[Cobertura NodalCultura] Entrevista a Patricio Vallejo Aristizábal, director del FIAVL2016 en Ecuador

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Por Daniel Cholakian – NodalCultura

El periodismo ha acuñado una suerte de lugares comunes que serían perfectos para encabezar esta nota. “Loja se viste de Fiesta” o “El Festival invade Loja” se repetirán seguramente en palabras de comentaristas más o menos informados. Y no serían inapropiadas.

Loja es una ciudad de algo más de 200 mil habitantes. Tiene entre un 8% y un 9% de estudiantes universitarios, cerca de 1500 músicos en condiciones de tocar en orquestas sinfónicas, 4 orquestas sinfónicas funcionando simultáneamente, más de 1000 bailarines, cineastas, literatos y 7 grupos teatrales con un funcionamiento más o menos estable.

En un relevamiento rápido que hicimos al llegar a la ciudad, el último miércoles por la noche, más de 2200 personas habían asistido a distintos espectáculos escénicos en distintos puntos de esta pequeña ciudad. Todos ellos habían estado prácticamente llenos de público.

Estos números proyectados, permiten entender porque se considera a Loja la capital de la cultura en Ecuador.

Este jueves comenzó el 1er Festival Internacional de Artes Vivas Loja 2016, que a partir de la iniciativa del presidente Rafael Correa y el impulso de distintos actores y gestores de la cultura lojana, fue tomando forma en los últimos dos años. Cuatro ministros de cultura pasaron en el estado nacional y sin embargo el proyecto continúo con cambios pero sin descanso.

figuraNodalCultura dialogó con Patricio Vallejo Aristizábal, director del Festival. En el mismo día del comienzo nos cruzamos con él en la plaza principal de Loja. Atravesaba la misma apurado, apuradísimo, yendo de algún lado hacia el otro, respondiendo, dando soluciones. Tras el saludo su primera frase fue: “Hace 4 días están todas las localidades vendidas. No nos quedan entradas ni para las que tenemos que dar de favor a algunos invitados. La respuesta de la gente fue impresionante”.

¿Cómo surgió armar un festival tan grande, con tantos invitados y actividades en Loja?

El Festival tiene un impulso inicial muy importante del presidente de la República. Él tuvo la idea de desarrollar algo que en nuestro país es importantísimo, descentralizar la actividad cultural que en el Ecuador que generalmente se da en una suerte de bi-centralismo entre las ciudades de Quito y Guayaquil.

Históricamente Loja ha sido la ciudad que mayor cantidad de artistas, músicos, intelectuales, literatos ha generado en la historia de nuestra cultura, cuestión que además sin mayores dificultades uno puede constatar, ya que en relación a su población la ciudad de Loja es la que tiene mayor consumo y oferta cultural. Es una ciudad pequeña, de 200 mil habitantes, pero que tiene una actividad cultural enorme.

Estos argumentos llevaron a pensar al presidente, que era importante desarrollar un evento de gran nivel para posicionar esta ciudad, su historia, su tradición, su referencia cultural y hacerlo visible, no sólo en el país, sino en Latinoamérica y en el mundo entero. Así empieza a desarrollarse esta idea. Yo tomé la dirección de este festival hace apenas 4 meses, y te imaginarás, ha sido una quimera, una locura, haber concretado un evento de este tamaño en tan poquito tiempo. Creo que afortunadamente, el ser parte del medio, el contar con amistades del mundo del arte escénico en Latinoamérica y otros continentes me permitió que grupos de renombre puedan participar. Así que, ya estamos! Estamos a nada del inicio del primero, aunque aspiramos a que sean muchísimas ediciones, del Festival de Artes Vivas en Loja.

Una anécdota sirve para entender de qué hablamos cuando hablamos de Loja. Rubén Torres Paz, un gestor incansable de la cultura en la ciudad, ex director de cultura y actual asistente de dirección de Vallejo me invita a conocer el Teatro Nacional Benjamín Carrión, que hoy inaugura el presidente Rafael Correa. Me tomo un taxi. A poco de conversar el taxista, enterado de mi condición de periodista cultural, me habla de su interés por el cortometraje. Él no hace cine, pero le parece muy interesante lo que está pasando con los cortos en América Latina. Y especialmente en Argentina y Chile. Reconoce que en ambos países, pero principalmente en Argentina, hay un movimiento alrededor del cortometraje social que le parece muy interesante.

Loja es una ciudad particular, la gente es muy participante y ávida de encontrarse con la cultura y por lo tanto se entiende esta elección. Mirando la programación, nos encontramos que han desarrollado una serie muy amplia de actividades en escenarios bien diversos, abiertos y cerrados, y en horarios que van desde la 10 de la mañana hasta las 10 de la noche ¿cómo han pensado este Festival que parece tomar a la ciudad e incluirla dentro del mismo?

El punto de partida era reconocer nuestro propio modo de ser. Nuestro propio ethos como sociedad, que es el de convivir en diversidad. Toda la sociedad ecuatoriana y por supuesto la lojana, es una sociedad que se activa en una compleja y móvil diversidad cultural. El mundo andino, el mundo afro y el mundo occidental conviven generando una unidad, al mismo se mantienen sin perder sus especificidades. Ese punto de partida nos hizo entender que podíamos general algo que sea tan diverso que acople géneros artísticos diferentes, como el teatro, la danza, la tradicional, la contemporánea, el ballet, la ópera, el circo, el mimo, los títeres. Esa diversidad de géneros se suma a la diversidad de orígenes y de propuestas. Algunas más tradicionales, otras más experimentales. Hay espectáculos europeos, latinoamericanos, asiáticos. Todo esto había que integrarlo para lograr una unidad, una coexistencia, una forma de ser que integre lo diverso en un solo movimiento. Y eso nos llevó a pensar también que los públicos serían diversos. Entonces de ahí una programación desde la mañana que integra al público infantil y adolescente. Hay propuestas desarrolladas en plazas y calles, para el público de a pie, el público desprevenido, el público que no está atento a la convocatoria cultural. Y por supuesto hay una programación más bien nocturna que acontece en salas de teatro y en salas experimentales. Es decir, también acudimos a esta idea de lo diverso en relación a los públicos. Creo que hemos logrado armar una programación que atiende a ese sentido de lo diverso. Creemos que como algo que recurrentemente he dicho, la clave radica en que el encuentro y el espectador es un encuentro vivo. Este encuentro vivo es un encuentro de diversos, de distintos, que pueden integrarse. Siendo un encuentro vivo, hemos llegado a la conclusión de que hemos armado una celebración de la vida.

En la noche del jueves comenzó el festival en el segmento que funciona en los espacios públicos. Una suerte de off del Festival, que ocupa desde el día 17 una gran área del centro de la ciudad que está cerrada a la circulación de autos. Mientras algunos de los espectáculos se llevarán a cabo en los teatros, salas que no muchas ciudades del mundo tienen, originadas en construcciones coloniales recuperadas del abandono para este proyecto, muchos otros ocuparán las calles e intervendrán lo cotidiano de la vida lojana.

Esta idea de lo vivo que aparece en el título, también funciona aludiendo al modo en que el Festival se mete en la vida de la propia ciudad

Exactamente. Nosotros podríamos haberlo llamado de artes escénicas que es el nombre tradicional con el que se refiere uno al teatro o a la danza. Pero habíamos pensado que el elemento que los vuelve comunes, es que provocan un encuentro vivo. El artista modela, ejecuta, desarrolla su obra de arte vivo frente a un espectador, que también acude a este llamado de una manera viva. Entonces decidimos en este sentido. Tú sabes que el Ecuador internacionalmente ha elaborado un slogan que es “Ecuador ama la vida” y queríamos considerar también esa referencia. Finalmente llegamos a nombrar a estos géneros artísticos escénicos como Artes Vivas.

El conjunto de grupos no solo asumen la diversidad propia del Ecuador, sino que integra una potente diversidad también entre los grupos internacional participantes ¿Cómo definieron las invitaciones a los grupos participantes para construir este tipo de programación?

En un primer momento yo pensé en el tipo de teatro con el grupo “Contra el viento”, que dirijo hace 25 años, hemos desarrollado. Es un teatro que está más bien ligado a la experimentación, a la exploración de las diversas tradiciones. Un teatro que busca una expresión más bien ceremonial y experimental. Entre los primeros grupos con los que me puse en contacto fueron entonces el Odin Teatret de Dinamarca y el Yuyachkani de Perú. Luego pensando en la diversidad buscamos grupos interesantes de la danza. Por supuesto que también fuimos por grupos que no hacen el tipo de teatro que nosotros venimos haciendo, pero correspondían a preferencias del público y buscamos y encontramos otras propuestas, como el teatro de humor que hace Olé Comedy, de España, que es un grupo que hace flamenco pero con mucho humor. Encontramos a Erick Bouvron de Francia, que en algún momento presentó un espectáculo muy interesante en Avignon. Fuimos partiendo de lo que era cercano y era conocido, para llegar a aquello que probablemente no sea de mi modo de ser y hacer como creador artístico, pero que configura un universo diverso para la apetencia del público. Así que fue llegamos a espectáculos, por ejemplo, de danzas tradicionales asiáticas.

En cuanto a la participación ecuatoriana hubo dos maneras de seleccionar. Un grupo de siete espectáculos fueron invitación directa mía, en reconocimiento sobre todo a su trayectoria y trascendencia. Los otros 22 espectáculos fueron escogidos por un grupo de curadores expertos, críticos y académicos, que seleccionaron estos entre 250 aplicaciones que se dieron en todo el país. Así fue que se armó la grilla y los participantes del festival.

Han designado dos subsedes que son, al menos geográficamente, muy distintas de Loja. ¿Cómo es la relación con estas dos subsedes y cómo reciben ellos la posibilidad de contar con estos espectáculos?

Esto fue muy importante. Primero porque si uno quiere generar un centro, una nueva capital cultural, había que crear una suerte de margen, de subsedes previas que amplíen la cobertura y la referencia del Festival. Por otro lado Esmeralda es la provincia afro del Ecuador, tiene una tradición cultural enorme, también invisibilizada históricamente, y Manabí es una provincia que en los últimos 30 o 40 años es referente del teatro y de la danza, con un festival importante que se da en la ciudad de Manta. Entonces en atención a esto, y sumado al hecho de que fueron las provincias más afectadas por el terremoto de abril, habiendo quedado gran parte de las posibilidades de mantenimiento de la actividad de los gestores culturales se veía muy reducida, pensamos que algún recurso que se podía llevar hacia allí, iba a ser bien recibido. Y fue así. Tanto los creadores como los espectadores sintieron mucha alegría que hayan sido tomados en cuenta como subsedes del Festival.

Un hecho fundamental para la concreción del Festival de las Artes Vivas es la inauguración del Teatro Benjamín Carrión. ¿Cuánto va a impactar este Teatro más allá de los 10 días del festival en la vida cultural de Loja?

La ciudad tiene ya un antes y un después del teatro nacional Benjamín Carrión en su vida cultural. Inmediatamente se produjo un giro que empezamos ya a detectar, pero el efecto es incalculable en el tiempo.  Por ahora es la sede de la orquesta sinfónica de Loja. Loja es una ciudad de 200 mil habitantes que tiene 4 orquestas sinfónicas. Es una ciudad como tú decías, muy particular. Entonces en relación a la música, el teatro va a ser el centro que necesitaba una ciudad que producía ya estas actividades. Conciertos de cameratas, sinfónicos, solitas. Todos ellos tienen un lugar donde producirse.

Loja produce y genera una enorme cantidad de vida escénica y musical, pero carecía de la infraestructura que pueda albergarla y acogerla, pero que por sobre todo pueda provocar el encuentro del creador con el espectador. Este enorme teatro que tiene la capacidad de integrar a su programación no solo espectáculos escénicos o conciertos de música, sino además exposiciones de artes plásticas, encuentros poéticos, va a dinamizar y multiplicar no solo la vida cultural tradicional, sino sobre todo el encuentro entre el espectador y la obra de arte y el artista.

Entonces definitivamente pienso que Loja de aquí en más va a ser de manera visible, lo que ya para muchos era, la capital cultural y artística del Ecuador.


Notas anteriores

#Ecuador: Primer Festival Internacional de Artes Vivas Loja 2016

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