El Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo cumple 30 años

2.013
(Foto: Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo)

Por María Alejandra Toro Vesga

En el espacio donde funciona el Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo, la Quinta de San Pedro Alejandrino, confluyen la historia, monumentos y arte.

Una historia larga que se remonta a 1608, cuando se fundó bajo el nombre de La Florida San Pedro Alejandrino.

Es uno de los lugares más visitados por los turistas en Santa Marta. Quien la ha recorrido es consciente de su tamaño y de su imponente arquitectura, que convive junto con el jardín botánico que la integra.
Además de estar el museo y la casa donde murió Simón Bolívar, hay otros espacios como el Altar de la Patria, un pequeño lago, un auditorio y un hemiciclo, que potencializan sus usos y públicos.

Lo visitan extranjeros y nacionales, quienes poco a poco han venido entendiendo que ir una sola vez a un museo, pensando que lo han visto todo, es perderse de aprender y de alimentar el espíritu. En este aspecto ha tenido mucho que ver el equipo del museo, que dirige la artista Zarita Abelló de Bonilla.

La iniciativa de crear el museo surgió en 1986 de parte del colomboperuano Armando Villegas (1926-2013), quien le solicitó a Belisario Betancur, presidente del país en ese entonces, y al exministro Gustavo Castro Guerrero, ayuda para hacer realidad este sueño y le propuso la dirección a Abelló.

La directora recuerda que pensó cómo iba a sacar tiempo para seguir pintando, y que Villegas le respondió que “el verdadero artista siempre busca espacios”. Y aceptó.

Desde 1986 hasta hoy, se han hecho al menos 200 exposiciones nacionales e internacionales de arte moderno y contemporáneo, así como la Trienal Internacional de la Acuarela, en la que participan artistas contemporáneos, que demuestran que esta técnica no ha muerto. También incluyó pintura.

Igualmente han venido integrando los diferentes espacios de este enorme lugar expresiones propias del arte contemporáneo, como la intervención de Carlos Chacín –una escultura hecha con unos enormes ventiladores encima del Altar de la Patria– o la que hizo en el 2015 el escultor Fernando Pinto.

Para la celebración de estos 30 años reconocieron el apoyo de personas e instituciones que han estado de la mano con el museo, como Ángel Loochkartt, Carlos Chacín, Cristo Hoyos, Wílmer Martínez, Carla Celia, Jairo Donado, Juan Manuel Buelvas, Nelly Peñaranda (columnista de EL TIEMPO), el Colegio Rafael Reyes de Santa Marta y la primera guía y secretaria que tuvo el museo, Elsa Travecedo.

Y se hicieron algunas reflexiones, pues un nuevo aniversario plantea inquietudes y nuevos retos. Cristo Hoyos, curador del Museo Zenú de Arte Contemporáneo de Montería (Muzac), aprovechó para llamar la atención sobre la falta de museos en la región.

“Todos los museos de los ocho departamentos de la costa Caribe no sumamos los que tienen algunos departamentos del interior del país”, dijo.

Más que una queja o un lamento, su intervención fue una invitación a seguir trabajando por ofrecer una programación de calidad que se enmarque en el presente y que atraiga más visitantes, cumplir el sueño de todo museo: estar, como dicen en la región, “full”.

Para los 30 años, una muestra de Luis Caballero

La celebración de las tres décadas incluye una exposición del fallecido artista Luis Caballero (1943-1995).

Durante la inauguración de la muestra, su hermana y albacea de su obra, Beatriz Caballero, participó en un conversatorio con estudiantes y público interesado en conocer las motivaciones del artista para dibujar durante toda su vida la figura masculina.

Son 69 obras, entre dibujos, sanguinas, carboncillos y óleos, con los que los visitantes pueden hacerse una idea de las diferentes intensidades en el trazo de Caballero: desde los retratos hechos en papel hasta las grandes figuras, muchas de ellas sin cabeza o extremidades y que por la ausencia de estas, generan una sensación ambigua al no saber si se está frente a un cuerpo que sufre o siente placer.

Porque, según consigna la curadora Stefannia Doria en el catálogo de la muestra, el arte en el Caribe ha servido para “somatizar el malestar de los diferentes periodos de violencia” y presentar esta muestra de Caballero “es hacerle un homenaje a la anatomía, a la fuerza del cuerpo que zigzaguea entre la vida y la muerte”.

Publicado en El Tiempo

Museo Bolivariano de Arte Contemporáneo patrimonio de las artes de Colombia

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