando grabamos lo hicimos como lo tocamos en vivo. El acordeón es un instrumento un poquito olvidado. Quisimos darle otro color a la grabación”.Es una propuesta jazzística, como bien la define Eguie, de carácter mundial; de conceptualización ecléctica. Tras más de 10 años juntos, Cafezz es fruto de la integración de la pareja en una obra de enfoque universal de profunda identidad boricua. Así lo demuestran al saque en la composición “Sol Boricua”, una bomba en la que toca el cuatrista Pedro Guzmán y se escucha el cantar del coquí. Y más adelante en la secuencia en el aguinaldo funk “El cafetal”, en el que Carmen dobló al acordeón.

En la onda del “smooth jazz” y la fusión clásica, “Antes que salga la Luna” repentinamente transporta al Medio Oriente, evocando sonidos de la cultura de Israel. “Toda esa conversación de piano y bajo fue tan espontánea que en la preproducción concluimos que había quedado muy bien y no lo quisimos alterar porque la primera impresión es lo más sincero y me encanta plasmarlo, como lo que hicimos con Pedro en “Sol Boricua”.

Otra nota agradable es la composición “Desde mi balcón” en cuya primera audición se aprecia un trasunto de danza, pero analizándola con calma se orienta al vals y la mazurca. “Tiene una forma más clásica. Si se le añade un tiempo más, se puede convertir en danza. Carmen deseaba grabar una mazurca. Pero al final es como un vals peruano, joropo y mazurca. Pero no se puede decir exactamente lo que es”.

“Hay que seguir grabando esos estilos. No podemos permitir que la danza se quede olvidada. Se piensa que es música de viejos y no es así. Nosotros tratamos de hacer una versión honesta, pero que tenga lo clásico; la batería con la brocha, el bajo con unas líneas más modernas, pero manteniendo la pureza del estilo. Se puede seguir trabajando la danza y ojalá que cada grupo la cultive a su gusto”.Además, tal y como adelantó Carmen Noemí en una pasada entrevista con este medio, en “Sol Boricua” incluyeron la composición “Mujer de la alborada”, la segunda danza original que graba Cafezz.

“Sol Boricua”, a grandes rasgos, es un trabajo honesto. Una docena de selecciones; la mayor parte con títulos alusivos a la cultura del café, en que cada uno sugiere una historia.

Eguie y Carmen Noemí, junto a su experimentado baterista Héctor Matos, no escatimaron en la grabación de casi 66 minutos de duración que presenta, como invitados especiales, a Jorge Laboy, Norberto Ortiz, Christian Galíndez, Pedrito Guzmán, José Roberto Jiménez y Waldemar Reyes.

“Lo que tratamos de hacer fue grabar todas las composiciones de Carmen. Ella produce mucho. Incluso, se quedaron algunos temas sin grabar que ella había hecho y estarán en la próxima grabación. Cada tema tratamos de producirlo de acuerdo al estilo del grupo y muchas veces surgen en el proceso de producción porque no siempre se tiene un mapa sobre cómo va a terminar el tema y en el estudio, de forma espontánea en la improvisación, se crea y si el tema queda largo, lo incluimos”.

“Sol Boricua”, además, expone el bagaje de Eguie Sierra como un bajista, aunque consumado, que disfruta explorar las posibilidades de su instrumento. En la producción toca bajo con traste y sin traste, además del bajo ‘piccolo’, cuya sonoridad a veces se asemeja a la de la guitarra.

Por último, y no menos importante, Eguie Sierra y Carmen Noemí nuevamente capitalizan la cultura del café al presentar su nuevo repertorio. En “Music & Friends” clasificaron la secuencia en “Latte Mood” (“relajante y acogedor”) y “Espresso Mood” (“alegre y dinámico”). La leyenda se repite y la detallan en el diseño gráfico del barista Felver García.“He probado diferentes instrumentos, registros; cambiando cuerdas, usando un bajo que no tiene traste y otros son semiacústicos. Hemos logrado diferentes timbres y sonidos. Para cada tema uno logra encontrar el instrumento adecuado. El bajo tiene su sonido grave y oscuro, entonces si uno usa el mismo en toda la grabación suena bastante uniforme y por eso hay bajos que hacen partes de guitarras y le dan un toque diferente”.

“Tomar café es algo cotidiano. A Carmen y a mí nos encanta sentarnos a conversar y escuchar música tomando café. La idea fue de ella. Comenzó a ponerle nombres de café a los temas. Queríamos traer algo de aquí y mezclarlo con lo internacional. En las presentaciones Carmen pone sus granitos de café y un molinillo, como si fuera un altar. El nombre del grupo apela al jazz en términos de lo que musicalmente se puede hacer con un poquito de atrevimiento al coger influencias de otros lados y unirlas. Es unir nuestra música a la del mundo”, concluyó Eguie Sierra.

Publicado en Fundación Nacional para la Cultura Popular

 

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