[Cobertura NodalCultura] Jornada 3: Galeano se detuvo en Loja

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Por Daniel Cholakian – NodalCultura

En su novela autobiográfica “Cristo se detuvo en Éboli”, Carlo Levi cuenta el país profundo que le tocó descubrir confinado en interior de Italia por el fascismo. El libro fue la revelación para gran parte de la cultura italiana, que pudo ver la existencia de otro mundo, de otras lenguas, prácticas, culturas, modos de vida profundamente ligados a la naturaleza y el tiempo.

La obra de Galeano fue, de algún modo, develando con un sistema narrativo sencillo, amplio e inteligente, los mundos que componen NuestrAmérica y que siempre intentan ocultarse.

En la tercera jornada del Festival Internacional de Artes Vivas, Galeano se detuvo en Loja gracias al arte de los cubanos Roxana Pineda, Alejandro Yera y Juan Manuel Campos.

Todas las venas todas

En un recital que es una pieza dramática precisa, Las venas abiertas recorre textos de diversas obras del autor uruguayo y canciones clásicas de Cuba y América Latina. Roxana Pineda es actriz pero se luce como cantante, mientras que Yera y Campos son músicos pero se traducen actores para llevar adelante la pieza. Leen textos, cantan, escenifican dolores latinoamericanos, brindan.

La estructura se compone de pequeños textos que recuperan la visita de Galeano a diversos espacios de las culturas de la región. Entre creencias, relatos históricos, anécdotas e identidades, las canciones cosen a partir de otras voces (las de los autores y los artistas) aquellas pinceladas recuperadas de libros como Días y Noches de Amor y de Guerra, El Libro de los Abrazos, Las Venas Abiertas de América Latina y Palabras Andantes.

“Canción con todos” abre el recital y de algún modo aporta una idea sobre el modo en que “leer” el resto de la obra. Y en medio de la lógica de la resistencia de los pueblos por tanto tiempo golpeados, ninguneados y asesinados, el amor aparece como un arma de resistencia. “Besame mucho”, “La rosa roja”, “Si llego a besarte” y una versión instrumental bellísima de “Contigo en la distancia”, se cruzan con los clásicos de Silvio Rodríguez “Pequeña serenata nocturna” y “La vida”, todas interpretadas muy personalmente por Pineda. Y como corresponde está el clásico del amor resistente, “Te recuerdo Amanda” del chileno Victor Jara.

La articulación narrativa encuentra en pequeños segundos de representación de la violencia y el dolor y la melancolía, conectores que articulan, amplían el espacio dramático y convergen en un único sentido que no solo dice a Galeano a través de sus textos, lo dice también en las otras formas de expresión. Lejos está la obra de ser una secuencia antojadiza de textos y canciones sin conexión. La contundencia dramática no surge solo de la belleza de canciones y textos elegidos, surge de la capacidad de los artistas de hacer presente el flujo de voces y palabras de un continente que muchas veces no se nos revela en toda su potencia creadora y resistente.

Las casualidades que no son tales

La noche anterior a la presentación de esta pieza, Patricia Ariza, actriz y miembro del grupo de teatro colombiano “La candelaria” presentó su versión de “El quijote”. Al presentarlo habló de las utopías, del dolor y del deseo de paz. Como si lo hubiera sabido desde hace más de una año, cuando crearon “Las venas abiertas”, Roxana Pineda leyó un breve texto de Galeano, “Crónica de la ciudad de Bogotá”, perteneciente a “El libro de los abrazos”. Es relato comienza así: “Cuando el telón caía, al fin de cada noche, Patricla Ariza, marcada para morir, cerraba los ojos. En silencio agradecía los aplausos del público y también agradecía otro día de vida burlado a la muerte.”

El teatro y las canciones son, sin dudas, una herramienta fundamental para que podamos intentar en esta tierra bendita, cada día, seguir burlando la muerte

Entrevista a Roxana Pineda, Alejandro Yera y Juan Manuel Campos

¿Cuándo y cómo surge este espectáculo?

RP: El espectáculo surge hace algo menos de un año y medio, por una inquietud mía. Yo llevo muchos años haciendo teatro y en un momento tuve un rompimiento de mi vida profesional. A mí siempre me interesó mucho el mundo de la música. Tenía que hacer algo diferente a lo que estaba haciendo en ese momento y quise aventurarme a hacer algo con el mundo de la música.

Eduardo Galeano es un escritor que yo siempre he trabajado mucho desde el mundo del teatro. Tengo un espectáculo completo con sus textos. Yo los conocía a ellos de una manera distinta a la profesional, porque vivimos todos en la misma ciudad, y me interesaba mucho el trabajo que ellos hacen como músicos. Este no es el primer trabajo que hacemos juntos. Hubo un primer trabajo mucho más grande. Él (Alejandro Yera) es director de un grupo, Raptus, muy conocido en nuestra ciudad y con muchos años. Nuestro primer trabajo se llamó “Te abrazo tristeza” y lo hicimos con el grupo completo más Juan Manuel en el piano. En ese espectáculo la dramaturgia era colectiva a partir de una historia inventada por mí y se cantaban muchas canciones de la trova tradicional cubana. A partir de allí yo quise seguir trabajando con el mundo de la música. Es entonces cuando Eduardo Galeano muere. Como era un escritor que a mí me interesaba mucho, yo quise hacer algo con su obra, y es a partir de allí que se estructura el espectáculo. Lo primero es el mundo de Eduardo Galeano. El espectáculo se llama “Las venas abiertas”. Muchos lo referencian al libro y lo llaman “Las venas abiertas de América Latina” pero este no es el nombre original. Hay muy pocos textos de este libro, muchos de “El libro de los abrazos” y de “Palabras andantes”.

Ese fue la columna y a partir de ahí, en relación con esos textos, empezamos a rescatar el mundo sonoro de la música tradicional cubana y la música latinoamericana. Todas las canciones latinoamericanas que se cantan son hitos, son muy conocidas y está muy enraizadas con el mundo de Eduardo Galeano. A partir de ahí se encuentran un interés que yo tenía y esta especie de tradición que nosotros teníamos de trabajo. Este fue el lei motiv con el que surgió la obra.

(A Alejandro Yera y Juan Manuel Campos) ¿Ustedes conocían la obra de Eduardo Galeano antes de empezar a trabajar en este proyecto?

Ambos: No…

AY: No la conocía. A partir del trabajo que empezamos con Roxana es que conozco la obra de Eduardo Galeano. De verdad que además que es importante porque de alguna forma unifica a quienes viven en todos los lugares que hemos visitado, Cuba, Colombia, Ecuador, porque a todo el mundo lo toca. Es como si fuera Latinoamérica un solo país. Yo creo que es la esencia del espectáculo.

Hay algo que cruza los dos lenguajes, que es el ritmo. Esta obra tiene un trabajo rítmico muy importante. Ese trabajo ¿se hizo después de seleccionar los textos y los temas o ya está concebido desde el momento de hacer la selección?

RP: El trabajo está estructurado como cuando se escribe una obra de teatro. En este caso no son sólo palabras. Aquí además estaban los temas musicales, las acciones en términos de desarrollo en el espacio, que son muy sintéticas, los objetos, que también están muy cuidados, que aun cuando sean pequeños detalles, hacen que lo que es subterráneo pueda brillar. Es una dramaturgia que está construida a partir de que ya teníamos seleccionados los temas, de acuerdo a cuál es el que alumbra determinado texto. No es que tengamos esto por un lado y le pongamos esto por el otro. Estudiamos bien que tema venía mejor con cada texto.

Esta es la última versión, la primera tenía muchos más temas. Luego decidimos cortarla un poco. Pero se hizo así, viendo bien que viene en conjunto. Algunos detalles si, aparecieron cuando empezamos a trabajar.

AY: Muchas veces yo decía, “este tema va detrás de esto”, porque yo buscaba una dramaturgia de sonido y ella me explicaba que lo que correspondía era la dramaturgia del teatro. A partir del modo de como escribió la obra, es que se puso la música y como se generan los climas y no a partir de la línea que lleva la parte musical. Eso me costaba por momentos entenderlo.

(A Alejandro Yera y Juan Manuel Campos)  Ambos han dicho que no son actores sino músicos. Sin embargo al utilizar la voz, que es un instrumento que le pertenece tanto a la música como a la actuación, lo hacen como actores, además de como cantantes. ¿Hay alguna diferencia entre el trabajo vocal que hacen para actuar o para cantar?

AY: Para mí es muy complicado y muy diferente, no tiene nada que ver con la música. Primero hay que entender el lenguaje del teatro y este no es cualquier teatro, es un teatro de experimentación. Si saltamos las etapas, sin hacer el teatro tradicional, entonces ha sido muy difícil y complicado para mí en el sentido de entender por ejemplo la dramaturgia. Entender por qué va aquí un texto y no va en otro lugar. Es diferente por completo de como organizo un concierto de música. Yo creo que ha sido muy difícil y ha sido muy beneficioso y productivo para nosotros porque hemos aprendido mucho. Ha sido un proceso de retroalimentación. Yo creo que ella aprendió más de música que nosotros de teatro (risas)

Al final de la obra tienes un compromiso corporal importante

JMC: Si, parece que si (risas). En el final tengo esta especie de participación performática o teatral, y lo hago con mucho gusto, pero mi posición siempre es desde mi lugar de músico. Todo el tiempo. Hago estas cosas que forman parte de la obra que me encantan, pero creo que mi secreto está en que ningún pienso en que estoy haciendo teatro. Cuando hablo, hablo del mismo modo en que estoy hablando contigo. Con el papel en la mano, quizás con la poca intimidad que lleve el momento que esté ocurriendo, pero nunca actuando. No como un actor. Ni lo hago, ni lo sé hacer, ni lo voy a hacer.

Hay una marcada presencia del amor en las canciones elegidas.¿Hay alguna relación entre las canciones de amor, la resistencia, la obra de Galeano y esta obra?

RP: Si, por supuesto. Hay un gusto musical que compartimos todos por la música de la Trova tradicional cubana. Y la Trova tradicional cubana es como un depósito de resistencia cultural. Son un patrimonio. Tienen un valor inconmensurable. Hay muchos músicos en Cuba que intentan un rescate todavía de esa música. Juan Manuel trabaja mucho con esa música también. Nosotros teníamos los textos y por asociación libre íbamos encontrando esos temas. Nosotros habíamos cercado, como se hace cuando se crea una obra artística, nuestro mundo musical. Por una parte la música de la Trova tradicional cubana y por otra parte los hitos de la música latinoamericana. Yo creo que no se puede concebir ninguna labor de resistencia, ni tarea de emancipación, ni ninguna revolución si un profundo amor. No hay acto de amor más grande que una revolución

 

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