Llega a Buenos Aires la 7° edición de la Feria de Editores

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Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

Entre este viernes 10 y el domingo 12 de agosto, de 14 a 21 hs, más de 250 editoriales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México serán parte de la 7° Feria de Editores. En la misma, editoriales independientes –y no tanto-, son parte de un espacio donde presentan sus libros a un público que, a diferencia de las grandes ferias comerciales, busca publicaciones diversas y de calidad.

La primera edición de la Ferida de Editores (FED), se realizó en 2013, en la sede de FM La Tribu. Esta edición 2018 se realizará en el Centro Cultura Konex, que queda en la calle Sarmiento 3131 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como siempre el acceso es con entrada libre y gratuita.

Desde aquella primera edición, de la que participaron 15 pequeñas editoriales, mucha agua ha pasado bajo el puente. “El espíritu con el que trabajan los organizadores de la FED es fabuloso y eso el público lo ve. Es una feria cortita, pero hay mucha afluencia de un público interesado, que sabe que va a buscar lo que habitualmente es más difícil que vea en las librerías, no porque no estén nuestras cosas, sino porque conseguir visibilidad en las librerías es un enorme, enorme esfuerzo”, explicó a Nodal Cultura Valeria Sorín, directora de la editorial Editorial La Bohemia, que por primer año participará de la feria, “Si bien hay otras experiencias similares, el éxito de la FED y la gran tarea de los organizadores, ha sido armar un espacio único, súper atractivo y sostenerlo en el tiempo. Llegar a una séptima edición es para sacarse el sombrero”.

Año a año, el evento fue creciendo -en cantidad de participantes y de público-, lo que demostró que existía una necesidad cultural a la espera de ser abordada. En 2016 se produjo un salto importante: la feria creció y pudo incluir cerca de 80 editoriales argentinas, más 7 invitadas de Uruguay, Chile y México. En 2017, se consolidó al duplicar su espacio, con la participación de 140 editoriales de Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela y España.

Pero  la feria, además de ser un espacio horizontal e igualitario para que las editoriales se pongan en contacto con el público, desarrolla otras actividades. Desde el martes 7 de agosto se llevaron a cabo una serie de talleres básicamente destinados a editores o aspirantes a serlo y durante los tres días en que la FED abrirá sus puertas, habrá charlas y encuentros abiertos de editores y escritores con el público.

De estas presentaciones participarán, entre otros, la argentina Claudia Piñeiro y el puertorriqueño Eduardo Lalo, quienes conversarán el domingo 12 a las 19:30 hs. sobre “Contraquista cultural y literatura latinoamericana”, en lo que será el cierre de la FED. A las 16:30 del sábado se presentará “Bogotá 39. Nueva narrativa latinoamericana” que reúne una selección de 39 de los mejores escritores de ficción menores de 40 años de América Latina. También el domingo, pero a las 16:30, una escritora y tres editoras de Argentina, Brasil y Colombia rastrerán el panorama literario contemporáneo de la región.

Nuestra conversación con Valeria Sorín nos permitió conocer la mejor las características de las editoriales independientes, la situación que atraviesan ante la crisis regional y cómo es la Feria de Editores, una propuesta que difiere mucho de las tradicionales ferias comerciales.

¿Qué es un editor independiente?
Esa es una de las preguntas más difíciles de responder, porque desde los años ‘80 para acá la definición ha sufrido cambios y transformaciones.
Por aquellos años tenía que ver con la idea del editor que surgía en oposición a los grandes grupos. Es por entonces que comienza el proceso de concentración editorial en todo el mundo. Un ejemplo claro en Argentina eran Daniel Divinsky y Kuki Miller con De la Flor. Eran quienes trabajaban, sin espalda financiera externa, con una editorial que era de editor, con enorme curaduría sobre productos, una apuesta cultural importante y trabajando también desde la contra cultura. De la Flor, para seguir con el ejemplo, sale con una apuesta al humor gráfico, al teatro y a una variedad de géneros, y dentro de esos géneros con una mirada inusual.
Es lo mismo que podemos decir que pasaba con Anagrama, que hoy es gigante. O que pasaba con otras editoriales en Europa y Estados Unidos.
Hoy algunas de esas editoriales son medianas, pero desde un comienzo se insertaron comercialmente, desarrollaron su mercado y enseguida se hicieron ver, en tanto diferentes. Era una época donde había menos competencia.Luego se definió a las editoriales independientes por su tamaño. Eran las pequeñas. Los independientes éramos los que no tenemos accionistas, ni dependemos de grupos editoriales de afuera. Entonces ahí aparece el rasgo nacional. Así se generan otras diferenciaciones.
Al interior de las editoriales existe una gran horizontalidad. En general, la mayoría son solo los socios, o los socios y un empleado, a lo sumo un corredor. Son estructuras muy pequeñas y de una enorme horizontalidad. Los socios así como piensan el producto o tienen reuniones más “cool”, al mismo tiempo preparan pedidos, embalan cajas, llevan cajas al correo para su despacho, mandan mails, hacen facturas y todo el trabajo cotidiano.
Dentro de la FED van a encontrar editoriales que tienen todas esas cualidades juntas.

¿Cuál es la diferencia entre una feria de editores como esta y las ferias de libros comerciales, en las que los grandes grupos de la industria global tienen el centro?
Las ferias independientes, y en particular la Feria de Editores, son ferias que en su concepción están pensadas horizontalmente. Es completamente diferente a las mega ferias de libros. Cuando Fundación el Libro piensa la Feria, pone a la venta una serie de lotes sabiendo que algunos tienen que ser grandes y otros tienen que ser pequeñitos, con una variedad de lotes intermedios. Esos tamaños van a reflejar, en la Feria del libro tradicional, editoriales muy grandes, medianas, chiquitas. En relación con esa variedad de tamaño comercial se realiza esa oferta de lotes. Algo que no pasa necesariamente, por ejemplo, en la Feria Infantil, porque si bien los lotes no son todos exactamente iguales, son muy parecidos. Eso habla de que en el sector infantil una editorial grande tiene un tamaño y forma de exhibición similar a una editorial pequeña.
En cambio la FED está pensada para el público de un modo diferente. Es un continuo de mesas por las que irá pasando, como de un tipo de biblioteca a otro. Lo que está exhibido son libros en una mesa. Las mesas son idénticas para todos.
Obviamente que las editoriales pequeñas o independientes, nacionales, de apuesta cultural, tenemos una variedad diferentes de títulos. Hay quien tiene muy poquitos y está empezando y quien tiene un poco más de trayectoria y tiene más títulos. Pero todas tenemos un único espacio equivalente. Hay una idea de horizontalidad, la misma que comentaba existe al interio de cada editorial, que se ve reflejada en la feria. Además todos sabemos que todos hacemos todo, y sabemos que tenemos dificultades comunes y una búsqueda de contacto similar con el lector.

¿Cómo es el sector en América Latina?
En América Latina la edición independiente en estos años se ha multiplicado muchísimo. Argentina fue dio el puntapié inicial, pero enseguida hubo un desarrollo independiente muy interesante en México, una explosión de pequeñísimas editoriales con propuestas “gourmet”, delicadas, inteligentes. También ocurrió un fenómeno similar en Chile y en menor medida, porque son mercados menos tradicionales en cuanto a la oferta de producción propia, pasó en Perú y otros países de la región.

¿Cuál es la situación de los editores en Argentina?
El sector está pasando por una situación de crisis en Argentina. Una crisis común a todos los habitantes del país. Somos una de las primeras variables de ajuste de la clase media, que es nuestro principal mercado. Más aún hoy que la competencia es con la semi gratuidad de los contenidos que se pueden descargar por internet, y en el caso del entrenamiento, con las series y con otro tipo de consumos culturales.
Además la crisis para nosotros empezó un poco antes, porque se cortaron una serie de políticas públicas de forma abrupta. Entonces no tuvimos tiempo de modificar la lógica comercial. Enseguida, para cuando pudimos empezar a pensar en otra estrategia en ese sentido, la crisis había llegado a los bolsillos del público. De modo que no tenemos ni el canal institucional, el canal de menudeo está en crisis por la situación del consumidor tradicional, y tampoco estamos siendo competitivos como para que las exportaciones, que el sector viene sosteniendo, pasen a ser lo suficientemente atractivas para el resto del mundo de habla hispana, lo que nos permitiría producir las ganancias para paliar esta crisis. En este momento el sector está entre la espada y la pared.

 

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