El precio de la incorrección política

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Carlos Zegarra Restani
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Stephanie es una persona que poco le importa quedar bien con santos y demonios, dice lo que siente y piensa y lo deja salir a través de sus coloridos labios o multicolores ilustraciones que desde hace algún tiempo inundan las redes sociales.

 

La primera vez que nos percatamos de su existencia fue gracias a unas ilustraciones que aparecieron en el sitio francés Jacker -especializado en arte callejero . En ese momento nos dimos cuenta que su trabajo estaba más allá de la norma: fuertes, agresivos, manejando temas tabú pero al mismo tiempo con una candidez violenta en el dibujo, un trabajo que por su contenido contrapuesto con su técnica de ilustración lo hacen atractivo y digno de revisar.

 

Su menuda presencia esconde una tenaz gigante que se mide de tú a tú con cualquier persona, con un mordaz sentido de la palabra. Su dibujo es tan alocado como su mente, llena de ideas de lo que debe decirse, contarse y criticarse. Para ella no existen límites morales o religiosos que inhiban su trabajo. Todo está ahí, listo para patear los traseros del “stablishment”.

 

Amada por muchos, odiada por otros, ella sabe muy bien cuál es el precio de ser políticamente incorrecta. Le han dicho de todo, hasta el mal del que va a morir. Ha sido víctima de agresiones en la calle. Incluso, un mural que realizó cerca de la primera comisaría en San José fue vandalizado por un sujeto que le dejó un mensaje de odio escrito sobre el mismo.

 

Esta es Stephanie…

 

Después de mucho oír cosas buenas y malas sobre vos, lo obvio es preguntar ¿Quién es Stephanie? ¿Realidad o personaje?

Esta pregunta me dio demasiada risa porque muchas personas a lo largo de su vida me han dicho esto tantas veces, me han dicho usted si es un “ride raro”, “usted si es todo un personaje”, “usted si que parece de mentiras” y sé que es apestoso cuando alguien se echa flores pero es la verdad, esta ha sido la realidad de mi vida siempre.

 

Siempre me han dicho que parezco sacada de una película. Y pues no, lamento decepcionarlos pero esta perra loca soy lo que soy en serio, más bien me siento tan feliz que tanta gente me reciba con los brazos abiertos y repitan constantemente mi frase: “Me pueden chupar el ano”. Jamás pensé que mi forma de ser, tan criticada en el pasado, iba a ser motivo de agrado para otros cientos de personas.

¿Cómo fue tu paso por artes plásticas, por “La Academia”?

Tuve la oportunidad de estudiar Artes Plásticas con énfasis en diseño gráfico en la Universidad de Costa Rica, en la UCR de Alajuela que nadie sabe que existe. Duré 7 años sacando una carrera de 5 años porque no podía dibujar lo que los profes querían que dibujara, no entendía el volumen, las luces, las manchas de grafito, el no delinear los objetos, el no dibujar en una sola área en específico sino ver el dibujo como un todo, bla bla bla…

Tuve unos profesores de dibujo súper estrictos que no entendían que no todas las personas que pasan por artes plásticas van a saber dibujar como Jesús (Si Jesús dibujara sería increíble). Al tiempo esa debilidad la convertí en virtud y seguí haciendo dibujos sin sombras, luces, sin volumen y planos, poco a poco lo convertí en mi estilo visual.

La universidad me exigió muchísimo y yo hice mi mayor esfuerzo por calzar dentro del grupo como lo hacían todos mis compañeros, no me da miedo decir que yo era la estudiante más mala en dibujo y en diseño, siempre me iba mal, pero yo tenía muy claro que no quería ser diseñadora gráfica. Quería dibujar, darme rienda suelta, hacer lo que me roncara el ano y eso fue lo que exactamente hice. En los últimos años de la “U” me estresé menos porque me hice mi página en Facebook, vi que lo que yo hacía si tenía futuro y un nicho con el cual nadie más había experimentado antes.

¿De dónde viene tu discurso sobre la sexualidad del erotismo y cuáles son tus influencias visuales?

A nivel conceptual comencé a hablar de sexo porque nadie lo hacía y era algo que todos hacemos a oscuras, a escondidas pero ¡lo hacemos! Me perturbaba demasiado la idea de que se viera como algo demasiado privado e íntimo. ¿Por qué no hablar del tamaño del pene? ¿Por qué no hablar de la forma de mis labios vaginales? ¿Por qué les perturba tanto? Todavía no lo entiendo, yo siempre le veo las rodillas y los codos desnudos a todas las personas que conozco y eso no me hace verlos de manera “diferente”.

Un día de estos me tomé una foto totalmente desnuda y se la mandé a mi prima – mejor amiga- diseñadora de modas Melissa Rojas y a mi mejor amiga de toda la vida- abogada- Francini Aguilar y no quise taparles los pezones. ¿Por qué habría de hacerlo si ellas también tienen? Tampoco me tapé la vulva. ¿Por qué habría de tapármela? Si siempre he pensado que la vulva, el pene, el trasero y los pechos son como cualquier otra parte del cuerpo.

Mis amigas reaccionaron de la mejor manera diciendo que ellas pensaban lo mismo que yo y que ahora se sentían más cerca de mí. Tener los pezones grandes o pequeños no me determina como persona y además no tengo porqué ver a las personas de “distinta” manera solo porque le vi el pene o X parte prohibida del cuerpo. ¿Acaso uno actúa diferente porque le ve “la nariz” a los demás? Uno no lo hace porque no tiene sentido.

Y a nivel visual mis principales referencias son los Rugrats, Coraje el Perro Cobarde, El Laboratorio de Dexter, Las chicas Super poderosas, Ed, Edd y Eddie y Johnny Bravo. Estos fueron los programas que me enamoraron de la ilustración, desde pequeña dibujaba pero cuando vi estas ilustraciones estaba segura que lo quería hacer el resto de mi vida era dibujar y hacer dinero de eso, creo que voy por buen camino para cumplir ese sueño.

Hablemos de tu tesis del acoso callejero, que sin duda es un punto de partida en tu trabajo…

¡Ay Jesús! El tema de acoso callejero es un tema tan chiva pero taaaaaan controversial, es otro nivel como los que ofenden de repente se convierten en los ofendidos. Cuando comencé mi tesis a inicios del año 2015, no me decidía bien por el tema. Estaba entre aborto, tipos de feminismos, acoso callejero, violaciones, la menstruación o violencia de género (hacia al hombre). Al final me decidí por el tema de acoso callejero porque era una problemática social que me escupía en la cara de manera muy directa todos los días de mi vida.

En mi tesis de acoso callejero hice dos happenings durante los 7 meses que desarrollé mi tesis, repartí tarjetas que decían:

¿Tiene usted problemas mentales debido a su pene pequeño y por este motivo acosa a las mujeres en la calle? Doctor Erick Miranda Chaves, psiquiatra especialista en acosadores callejeros y violadores, para programar su cita al correo [email protected]

Estas tarjetas de presentación las repartía cuando algún mae se me acercaba y me acosaba de manera verbal pero cuando era acoso no verbal simplemente me les quedaba viendo fijamente y les hacía la cara más deforme que podía; esto después de realizar muchísima observación directa no participativa donde entendí que los hombres acosaban porque querían hacerle saber a la mujer que la veían guapa, entonces si dejaba de ser guapa me iba a dejar de ver y eso fue exactamente lo que hice, pasar de ser una mujer bella a ser un monstruo. (El Doctor Erick Miranda Chaves no existe, sé que caigo un poco en el machismo al decir que si usted no tiene el pene grande, usted no es nadie, pero no encontré una solución tan efectiva como atacar directamente lo que se ha dicho que es la masculinidad del hombre, el tamaño de su pene).

En mi experimentación social callejera solo dos hombres reaccionaron ante mi respuesta a su acoso callejero, después de dar la tarjeta un hombre gritó a lo lejos “muy graciosa muchacha” luego de que sus amigos se burlaban y reían de él en su propia cara y otro que llamó enojadísimo diciendo: “¿Usted es la muchacha del papelito? Usted no puede andar diciéndole eso a la gente, usted no puede decir esas estupideces.” Y yo le respondí: “¿Buenas como está? ¿Usted es un acosador callejero? ¿Para cuando le programo su cita para que se cure? Además, el que no puede andar diciendo estupideces en la calle es usted, usted no puede decirle a la gente “rica”, “mami”, “mi amor” ¿con qué derecho? ¿Quién es usted para calificarlas por su físico?” y le colgué, el mae llamó 45 veces más.

¿Cómo has llegado al lenguaje actual?

A través de muchísima práctica, siempre supe lo que quería hacer pero nunca me puse las pilas. Comencé a ilustrar sin miedo y me mandé valiente. Supe que quería hacer un estilo visual que a mí me diera felicidad cuando lo viera, que fuera construido a partir de todas mis “debilidades” y se convirtieran en fortalezas.

Tu público se divide entre los que te aman y los que te odian de manera profunda, contános un poco de esta dicotomía…

Mucha gente se siente muy feliz con mi ilustración erótica, dicen que los hace sentir liberados, satisfechos con sus propios cuerpos y algunas veces hasta se cuestionan aspectos de la sociedad que nunca se habían cuestionado antes.

Me da felicidad saber que mucha gente amplía su manera de pensar y se siente feliz cuando ve una de mis obras. Amo toda la carga positiva que estas personas me traen, como me inundan mi página de Facebook: Stephanie Chaves Ilustración con decenas de mensajes cada semana, mensajes llenos de amor, admiración y agradecimiento.

Decenas de personas me escriben agradeciéndome porque los he hecho verse de manera diferente, amarse más y decirle a la sociedad: “Chupénme el ano, yo seré lo que quiero ser y punto”. Es muy chiva como una nueva generación de gente satisfecha con su cuerpo se está levantando a luchar por cosas más importantes que la apariencia física.

¿Y los detractores?

Ay fatal. ¡La gente está loca! Yo en serio me siento demasiado cuerda en comparación con estas personas. Se enojan de la nada y POR TODO. Me han dicho “Ojalá te dé SIDA perra”, que no sé dibujar (lo cual es un halago), que soy una “odiapenes”, “homofóbica”, “feminazi”, “hembrista” y los típicos y halagadores: “puta”, “zorra”, “perra”, “artista”. Es increíble ver como las personas están tan frustradas con sus propias vidas que andan tirando todo el odio que tienen dentro a la primera persona que se encuentren o a una persona a la cual tirar odio constantemente y claramente yo soy un blanco perfecto.

Las personas que más me critican y se enojan por lo que digo son las mujeres feministas, sé que no tiene mucho sentido lo que estoy diciendo pero son las mujeres que más he visto llenas de odio y enojadas con mis publicaciones. Creo que esto sucede porque yo digo todo lo que ellas no dicen. Nunca he tenido la dicha de ver a una feminista (por lo menos ninguna de las que conozco) hablando de lo incómoda que se siente con que le den campo en el bus o que no está conforme con que las mujeres embarazadas no dejen al padre ver al niño(a) una vez que nazca. Ese tipo de cosas simplemente no las entiendo, no las comparto y las hablo sin pelos en la lengua.

¿Cuál es el significado personal de feminismo de Stephanie?

Este y el tema del arte son los dos temas más polémicos que tengo en mi trabajo. Todos somos feministas porque el feminismo es igualdad de derechos para hombres y mujeres y obviamente todos queremos eso. A ver…¿todos entendimos ese término? Si no lo entendió léalo de nuevo porque ya viene el ácido. Lo que detesto de este modelo de vida no es el modelo sino las personas que lo siguen.

¿Esto que quiere decir? Que yo le huyo a las hembristas, bueno ya lo dije ¡odiénme! Mae yo he conocido una cantidad de hembristas increíbles, algunas personas las llaman vulgarmente “feminazis” que es una palabra fuerte, las maes solo piensan en las mujeres y nada más que en las mujeres, estas son las mujeres que más odian mi trabajo.

Una vez me topé con una vieja que me dijo que yo no podía hablar de violaciones porque no había sido violada, entonces ¿Las personas que luchan para que los perros no sean maltratados no pueden luchar por esos derechos porque no son perros? ¿Qué es esa estupidez? Uno puede luchar por lo que uno quiera, cuando quiera y cómo quiera.

Otra vez compartí la información de una doctora que decía que muchas mujeres habían experimentado orgasmos cuando las estaban violando y que se les hacía un enredo en la cabeza pensando el porqué había sucedido eso. Ella explicaba que la parte emocional y psicológica no está directamente ligada a la física en ese momento.

En esa publicación una feminista me dijo hasta de qué me iba a morir diciéndome que eso era una “apología a la violación”. Ehhhh, no querida, no es una apología a la violación es la puta realidad en la que vivimos y si ellas no van a hablar de eso, yo con muchísimo gusto si lo haré. Entonces estas mujeres me odian por decir las cosas de manera distinta o hablar cosas que ellas simplemente no hablan, estamos en la misma lucha por una sociedad igualitaria pero hacen a un lado a personas que no actúan exactamente igual a ellas.

Me han dicho cobarde por no querer la etiqueta “feminista”, me han criticando por decir “el estudiantado” en vez de decir “los estudiantes y las estudiantes”, me detestan porque odio las palabras “patriarcado” y “sororidad”. Ellas no aceptan a una mujer que actúe diferente a ellas y si actuamos diferente ya somos el “enemigo”, es irónico pero real y triste a la vez.

¿Cuáles son las etiquetas que normalmente te ponen?

Algunas personas dicen que soy una ninfómana que quiero tener sexo con cualquier mae, otros dicen que soy una reprimida virgen que no tengo sexo con nadie y la verdad es que no soy ninguna de las dos, como dice una frase muy famosa “Ni puta, ni virgen, sólo mujer”, eso mismo es lo que soy. No soy una adicta al sexo ni tampoco soy una persona virginal que nunca ha cogido. Soy un ser humano que habla de sexo porque me parece absurdo que nadie más lo haga. Lo que si puedo decir es que soy una puta loca perra, que ningún insulto genérico me ofende y que toda la criticadera excesiva en Facebook me alegra el día porque me hacen publicidad gratis sin yo pedirla.

Normalmente la gente no habla de penes, no los dibuja, no los fotografía, no existen en el arte costarricense pero sí en tu trabajo…

Esta es exactamente la doble moral de la cual yo hablo de como la gente dice “carepicha”, “se despichó”, “qué carepicha” pero no hablan de cuando tienen sexo, les da miedo decir que necesitan comprar condones, se esconden las toallas debajo de la mesa, se toman la pastilla anticonceptiva sin que nadie se dé cuenta, me parece una sociedad doblemoralista y retrógrada que normaliza el sexo en el lenguaje como expresión cultural pero nunca como lo que realmente es. En la sociedad en la que vivimos se habla mucho del pene, pero nunca se dibuja y por el contrario se muestra mucha la sexualidad femenina pero nunca nunca se habla de ella, por eso se dice “pichudo” y no “panochudo”.

¿Vivís de tu ilustración? ¿Qué concesiones debes hacer para poder seguir viviendo de él?

Para vivir de lo que hago tengo que tener claro que la gente si compra arte pero muy poco y en menor cantidad si es arte erótico. Debido a esto tengo que abrirme a no ilustrar solamente escenas eróticas sino también no eróticas y en realidad no me molesta en lo más mínimo, me parece súper relajante y me hace feliz dibujar otros elementos que no sean sólo penes y vaginas. He tenido la hermosa oportunidad de que grandes empresas puedan ver que dibujar erotismo no es malo y me han contratado para ilustrar.

¿Cuál es tu estrategia para abrirte camino en un mercado tan conservador?

Las analogías y las justificaciones fundamentadas son mi escudo. Voy a aceptar que al inicio, cuando empecé a ilustrar penes y vaginas solo estaba ilustrando y hablaba y hablaba porque siempre he sido buena pa’ hablar, pero no sabía en lo que me estaba metiendo, no sabía que habían miles de personas que ya luchaban por la igualdad de género y que compartíamos una misma visión.

Al inicio estoy segura que dije cosas sexistas y que me enfoqué muchísimo más en la postura de la mujer en la sociedad y dejé al hombre de lado hasta que mi pareja – mejor amigo- Brayan Miranda me comenzó a abrir los aspectos de la sociedad con los cuales se sentía tramado y cansado y ahí fue cuando entendí que todos somos víctimas de la sociedad de una u otra manera.

Me siento dichosa porque he visto el avance en mis publicaciones, me siento al igual que mis seguidores con una mentalidad muchísimo más abierta, más tranquila, más guerrera, más cuerda, fundamentada y justa.

Creo que al decirle a la gente: usted dice “carepicha”, “se despichó tere”, “¡qué picha!” pero no decir pene es un doblemoralista. La gente al inicio no entendía pero poco a poco fueron entendiendo que era cierto. Que no es lo mismo que una mujer se quite el brasier en forma de protesta a que se lo quite para ser producto de consumo para los hombres, todo está en la intención de la persona.

Así es como he podido expresarme de una manera consecuente y segura, diciendo las cosas como son pero justificando bien lo que digo. Si tengo explicaciones para lo que hago de repente no me veo tan “ninfómana loca” o “virgen reprimida”.

¿Arte o ilustración?

Las dos y ninguna, soy todo lo que quiero ser y hago lo que siempre quise hacer. La verdad no me interesa como me etiqueten o como cataloguen mi obra, si lo quieren ver como ilustración y arte digital pues veánlo de esa manera y si quieren verlo como arte también tienen el permiso de verlo de esa otra manera.

Las dos palabras me gustan, ninguna me parece más que la otra pero bueno la gente siempre lo trata a uno de artista erótica, cosa que no me molesta y de cierta manera amo porque me encanta ver como las personas se vuelven locas porque me catalogan como “artista”. Claro está que me encanta crear “roncha”, me encanta la polémica y la controversia entonces cualquier tema que indigne y ofende sin razón alguna me vuelve loca.

A nivel muy personal creo que el arte es un ente educador, el arte debería debería de ser eso que la gente califique como “sublime”, que incomode, que impacte, que enoje, que haga a la gente hablar y cuestionarse el mundo en el que viven, para mí el parte no es un dibujo hiperrealista, es algo más allá que las enormes dimensiones, la habilidad innata y la técnica meticulosa. El arte es esa pieza que perturba alguna gente y hace sonreír a otras, el arte tiene el trabajo de hace reaccionar al espectador de mil maneras diferentes, pero nunca pasar desapercibido.

Has estado en varias exposiciones fuera del país, contános un poco…

He tenido la oportunidad de exponer obras de manera colectiva en Argentina, Perú, México, España, El Salvador, Chile, Italia y Costa Rica. Y de manera individual en Costa Rica y España. Estas ilustraciones han surgido porque me doy cuenta de convocatorias y mando mis propuestas, por concurso que luego los ganadores pueden exponer o porque me contactan por Facebook para exponer mis piezas en sus países, algunas veces se mandan impresas y la mayoría de veces se imprimen allá y se exponen, ya que es la manera más práctica de hacer la expo.

Me hace muy feliz que mis obras anden rodando por todo el mundo porque al final ese es uno de mis objetivos de vida, que muchísimas personas conozcan mi obra, se sientan felices con ella y agarren valor para decir lo que quieren decir, hacer lo que quieren hacer y ser lo que siempre han querido ser.

¿Cómo ves tu futuro?

Nací dibujando y me moriré dibujando, siempre digo que salí de la vagina de mi madre con un lápiz en la mano porque lo siento demasiado real, he dibujado toda mi vida y no creo nunca dejar de hacerlo. Pero no quiero que sea lo único que haga en mi vida. Mi sueño es hacer instalaciones enormes, piezas grandes eróticas enormes que cubran plazas de distintos lugares del mundo, o instalaciones no sólo monumentales sino también masivas, obras que estén compuestas por miles de pequeños objetos que cubran toda una superficie en específico. Sé que mucha gente lo ha hecho pero con mi estilo visual y mi manera de ver el mundo estoy segura que será algo totalmente diferente. Además quiero incluir muchísimo más el factor de acción social en mis piezas, videos, vídeos instalaciones, y muchos más happenings es lo que me espera.

Publicado en RedCultura
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