Lambada robada

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La lambada que le fue robada a Bolivia

En 1989 un grupo franco-brasileño llamado Kaoma agitó el mercado mundial de la música con el particular ritmo de la lambada.

Esta canción que resultó ser bastante pegajosa, con una mezcla de ritmos tropicales, fue número uno del año en casi toda América Latina, además de llegar a Europa y al continente asiático.

Sin embargo, alertados por su éxito, la banda boliviana ‘Los Kjarkas’, denunció por plagio a Kaoma y fueron a juicio. La lambada era una copia de una composición folclórica andina. Así se fraguó uno de los mayores robos de la historia de la música.

La historia de una lambada robada

El grupo folclórico boliviano Los Kjarkas denunció que el grupo Kaoma usaba sin su permiso la letra de la canción Llorando se fue, plagiada en 1989 como la famosa Lambada.

Años más tarde, Don Omar también usó sin su permiso la letra de la canción Llorando se fue.

El representante del emblemático grupo boliviano, Rilber Herbas, dijo a los medios que ni Don Omar, ni sus productores se comunicaron con Los Kjarkas para «pedir licencia y utilizar o fragmentar la canción».

Cabe resaltar, que la versión original tiene ritmo de caporal, una melodía interpretada con zampoñas y otros instrumentos andinos, así como guitarras y percusiones.

¿De dónde nació la lambada?

América Latina y Europa se rindieron en 1989 a la fiebre de la lambada. Fue número uno en España, Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Suiza, Austria, Noruega, Suecia, Holanda, Brasil, Colombia y hasta en Perú. Aquel ritmo pegadizo que se conocía como «la danza prohibida» se desempeñó mejor en las listas de éxitos que Batdance, de Prince, o Like a Prayer, de Madonna.

Sin embargo, el éxito de Kaoma explotó cuando el grupo latinoamericano ‘Los Kjarkas’ los denunció por plagio. La lambada era en realidad una adaptación al portugués de Llorando se fue, uno de los temas más celebrados de Los Kjarkas, la banda de folclore andino más famosa de Bolivia.

¿Qué dicen los bolivianos que construyeron ‘Llorando se fue’?

Gonzalo Hermosa, vocalista y líder de Los Kjarkas, lo recuerda todo con una enorme sonrisa desde su casa de Cochabamba. «Teníamos que completar diez canciones para llevar una grabación a vinilo, pero nos faltaba una. Mi hermano Ulises usaba una melodía muy sencilla para afinar y yo le dije: ‘¿Por qué no me dejas ponerle letra y así terminamos el disco?’. Era una canción de relleno. Nunca pensamos que iba a ser un éxito» detalló.

«La canción pegó tanto que llegó a Colombia, Brasil, Perú, Argentina… y otros músicos la tomaron para su repertorio. Estábamos felices. Nuestra forma de ser era solo difundir nuestra cultura. Sin embargo, cuando supimos que Llorando se fue se convirtió en lambada y apareció con el nombre de otros autores nos quedamos fríos, desalentados y desprotegidos», afirmó Hermosa.

Una ardua tarea para recuperar los derechos de autor

En Bolivia, uno de los países más pobres de Latinoamérica a finales de los 80, prácticamente no existía el derecho de autor. Había una ley de 1904 que nadie respetaba. Por suerte, algunas canciones de Los Kjarkas se habían registrado en Alemania. Ahí se aferraron los abogados de la banda boliviana para sacar adelante en Europa uno de los mayores juicios por plagio de la historia de la música.

Aunque la fiebre de la lambada aguantara impertérrita al plagio en las pistas de baile, Kaoma nunca consiguió un éxito similar. Fue el ejemplo perfecto de un One Hit Wonder. Los Kjarkas, sin embargo, siguieron grabando discos y girando por todo el mundo.

Cabe resaltar, que en Bolivia son más grandes que los Rolling y Llorando se fue sigue cerrando la mayoría de sus conciertos. Ulises Hermosa falleció de leucemia en 1992 y hoy ya nadie en el grupo usa su melodía para afinar.

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