Memorias del Ballet

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Al dar a conocer el libro Memoria. Ballet Teatro del Espacio y sus antecedentes de Gladiola Orozco, la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, afirmó que esa publicación invita a reflexionar “sobre la amorosa forma de recopilar documentos, programas de mano, fotografías y notas de prensa de la historia de una pasión por la danza, la enseñanza y la creación como una forma de llevar el espíritu humano a otro estado del ser”.

En la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes se reunieron el sábado un gran número de creadores dancísticos para acompañar a Orozco.

La titular del INBA agregó que el cuerpo en movimiento es una emoción que teje ilusiones y fantasías que nos envuelven y nos hacen soñar: “Con la danza somos testigos de la creación de universos enteros y de la composición plástica de los cuerpos que proyectan en el espacio los bailarines. La danza es un momento único”.

Orozco y Michel Descombey, fundadores del Ballet Teatro del Espacio (BTE), “hicieron de la danza en nuestro país un culto capaz de influir en la vida cultural y social de diversas generaciones de mexicanos”, dijo García Cepeda.

Junto con Raúl Flores Canelo y Freddy Romero formaron su compañía en 1966 “con disciplina, tenacidad y estudio, Gladiola, al lado de Michel Descombey, ya fallecido, desarrolló un proyecto artístico sin precedentes, el Ballet Teatro del Espacio, desaparecido a fines de 2009”.

La funcionaria indicó que el libro fue escrito con los sueños hechos realidad de una coreógrafa que conoció a fines de los años setenta y que le ha regalado un sinfín de enseñanzas: la amistad, el respeto, la entrega a la creación, la alegría de vivir y el alivio de la risa.

Por su parte, Gladiola Orozco señaló que el volumen es un homenaje a todos sus compañeros del BTE y un rechazo al olvido.

En el foro principal del Palacio de Bellas Artes se presentaron videos, recuerdos, coreografías y testimonios de lo que significó el BTE en la vida dancística del país durante cuatro décadas.

No podía faltar el testimonio de la ex primera bailarina Solange Lebourges, quien apuntó que se unió a esta compañía convencida de la ética, el profesionalismo y el compromiso social de un entusiasta proyecto artístico, “una comunidad en la que los directores ganaban el mismo salario que los bailarines”.

Calificó al BTE como “un teatro mágico de Descombey y Orozco en el que miles de espectadores hicieron fila para entrar a sus funciones, porque una de las mayores virtudes de esta compañía fue crear una esperanza a un público fiel y entregado. El Ballet Teatro del Espacio fue la suma de talentos, pasión, entrega, trabajo, utopía y generosidad de sus fundadores”.

Publicado en La Jornada

Desafía Gladiola Orozco lo efímero del arte dancístico

La bailarina y coreógrafa Gladiola Orozco (Guanajuato, 1934), fundadora –junto con Michel Descombey (1930-2011)– del desaparecido Ballet Teatro del Espacio (BTE), halla un respiro en el libro Memoria 1966-2009, donde recopila las más de cuatro décadas de esa compañía de danza contemporánea que apostó por un arte comprometido y ético.

He amado y luchado con pasión contra la marea para que esta profesión que escogí, me gusta y apasiona, perdure con esta publicación de tres tomos sobre el BTE, expresa la coreógrafa a La Jornada.

Para Gladiola Orozco, Memoria, editada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), es un acto de amor, una obsesión y un desafío a lo efímero de la danza, pues fueron 43 años dedicados al desarrollo de esa disciplina en los que el BTE funcionó como foro cultural y centro de enseñanza, el cual contribuyó a la formación de destacados bailarines, coreógrafos y profesores.

Nosotros nos preparamos, creamos obras, ofrecimos talleres en el centro y de pronto el proyecto se acabó. La danza se fue como espectáculo, sin embargo no se fue de mi vida, y ahora seguirá en las letras en este libro que es el resultado del esfuerzo y trabajo de lo que hizo la compañía, explica.

Escribir las memorias del BTE es el mejor homenaje que Orozco rinde a cada una de las personas que compartieron con ella más de cuatro décadas ininterrumpidas al servicio de la obra artística.

Desde el primer programa de mano de 1966 hasta el último de 2009, la publicación compila todas las actividades del BTE, así como nombres de bailarinas y bailarines, fotografías, críticas y los escenarios donde dejó huella ese ballet.

El amor a la vida permitió a Gladiola Orozco transformar un revés en victoria y con los tres tomos, en los que explica una parte de la historia de esa compañía, deja el registro de su trabajo, que comprende más de 120 coreografías en las que el humanismo, la solidaridad y la justicia dialogaron de manera permanente.

Un ballet independiente

El BTE, desde que nació en 1966 como Ballet Independiente, hasta que desapareció en 2009, cuando el INBA canceló el subsidio, creó propuestas dignas de una sociedad moderna y conocedora, a partir de la búsqueda constante de nuevos lenguajes y de temas cercanos a la sociedad y a la circunstancia del país.

Elaborar la memoria de la compañía fue un reto para Gladiola Orozco, pues la danza ha sido su vida y tiene muchos recuerdos de su andar por el mundo, de las alegrías y tristezas compartidas con los bailarines.

“Escribir esa Memoria fue hacer un recorrido hacia atrás, que no es nada sano, pero también fue recordar cosas buenas de México, de los estrenos que tuvimos, de los compañeros que se casaron o tuvieron hijos.

Regresaron a mi mente anécdotas de lo que hice y no hice, comparte Gladiola Orozco, quien es considerada un referente en la danza contemporánea.

En la publicación está el registro de su participación como profesional de la danza, sus coreografías y presentaciones en escuelas primarias y secundarias, así como giras que hizo por Alemania, Francia, Holanda y Canadá.

Fuimos capaces de abrir puertas. Por ejemplo, nos invitaron a bailar una temporada en el Teatro Blanquita, donde se presenta otro tipo de espectáculos y nos acercamos a ese público que no iba al Palacio de Bellas Artes; también bailamos en el Teatro Insurgentes y en escuelas a las que ni siquiera se podía llegar, pero la Secretaría de Educación Pública nos llevaba y los niños se maravillaban con la danza, indica a La Jornada.

Gladiola Orozco, quien en diversas ocasiones ha afirmado que la danza es una pasión, una forma de conocer y enfrentar la vida, tiene un gran pendiente: publicar un documento inédito del maestro Descombey.

“Al morir Michel –señala Orozco– encontramos en su computadora un material muy bello, un escrito maravilloso, no de la danza, sino de la vida y del arte; lo vamos a estudiar bien porque es un documento que refleja su sensibilidad, hace unos comentarios muy bellos.”

También planea reunirse con las nuevas generaciones de bailarines para intercambiar experiencias, pues uno de sus propósitos es estar al día con la juventud y compartir conocimientos de lo que creo saber y no sé y de lo que ellos creen saber y no lo saben.

Partícipe de una gesta artística

Gladiola Orozco, fundadora del Ballet Independiente, junto con Raúl Flores Canelo, John Fealy y Freddy Romero, y creadora junto con Descombey del BTE, dio continuidad a una gesta artística de enorme vitalidad y capacidad de renovación de la danza mexicana que duró más de 40 años.

Entre los recuerdos de la bailarina y coreógrafa está presente el día que decidió dedicarse a la danza, después de ver un ensayo del Ballet Nacional de México, dirigido por Guillermina Bravo.

“En el Palacio de Bellas Artes ocurrió algo que nunca olvidaré; los músicos estaban afinando para un concierto y eso fue para mí una de las más grandes caricias. Desde ahí me gustó la danza y tuve la inteligencia o sensibilidad para decir: ‘ya no me voy de aquí’ y me quedé. Con el BTE bailábamos dos veces al año” en el máximo recinto cultural del país.

Memoria 1966-2009 del Ballet Teatro del Espacio será presentada hoy a las 19 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez, esquina Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico), por Jorge Alberto Lozoya y Salvador Vázquez Araujo.

En ese acto los coreógrafos y bailarines Marco Antonio Silva, Miguel Mancillas, Beatriz Madrid y Solange Lebourges compartirán sus experiencias como integrantes del BTE; también participarán el conjunto de cámara Aurora, que tocará de Franz Schubert el adagio de su quinteto, mientras la mezzosoprano Belem Rodríguez interpretará el lamento final de la Ópera descuartizada.

Dentro de esa presentación, se ofrecerá un recorrido mediante video que muestra los bailarines que han interpretado la obra La muerte del cisne, de Descombey, que contrastará con el solo de Carlos Zamora y la música de Debussy, así como una serie de proyecciones basada en los tres tomos de Memoria 1966-2009.

La publicación está dedicada a Raúl Flores Canelo (1929-1992), Guillermina Bravo (1920-2013) y Michel Descombey (1930-2011), quien fue codirector del BTE, coreógrafo y bailarín reconocido a escala internacional, y que durante siete años se desempeñó en la dirección de danza dentro de la Ópera de París.

Con la presentación de Memoria 1966-2009 en el máximo recinto cultural del país, Gladiola Orozco regresa a su casa. En el Palacio de Bellas Artes puse mi primer pie, ahí nací profesionalmente y ahí voy a morir.

Publicado en La Jornada
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