Hallan en México un panteón prehispánico de 1700 años

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En días pasados en el centro de esta ciudad, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron una tumba de tiro prehispánica con restos óseos de al menos 12 individuos, así como evidencia de más huesos alrededor de este espacio funerario por lo que este hallazgo podría representar “una pequeña ventana” a lo que fue un gran panteón prehispánico de la fase Comala (0 – 500 d. C.).

El arqueólogo Rafael Platas Ruiz, del Centro INAH Colima, informó que las osamentas pertenecen a una docena de adultos de sexo masculino, cuya antigüedad ronda los mil 700 años, las cuales se hallaron a una profundidad de 84 cm debajo de la plancha de concreto —durante los trabajos de remodelación de la iglesia Adventista del Séptimo Día—, donde se detectó una oquedad de 50 cm de diámetro, que fue sellada con piedras de diversos tamaños, artefactos de molienda y huesos humanos al momento de efectuar su clausura en la época prehispánica.

La tumba de tiro de forma ovalada, de 1.60 m en eje norte-sur y 2 m este-oeste, se denominó osario porque contenía una serie de restos colocados de manera secundaria, es decir, no presentaban posición anatómica. Se registraron 12 cráneos y diversos huesos sin ningún orden, unos sobre otros.

La antropóloga física Rosa María Flores Ramírez, del Centro INAH Colima, señaló que varios de los individuos presentan deformación craneana del tipo tabular erecto, otros huesos refieren que tenían una complexión muy grácil y algunas alteraciones de la salud, como desgaste dental de medio a severo, presencia de sarro y fracturas, algunas de ellas mal consolidadas.

Los especialistas identificaron tres niveles de enterramiento, y en el segundo se encontró una ofrenda integrada por cuatro objetos cerámicos, entre ellas dos esculturas antropomorfas de rasgos masculinos y femeninos, respectivamente, dispuestos boca abajo en asociación directa a dos cráneos, a una profundidad de 1.60 m.

Las figurillas fueron manufacturadas bajo la técnica del modelado de una pasta fina que fue pulida, los rasgos faciales se representaron con esgrafiado e incisiones, posteriormente fueron decoradas con pintura color rojo ocre al igual que la olla.

El arqueólogo Platas explicó que las características de los objetos cerámicos permitieron definir de manera preliminar la temporalidad del contexto, la cual corresponde a la fase Comala (0 – 500 d.C.).

“La presencia de estas piezas en la ofrenda hacen alusión a la cosmovisión de los grupos que habitaron el valle de Colima en dicho periodo. Las esculturas, de acuerdo con sus atributos, fungían como elementos propiciatorios que aseguraban la protección de los difuntos como es el caso de la escultura masculina que representa un chamán, los otros objetos cumplían la función de llevar los requerimientos al inframundo”.

Los investigadores del Centro INAH Colima subrayaron que el hallazgo de esta tumba de tiro en la capital del estado es de gran valor, debido a que se encontró sellada; existen registros de este tipo de espacios funerarios pero en su mayoría saqueados, “Esto nos permitió tener un primer acercamiento con los restos óseos, observar las lesiones, deformaciones y contar con mayor información para conocer cuál fue su forma de vida”.

Es la primera ocasión que se localiza una tumba de tiro en esta zona, “posiblemente haya más depósitos funerarios, porque todo el valle de Colima tuvo una ocupación continua importante a partir de la fase Capacha (1500 a.C.) hasta la llegada de los españoles (1500 d.C.)”, por lo que manifestaciones culturales de diferentes periodos suelen conservarse debajo de la ciudad, concluyeron.

Publicado por Cambio de Michoacán

 

 

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