Cáncer, cuerpo, arte

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“Doctor de almas”, así bautizaron algunas sobrevivientes de cáncer de seno a Fabián Henao, un artista colombiano que decidió retribuir de alguna forma a la sociedad con su talento, con el que dio una segunda ilusión a 50 ticas.

Él se dedica a tatuar el pezón y la areola a las mujeres que han sido sometidas a una mastectomía, gracias a una campaña que inició llamada “Tinta esperanza“ y con la cual ya recorrió varios países y tatuó a unas 400 mujeres.

Henao visitó nuestro país y por medio de la Fundación Nacional de Solidaridad Contra el Cáncer de Mama (Fundeso), tatuó a decenas de ticas que sobrevivieron a la enfermedad pero perdieron uno o ambos senos en la lucha.

Su carrera como tatuador inició hace 25 años (primero estuvo relacionado en el ámbito de la música durante mucho tiempo y se desempeñó como artista plástico), sin embargo hace 2 años decidió buscar la manera de ayudar a otras personas.

“Simplemente fue pasar mi experiencia como tatuador de realismo al pecho de estas mujeres“, contó.

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Ellas llevarán un tatuaje en el pecho para sanar

Nueva ilusión

Desde una joven de solo 19 años -diagnosticada a los 14-, hasta otra mujer de 68, en México, han pasado por el lienzo de este artista, que asegura que su mayor satisfacción es ver la reacción de las mujeres, una vez finalizado el trabajo. En efecto, 2 de las mujeres costarricenses que fueron parte de las elegidas para recibir el tatuaje dieron fe del talento de Henao.

La primera de ellas tenía poco más de un año de haber sido operada y llegó con la ilusión de recuperar el color en su pezón izquierdo, una parte importante de su femineidad. Ese deseo pudo más que la vergüenza que generaba quitarse la blusa frente a los desconocidos que estábamos en el cuarto.

Sus pechos eran muestra de la lucha de esta guerrera, que después de unos 30 minutos de dolor, no dudó en abrazar al artista y agradecer por su trabajo.

La segunda de ellas perdió su pecho derecho y el pezón desde hace 23 años, y fue gracias a su esposo desde hace 30 años, que llegó hasta la fundación. “Ha sido una gran lucha”, comentó el esposo que la esperaba con la esperanza de ver en su rostro señales de felicidad.

Cada cuerpo cuenta la batalla por la que han pasado ellas; cada pecho reconstruido a partir de distintas partes del cuerpo es la muestra del dolor de años, que no finalizó con la erradicación de la enfermedad, sino que muchas veces se extiende por año, cuando cada una de ellas se mira al espejo y ve lo que el cáncer le robó y que ahora Henao les devolvió.

Publicado en CRHoy

Mi cabeza. Fotografías de un proceso vital

Ante la pérdida de pelo producto del tratamiento de un cáncer mamario, la profesora de arte María Teresa Claro decidió poner su cabeza a disposición de quienes quisieran pintarla. Es decir, que su cabeza fuera soporte de un trabajo artístico y así transformar el dolor en algo positivo. Tanto pintores consagrados como emergentes y personas de su entorno, acogieron el llamado y participaron en este inédito proyecto.

La exposición MI CABEZA. FOTOGRAFÍAS DE UN PROCESO VITAL, que se presenta en el Centro Cultural Las Condes, es el resultado de los ocho meses que duró este trabajo y que fue captado por el lente de cuatro fotógrafos. Presentada por la Corporación Cultural de Las Condes, la muestra reúne setenta fotografías, en color y blanco y negro, realizadas por el colectivo Trimagen, integrado por Teodoro Schmidt, Julia Lafée, Samuel Shats y Javier Moreta, y se complementa con videos de backstage y de entrevistas.

Entre los pintores que intervinieron la cabeza de María Teresa se destacan Mario Toral, Gonzalo Cienfuegos, Benjamín Lira, Carmen Aldunate, Totoy Zamudio, Malú Stewart, Josefina Fontecilla, Maite Izquierdo, Guadalupe Valdés, Carmen Vicuña, Soledad Errázuriz y Clo Baeza. Además, participaron familiares, alumnos, pacientes oncológicos e incluso uno de sus médicos. Un total de 34 personas intervinieron en esta innovadora propuesta, que se llevó a cabo en la clínica, en talleres de pintores y en el estudio fotográfico de Trimagen.

“Ésta es una exposición con múltiples lecturas -expresa Francisco Javier Court, director de la Corporación Cultural de Las Condes- Pone en escena la excelencia fotográfica de cuatro autores, el delicado trabajo de pintores reconocidos e interpela al espectador. Emociona, provoca y conduce a la reflexión en torno al significado de la vida y la muerte. Al recorrerla sabemos que la cabeza de la autora del proyecto no fue pintada por razones estéticas o creativas, sino que su intención fue mucho más profunda. Entonces, lo que vemos se transforma, adquiere otro matiz, incluso cuestiona la frivolidad y nos enfrenta a la más potente humanidad”.

Sobre este proceso vital, registrado en fotografías, María Teresa Claro dice: “Cuando a una persona le dicen cáncer, lo primero que se viene a la mente es una cabeza calva y luego la mascarilla. Es una asociación visual directa. El objetivo era desmitificar esto. Quitarle la asociación al dolor, al duelo”.

En este proyecto se conjugaron su cabeza, que simula un soporte o lienzo, las obras de los pintores y la mirada de los fotógrafos. A juicio de estos últimos, “se buscaron perspectivas donde conversan permanentemente la obra de los autores, con la paz y espiritualidad de María Teresa. El resultado son creaciones únicas e irrepetibles con volúmenes esféricos fascinantes”, según señala Teodoro Schmidt.

LOS FOTÓGRAFOS

Samuel Shats. Doctor en ingeniería de la Universidad de Tel-Aviv y diplomado de fotografía UC y de Fotografía Narrativa en la Fundación Pedro Meyer. Ha sido docente en diversas instituciones y su obra ha sido expuesta en Estados Unidos, Israel, Brasil, Argentina y diversas salas de Chile.

Teodoro Schmidt. Abogado de profesión, en el año 1980 ingresó al Foto Cine Club de Chile, donde fue director y presidente. Docente y gestor cultural. Ha participado en exposiciones y concursos nacionales e internacionales, recibiendo varios reconocimientos y premios

Javier J. Moreta. Nacido en Argentina, con formación en ingeniería y diseño gráfico. Ah ejercido la docencia en fotografía en universidades e institutos por más de 20 años, siendo su vinculación con la fotografía una herencia familiar. Ha expuesto en muestras individuales y colectivas tanto en Chile como en el extranjero.

Julia Lafée. Nacida en España, se graduó en Artes Escénicas y estudió fotografía en el Taller de Artes Imaginarias, de Madrid. Tiene diplomados de fotografía de la UC y de Fotografía Narrativa en la Fundación Pedro Meyer. Editora de la agenda fotográfica Trimagen. Su trabajo ha sido expuesto a nivel nacional.

LA CABEZA

María Teresa Claro Lyon es profesora de arte en un colegio. Está casada y es madre de cinco hijos. Le detectaron un cáncer de mama en marzo del 2014. El tratamiento que se le dio fue el de operación, quimioterapia y radioterapia, y fue tratada en la Clínica Santa María.

“Me encantaría que las personas que tuvieran cáncer pudieran experimentar lo que esto significó para mí, que es que, desde el punto de vista terapéutico, pude salir de la enfermedad”, explica María Teresa.

Al recordar cuando ponía su cabeza en manos de los artistas, sostiene que “por un minuto en sus vidas su tela era mi cabeza, pero mi piel tiene sensaciones, por lo tanto, era para ellos tela viva, que podía transmitir lo que una tela de género no puede hacer”.

Publicado en CLAC
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