Argentina: «Noemas», Julio Cortázar al escenario

1.608

Por Juan Francisco Moretti

“Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado…”

Las palabras de Julio Cortázar se reavivan en “Noemas”, obra de Natalia Villamil inspirada en la segunda parte de la novela Rayuela. La acción transcurre en casa de Pancho y Edith, una pareja de trabajadores circenses que dieron asilo a Julio, un viejo amigo escritor recién llegado de París. Pancho trabaja duro y no puede dormir, Edith resiente las angustias de la vida doméstica y choca con Julio, que deambula obsesionado por un amor recordado y sólo piensa en construir un puente. Los días se suceden entre juegos, discusiones, risas y peleas. Las distancias entre los tres afloran con creciente intensidad: al final, el puente podría ser más que una metáfora.

El amor, la búsqueda incesante, los desencuentros y las ilusiones aparecen en escena con una poesía extraña y fascinante, a veces onírica y a veces cómica, donde resuenan la estética y el espíritu del autor argentino.


 

8 baja

Síntesis argumental

El personaje de Julio regresa de París, luego de su paso por el viejo continente, se aloja en casa de su amigo Pancho que está “felizmente” casado con Edith. Los tres trabajan en un circo y se la pasan poniendo la vida en remojo, girando para ser un cachito de cada otro, insatisfechos con sus vidas: Julio no va nunca a trabajar, Pancho inmerso en una queja constante por el trabajo de acomodador del circo, y Edith cansada de su esfuerzo corporal para sostenerse en un fallido equilibrio entre ambos.

Julio, personaje central, vive en una realidad paralela, nostálgica, que le trae una y otra vez los recuerdos de París, de un amor que conoció allá; Uruguaya que andaba yirando como él en su querida París. Esta realidad lo lleva a comparar todo el tiempo a esa mujer Maga con la que jugaban al amor en París, con Edith, la esposa de su amigo de la infancia: Pancho, que lo aloja desinteresadamente y con el afán de convertirlo a su mundo plagado de males argentinos; del dinero que falta, el trabajo explotado y el deseo insatisfecho.

En el medio; Edith… una mujer aburrida, impulsada por la inercia del matrimonio, a partir de la llegada de Julio comienza a descubrir que la vida le puede ofrecer otra cosa si ella lo busca como todos alguna vez buscaran como tontos. A esa búsqueda se le sobrepone el afecto y cariño que siente por su esposo y la ubica en tensión constante entre ambos, y hace que finalmente desaparezca como La Uruguaya que Julio conoció en París. Mismo destino. En esa desaparición los dos hombres se enfrentan en un combate, esa lucha de la vida misma. Esa ley: la única manera que vale la pena pero duele. 

Ficha artístico técnica:

Elenco: Carlos Ledrag- Ana Romans- Maximiliano Sarramone

Dirección: Cintia Miraglia y Natalia Villamil

Producción: Laura Piersanti

 Iluminación, escenografía y vestuario: Pía Drugueri – Gabriela Kohatus

Música original: Juan Manuel Sisto

Prensa y difusión: Simkin&Franco

Duración: Alrededor de 60 minutos. 

Propuesta dramatúrgica

El proyecto surge del impulso de recrear Rayuela de Julio Cortázar, tomando como referencia la segunda parte de la novela. En esta transposición de la literatura al teatro lo que permanece de la obra original es una sensación, algunas situaciones, ciertos aires referenciales que recuerdan a la estética tan propia e inconfundible de Cortázar. La obra se expande porque incluye al autor en la dramaturgia, desacralizándolo y poniéndolo en juego con una mistura fina del personaje original que comanda la novela (Oliveira), pero con la libertad que supone la dramaturgia de autor.

Subyace a Rayuela una referencia casi mítica que consiste en que el personaje central de la anti novela (como la llamó Cortázar) es autorreferencial, que existió La Maga, que fue novia del autor y cuyo nombre era Edith, también que el personaje de Traveler amigo de Oliveira (que no tuvo la suerte o fortaleza de viajar como él) quien se quedó en Argentina, es en referencia a Francisco amigo de la juventud de Cortázar.

Se toma el nombre de estos personajes de la realidad y se los lleva a aquellos de ficción. La obra expone entonces, ese cruce entre ficción y realidad que “enmarcaría el mito”, y que fusiona aspectos de la primer parte de la novela (Del lado de allá) y la segunda parte (Del lado de acá), también entretejiendo los personajes en esa fusión, así es que Edith aparece dividida entre Talita de acá y La Maga de allá.

La obra de Cortázar es el disparador hacia una nueva estructura de ficción creada para que los personajes y situaciones se desplieguen desde un nuevo engranaje particular. Como criterio temático se resalta la búsqueda incansable de algo que no se sabe. La insatisfacción. El desencuentro amoroso,  el rodeo en torno al deseo del otro, y así volver a empezar del cielo a la tierra de la tierra al cielo… inagotable recorrido de los que juegan al amor.

Concepto artístico y Puesta

«Noemas» se sitúa en la enrarecida mezcla de dos mundos que conviven codo a codo. El circo, con su magia de lentejuelas, luces y músicas alegres… y la vida gastada de tres personajes erráticos que deambulan entre el deseo y el olvido. Y entre esas mezclas de seres eclécticos y espacios contrapuestos la obra se asume en una espacie de costumbrismo enrarecido que sostiene la maquinaria escénica y que desnuda una suerte de trío amoroso de ribetes trágicos pero trastocado por un humor denso y corrosivo.

Con situaciones reconocibles desde su aproximación formal pero extrañadas en su modo profuso, exuberante y estridente en que los personajes de «Noemas» se relacionan e intentan enfrentar sus conflictivas.

Plagada de dicotomías –París / Buenos Aires, lo propio / lo ajeno, el trabajo / el ocio, Occidente / Oriente, entre otras– la puesta se hace eco de esos binomios y trabaja los dos mundos propuestos por la novela Cortazariana (Del lado de acá / Del lado de allá) con elementos entremezclados y yuxtapuestos, con una estética entre circense y doméstica contenida en una especie de carpa/habitación donde la convivencia entre los tres personajes se vuelve promiscua por la falta de espacio y privacidad.

Noemas es una historia de circo con niños sentados en la jaula de los monos titi, de amores platónicos con la mujer Barba, de canciones sobre sus vidas, de un puente de madera para cruzar los deseos. Una historia entre el tiempo que pasa y se les pasa en medio de una rutina que como ciegos los conduce siempre por los mismos lugares.

 

También podría gustarte