[NodalCultura Pregunta] Marcelo Schapces, cineasta argentino: «Mi película es Lovecraft y el Necronomicón en Buenos Aires»

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Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

Marcelo Schapces es productor y realizador de cine con más de 20 años de experiencia, pero antes que todo eso un voraz lector y un cinéfilo empedernido. Fanático del género de terror, de la novela negra, de Buñuel, del jazz y de River. Schapces vivió en otros países latinoamericanos durante su exilio, a causa de su militancia política, y desde entonces produce diferentes hechos vinculados con el arte. Ha dirigido un muy documental sobre el Che en Cuba y producido al gran cineasta español Carlos Saura, y dos de las mejores películas en las que participó el humorista argentino Diego Capusotto.

Schapces acaba de presentar “Necronomicón, el libro del infierno”. Película que de cierta manera recupera una astucia borgeana en relación con el libro mítico creado por H. P. Lovecraft, uno de los grandes creadores del terror moderno. Esta jugada maestra de Jorge Luis Borges de hacer existir el Necronomicón en la Biblioteca Nacional Argentina, es un disparador fabuloso para el nacimiento de esta película.

“Lovecraft en varios de sus mejores cuentos, cita al Necronomicón y a su autor el árabe loco, Abdul Alhazred. Sobre este libro imaginario organiza toda su cosmogonía de Dioses primordiales y horror cósmico. En los relatos cuenta una serie de peripecias que ocurrieron con libro, desde que fue escrito allá por el año 700 en Yemen. Hay varias traducciones, hay ediciones quemadas, porque el libro mismo es perseguido, pero finalmente cuenta que quedan 5 ejemplares. Dos en ciudades inventadas por Lovecraft, Providence y Arkham, uno en la Biblioteca de París, uno en Berlín y una traducción al latín en la Biblioteca de Buenos Aires. Lovecraft es quien pone al Necronomicón en Buenos Aires. De ahí esta humorada de Borges de catalogar este libro inexistente, pero que Borges sabía que Lovecraft había depositado en la Biblioteca”.

En Necronomicón (o Al-Azif según su nombre original en árabe) “es un libro de saberes arcanos y magia ritual cuya lectura provoca la locura, la ceguera o la muerte. A pesar de eso, se dice que pueden hallarse en él fórmulas olvidadas que permiten contactar Los Antiguos y despertarlos de su letargo para que se apoderen del mundo, que les pertenece desde el principio.” [i] Lo que Borges hizo, siendo director de la Biblioteca Nacional Argentina, fue fichar el libro como existente dentro del catálogo de la institución. A partir de allí, y aún hoy, cientos de fanáticos e investigadores siguen consultando sobre cómo pueden hacer para ver el libro de los conjuros.

afiche NecronomicónEn la entrevista con Nodal Cultura, Schapces se declara sorprendido por el hecho de que esta historia nunca fue tomada por la ficción. “Lo notable es que desde que Lovecraft murió, hace ochenta años, no hay relatos derivados de esta historia. No hubo, cuentos, comics, obras de teatro, cortometrajes. Nada se ha hecho en base a este dato de uno de los grandes maestros del terror, que tiene miles y miles de seguidores en todo el mundo. Dato que todos los fanáticos conocen. Desde que lo leí a los doce años, hace muchísimos años, estuve obsesionado con este tema. Quería escribir un cuento, después quise hacer un corto y así pasó la vida. Y siempre quedé con la idea de que había contar qué pasa con el Necronomicón que está en la Biblioteca Nacional. Tantas historias que vamos inventando, como podemos, y tener uno de los libros que son santo y seña para cualquier fanático del terror en el mundo, y encima bendecido por Borges, era algo que no podía dejar pasar”.

¿Cómo fue entonces que un día pudo arrancar el proyecto después de tantos años?

Afortunadamente me crucé con Luciano Saracino y con Ricardo Romero. Saracino es un joven guionista de historietas, una de las figuras del género en Argentina desde hace varios años. Romero, editor y escritor, también cultor del género, autor de “El conserje y la eternidad”. A ellos les pasé el testigo de toda esta idea, para que ellos pudiesen armar una historia con menos vicios de época, como seguramente le hubiera puesto yo. Ellos hicieron una historia más apropiada al presente, donde la trama con Borges está presente.

Sin embargo, la película es consistente con tus lecturas de años y de la estética de tus películas

La película fue hecha por un equipo que está lleno de gente, empezando por los guionistas, que aman a Lovecraft, que conocen el género y su obra. Para mí era clave que sea muy respetuosa de la mitología “lovecraftiana”. En eso yo no podía tener un traspié. No podía creerme más listo que esa mitología. Creo que la película cumple muy bien con esa idea. Creo que los fanáticos no se van a sentir defraudados, y que quienes no son fanáticos van a encontrarse con un relato que se sostiene muy bien, con una película bien hecha y bien actuada, lo que no es necesariamente habitual en el cine de terror.

La película tiene una historia muy atrapante, pero además presenta una larga serie de relatos y referencias alrededor de las literaturas míticas y de terror

Es que lo que contamos es la vieja lucha entre el bien y el mal, que acá son bienes y males que andan por allí fluctuando. En medio de ello, un libro emblemático, que fue trasladado en secreto de la vieja biblioteca de la calle México, a los sótanos del edificio monumental de la Biblioteca Nacional. Y el libro está como una suerte de pequeño monstruo, escondido en los sótanos inundados de esa biblioteca inmensa. La lucha entre los que tienen que tratar de que el libro no sea conjurado y los que desean hacerlo, es mágica.

Lograron una Buenos Aires siniestra, opaca, con una lluvia eterna. Pero lo más interesante es que hay una decisión de que Buenos Aires sea la que es, en términos de espacio, de identidad física, cultural. No buscaron despersonalizarla, para que se viera como un lugar universal donde ocurre el relato.

Cuando yo “vendía” la película al comienzo, decía que es Lovecraft y el Necronomicón en Buenos Aires. Eso tenía que estar presente permanentemente. Porque hay una legitimidad de origen que está dada porque el mismo Lovecraft puso un ejemplar del Necronomicón en esta ciudad. ¿Cómo íbamos a esconder a Buenos Aires en aras de una universalidad? Buenos Aires es una ciudad con un carácter tremendo. Y además está Borges, que le da aún más valor a que sea esta ciudad. Además de todo el ambiente “lovecraftiano” que se amalgama muy bien con la ciudad.

En ese contexto el protagonista, muy bien interpretado por Diego Velázquez, es casi “Arltiano”

A partir de que él fue elegido como protagonista, que venía de hacer “Los siete locos” en la televisión, a mi me interesó trabajar eso. Arlt y Borges estuvieron juntos en la revista Martín Fierro. Arlt tiene una impronta de la Buenos Aires más canalla. Pero en el rasgo orillero de sus personajes se encuentra con Borges, y allí todo juega en un mismo registro. Arlt tiene además una frase maravillosa, “estamos asistiendo al crepúsculo de la piedad”, que va muy bien para hablar del Necronomicón en Buenos Aires. Asistimos al crepúsculo de la piedad.

Diego Velázquez

 El trabajo plástico articula esa presencia de la ciudad con el universo de las fuerzas oscuras, lo vacilante, lo oculto tras la lluvia permanente, ¿cómo fue el trabajo del equipo que logró construir esta imagen tan potente?

Se hizo un trabajo bastante importante tomando fotografías sobre imágenes de los edificios de Buenos Aires, y con ese material se hizo una post producción digital que nos permitió “reconstruir” la ciudad. Armamos una Buenos Aires con mucha intervención, para poner cúpulas y  gárgolas. Son muchas imágenes que están “reensambladas”. Además conseguimos muy buenas locaciones. Encontrar “El palacio de los bichos” en Villa del Parque, un edificio emblemático, con una larga tradición de fantasmas, y haberle ensamblado una cúpula del Palacio Barolo para darle un carácter más siniestro, fue maravilloso. Pero por sobre todo haber podido filmar en la Biblioteca Nacional, que es que un personaje en sí mismo dentro de la película. Pudimos filmar en los sótanos reales de la biblioteca, entre millones, literalmente millones, de libros. Lo cual es impresionante.

Nosotros habíamos comenzado a conversar con las autoridades de la Biblioteca desde la gestión anterior, a cargo de Horacio González. Y la nueva gestión a cargo de Alberto Manguel, un “borgéolo” de los más importantes, y su director de cultura, Ezequiel Martínez, se entusiasmó mucho con el proyecto. La verdad es que nos dieron mucha facilidad para filmar en la biblioteca, que, como te decía, es un personaje más en la película.

Otro lugar impresionante es la librería, la que aparece como “Carcosa”, en referencia a una ciudad creada por el cuentista estadounidense Ambrose Bierce, y que Lovecraft toma en sus relatos. En realidad la librería “Aquilanti”, que está en la calle Rincón y es maravillosa. Lucío Aquilanti, su dueño, que heredó la tradición anticuaria de su padre, nos permitió filmar ahí, y como se ve en la película, tiene un sótano sorprendente. La película tiene así muchos guiños sin perder nunca el rumbo de la historia que está contando.

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En aquellos años en que leíste a Lovecraft supongo que te imaginabas el Necronomicón. Hoy ya existe. ¿Cómo es la relación entre aquel libro imaginario y este que finalmente hicieron?

Creo que se fue construyendo de a poco. Para mí hacer esta película es realmente “el sueño del pibe”. Yo soy muy fanático de la literatura de terror, y sobre todo de Lovecraft, que leí y releí una y mil veces. Creo que hay algo de todo eso que yo leía, hay algunas sensaciones de miedo, que ponen la piel de gallina, parecidas a las que yo sentí cuando leí a Lovecraft. He leído mucha literatura de terror, pero pocos autores producen miedo real cuando lo lees. Ese miedo que te eriza la piel. Y Lovecraft produce miedo con sus relatos, con ese barroquismo que muchos que califican de literatura sobrecargada.

Yo siento que mucho de eso que leí está en la atmósfera que pudimos crear entre todos en la película. Sobre todo porque no adaptamos a Lovecraft, ni tomamos escenas para contarlas, sino que es una historia propia, que tiene sus guiños a sus cuentos. Pero la historia a ser contada es la del Necronomicón en Buenos Aires.

Estoy muy conforme y muy contento con haber podido llevar esa historia a la pantalla y que en el medio hayan pasado tantos años desde que yo lo leí, sin que nadie lo hubiera hecho. Nosotros lo hicimos y eso a mí me deja mucho más que satisfecho. La película va a terminar entroncada en la mitología que tiene el Necronomicón en el mundo. Sumamos un granito de arena a esa construcción mitológica y eso nos pone a todos muy bien.

Necronomicón - El libro
«Finalmente, a partir de hoy, quien venga a buscar El Necronomicón en los estantes de la biblioteca va a poder encontrarlo», afirmó eufórico Luciano Saracino el 22 de febrero de 2018 en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional Argentina. Ese día presentaron el libro «Necronomicón, el libro maldito» que recoge textos de Schapces, Saracino y Romero, otros textos apócrifos y no tanto, y gran parte de las ilustraciones que Salvador Sanz y Aldo Requena realizaron durante la producción de la película. Una obra que completa la historia de esta película

«Después de haber filmado en la Biblioteca Nacional», explica Schapces, «decidimos con la gente de Utopía editores, una importante editorial de comics de Argentina, armar este libro que es «Lovecraft – Necronomicón, el libro maldito». Allí hay artículos Luciano Saracino, de Ricardo Romero. También de quien fue el especialista en lenguas muertas, Nicolás Campi, que es un filólogo y ha trabajado en la lengua que utiliza Lovecraft en toda su literatura, el Aklo. Campi ha trabajado con el equipo que se encarga de los lenguajes en El señor de los anillos y Games of thrones, para las cuales se crean lenguas específicas con criterio filológico. Eso hicimos nosotros también para Necronomicón.

Además en el libro damos cuenta del Necronomicón y su historia en Buenos Aires, como si toda la película estuviese basada en una historia real, para seguir alimentando la mitología. Están todas las ilustraciones que hizo Aldo Requena para el Necronomicón que aparece en la película. Requena es un enorme ilustrador argentino que conoce mucho del género, de Lovecraft y de los libros ocultos. Salvador Sánz que hizo el “concept-art” de la película también aporta sus dibujos al libro. De este modo este libro se conforma con artículos, historias y todo el material gráfico.

¿No es habitual que se haga en Argentina un proyecto de producción que incluya la película y el libro, que son obras independientes pero que dialogan entre sí?

No. Lo que ocurre es que además de la raíz literaria de este proyecto, que es Lovecraft, en el género de terror hay muchos cruces entre comic, literatura y lo audiovisual. A la vez cuesta tanto hacer una película como esta, que yo traté de sumarle valor agregado, porque las cosas suceden una vez y hay que hacerlas lo mejor posible, divertirse y pasarla bien. Y por supuesto, alimentar un poco la fantasía de la gente. Darle un poco más al público y a todos los que colaboraron también.

[i] AAVV; Necronomicón el libro maldito; Utopía Editorial; Buenos Aires; 2018

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