Me gritaron Negra!

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Cuando en la vida, que es la escuela que hemos olvidado, empecé a tocar fondo, me dije, no obstante, soy africana. Esto es cósmico, porque, ¿qué cosa tiene el ser humano si no es un aspecto del cosmos? Es muy fácil decir soy un microcosmos. Si eres un microcosmos descubres las leyes que hay en ti del macrocosmos y entras al sitio que te corresponde.”, #Victoria Santa Cruz en entrevista con Marco Aurelio Denegri en el programa «La función de la palabra» (1938).

Como un llamado psicomágico o un golpe de realidad, el hecho es que Victoria conoció el racismo a muy temprana edad y eso, sin querer, despertó en ella una animosa necesidad de expresarle al mundo lo orgullosa que estaba de ser negra, de sus raíces y del ritmo que llevaba en la sangre.

Victoria Eugenia Santa Cruz Gamarra nació en La Victoria, provincia de Lima, un 27 de octubre de 1922. Fue coreógrafa y diseñadora de vestuario, profesora de #Arte, activista y poeta. Proveniente de una familia de 10 hermanos con un padre que les enseñó Shakespeare en perfecto inglés y les hacía oír ópera, y una madre, Victoria Gamarra, que era una de las más graciosas y grandes bailarinas de marinera del Perú.

Victoria inició su periplo por las Bellas Artes en 1958 con el grupo de danza y teatro Cumanana, junto a su hermano Nicomedes Santa Cruz, famoso poeta y estudioso del folklore peruano: “Cultura viene de cultivo, y si el hombre a través de sus manifestaciones no se cultiva no está haciendo nada, sino vivir en el sueño.

Victoria viaja a París y descubre el #Afrocentrismo

En 1961, Victoria es becada por el gobierno francés para estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones. Es aquí cuando descubre el afrocentrismo (una visión de la historia del mundo que enfatiza la importancia de los africanos, transformándose en sinónimo de personas de raza negra, en la cultura, la filosofía y la historia.)

Fui bailarina de Charleston desde que era pequeña y, poco a poco, empecé a descubrir el significado de la danza, la importancia de bailar lo africano. Los seres humanos no conocen su origen. ¿Cómo es posible que se critiquen y se desprecien tanto? Cuando te empiezas a descubrir a ti, entiendes qué es ser blanco, negro, indio, o rubio… Empezamos a entender la vida y cosas muy importantes.”

A su regreso al Perú en 1968, funda la compañía Teatro y Danzas Negras del Perú, con la que no solo viajó por todo el país sino que representó a Perú en los Juegos Olímpicos de México del mismo año. Posteriormente fue directora del Conjunto Nacional de Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC) entre 1973 y 1982. Ese mismo año, es invitada como profesora en la Facultad de Artes de la Universidad Carnegie Mellon en Pensilvania, de la que se convertiría en profesora vitalicia por toda una década (1989-1999). Durante su estancia en Estados Unidos dictó talleres para las compañías de teatro de Peter Brook y Eugenio Barba.

“Me gritaron negra”

Cuando tenía cinco años era la única niña negra del grupo. Un día había una niña nueva en el barrio, de cabello rubio, que nos dijo: “Si la negra quiere jugar con nosotros, yo me voy”. Lo más doloroso fue que mis amigos me pidieron que me fuera. Todo lo que sentí, lo anoté en un pequeño libro y fue lo que dio origen al poema ‘Me gritaron negra'».

Victoria nunca olvido lo que esa situación le hizo sentir, pero en vez de victimizarse o buscar culpables, decidió usar ese sufrimiento para enaltecer su cultura y el hecho de ser negra: “Nunca olvidé la importancia de sufrir. Esa niña estimuló algo en mí y pude descubrir lo que significa defender tus ideas y lo que crees. Sufrí pero descubrí muchas cosas. Empecé a descubrir la vida.

El legado de Santa Cruz no solo dejó una huella en la cultura y el folklore peruano, su visión y su enfoque sirvieron de marco para las luchas sociales en varios países del continente y son un referente natural a la hora de hablar de los movimientos feministas de toda Latinoamérica.

Publicado en Blasting News

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