El grupo Tierranegra: los revolucionarios del teatro en Costa Rica

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Sus integrantes son hoy actores y directores consagrados, o artistas reconocidos o escritores premiados. Pero a inicios de los años 70 formaron parte de una atrevida burbuja cargada de color y cadencia, y también de crítica, irreverencia, denuncia y protesta.

El grupo Tierranegra nació en 1973 para revolucionar el teatro costarricense y morir 10 años después.

Desde su nacimiento, durante una reunión donde participaron 15 personas ligadas al mundo artístico, la idea fue trabajar en un teatro contestatario, donde el concepto de creación colectiva jugara un papel fundamental.

Luis Carlos Vásquez, director y fundador del grupo, un colombiano que llegó a Costa Rica por accidente, sostiene hoy que Tierranegra surgió “por la necesidad de un grupo de artistas de ubicarnos en los cambios de la época y por el compromiso de sus integrantes con una realidad política y social muy propia del momento histórico”.

Eugenia Chaverri, cofundadora, apunta que Tierranegra planteó un teatro con una estética diferente a la que se venía mostrando y trajo a la escena los problemas y reflexiones nacionales. “Para mí fue un despertar; me abrió los ojos al mundo pues me encontré con un grupo de compañeros reflexivos y comprometidos con su entorno social”, subraya.

Sus pioneros

El elenco original lo integraron Luis Carlos Vásquez, Eugenia Chaverri, Álvaro Marenco, Mario Urpi, Maritza González, Alejandro Tosatti, Ana Cristina Rossi, Juan José Rossi, Alberto Rossi, Ivette Guier, Vicky Montero, Diana Ávila, Eugenio Arias, Víctor Hugo Rueda, Olga Luján y Patricio Zurita.

El nombre de Tierranegra lo propusieron Diana Ávila, Anacristina Rossi y Alessandro Tossati, fudamentados en que la tierra negra es la más fértil y que una sola palabra decía mucho más que dos sobre la identidad del grupo.

Tierranegra participó con gran éxito en dos festivales mundiales de teatro, celebrados en Caracas, Venezuela, con sus obras “La Invasión” (1974) y “El Testamento de Perro” (1978).

En ambas ocasiones, la crítica fue muy positiva. Con “La Invasión” recorrieron varias ciudades, mientras que “El Testamento del Perro” fue presentada y aplaudida en varias salas de la capital.

A lo largo de sus 10 años de existencia, pusieron en escena La invasión (1973), La fábrica de muñecos (1974), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1975), La huelga (1975), Poemas de Antonio Miranda (1976), Santa Juana de América (1977), El testamento del perro (1978), Trazos de comunicación (1979), El día que la Luna se durmió (1979) y La orgía (1979).

Teatro con sentido social

Irreverente y crítico: así fue el teatro de Tierranegra.

La denuncia de la injusticia que permeaba la sociedad costarricense fue una de las principales características del grupo, comprometido políticamente desde sus inicios. El experimento en las tablas fue otra de sus características mientras que la “creación colectiva” de moda en la Europa de finales de los años sesentas, cerraba el triángulo que dio vida al grupo.

Anacristina Rossi recuerda que el grupo despegó con presentaciones en salas comerciales a las 10 de la noche, una vez que terminaban las programadas a las 8, “y aunque parezca increíble –dice- se llenaban”.

Agrega Rossi que se trató de un movimiento de renovación del teatro costarricense, “muy tico, que salió de nuestros corazones, de nuestras ansias de justicia social, y por ello nuestro primer montaje fue La Invasión, que ponía en evidencia que Centroamérica era un territorio invadido”.

Diana Ávila, otra de sus fundadoras, afirma que fue posiblemente el primer grupo que funcionó en Costa Rica bajo el esquema de la creación colectiva, “donde el director y Eugenia Chaverri elaboraban los guiones y planteaban las ideas, pero el resto del grupo investigaba y aportaba ideas durante el montaje”.

La creación colectiva

Indudablemente, una de sus características principales y tal vez la que dio más impulso a este joven y revolucionario grupo fue la creación colectiva.

Para Alessandro Tossati, en Tierranegra la creatividad jugó un papel importante junto a la línea de contenido social.  “La expresión artística, la creatividad, el poder soñar y tener contacto directo con los costarricenses resume mi experiencia en este grupo”, puntualiza.

 ¿Por qué murió Tierranegra?

Teatro de denuncia. "La invasión".

Diana Ávila califica de amarga su experiencia en el grupo, ya que tenía sus ilusiones puestas en el proyecto, “pero Luis Carlos Vásquez y Eugenia Chaverri plantearon combinar el teatro político con el llamado teatro libre, y allí el grupo se partió en dos… Allí murió Tierranegra”.

Vásquez considera que la desaparición del grupo se debió más bien a que los procesos terminan. Que se cumplió con el reto histórico y que ahora corresponde a las nuevas generaciones asumir el riesgo de la denuncia política y social.

Hoy, Luis Carlos Vásquez sigue dirigiendo, teatro, danza y circo y continúa viendo el teatro como un acto de amor. Chaverri, pensionada, disfruta de sus nietos y declara estar lista para enfrentar nuevos retos.

Tossati trabaja en producciones del Teatro Nacional; Ávila labora como traductora y editora independiente, mientras que Anacristina Rossi sigue escribiendo y dedicada al activismo ecológico.

Publicado en CRHOY
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