La sotana y la espada

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La sotana y la espada: recordando a Camilo Torres

La artista Gabriela Pinilla lanzará un libro y una exposición en la que se evidencian algunos archivos que hicieron posible esta investigación sobre el cura que fue asesinado días después de unirse al ELN.

La muestra artística realizada por Gabriela Pinilla será presentada el jueves 18 de abril a las 11:00 de la mañana en la Sala de proyectos de NADA, ubicada en la carrera 5 No. 66-11 al nororiente de la ciudad de Bogotá.

NADA es un proyecto artístico fundado en 2014 por María Paola Sánchez y Andrea Triana. Su objetivo es combinar la experiencia artística con la experiencia editorial, logrando que los libros producidos sean también una obra de arte en sí misma. El gremio NADA, que ganó la Beca de programación de artes plástica en Bogotá el año pasado, constituyó un proyecto curatorial llamado Estado Salvaje en el que el libro se entiende como una herramienta que articula las dinámicas del arte contemporáneo.

La sotana y la espada, nombre que lleva la exposición y el libro que complementa la investigación, mostrará una serie de archivos y pinturas que dan testimonio de la historia del cura Camilo Torres, un hombre que participó activamente en la política colombiana en la década de 1960, época en la que los movimientos insurgentes y revolucionarios se proliferaron a lo largo y ancho del territorio nacional.

Torres, quien defendió la Teología de la liberación y quien ayudó a fundar la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, abogó por una democracia que se esforzará en la disminución de los focos de desigualdad social. Sus lecturas e ideas, consideradas como contaminadas por los partidos tradicionales por los discursos de izquierda que han sido asociados a la guerra y a la revolución, lo llevaron a tomar una postura activista y comprometida con la mejora de condiciones para los pobres. Su rol como cura y profesor de la Universidad Nacional le permitió consolidar un discurso y un trabajo en defensa de los desfavorecidos, entendiendo que los valores de la Biblia y las teorías de la academia no podían convertirse en palabras vacías sino que debían ser transformadas en acciones encaminadas al bienestar comunitario y a la consolidación de derechos para todos los seres humanos sin distinción de clase, raza o género.

En junio de 1965 Camilo Torres abandonó el sacerdocio, pues vio que con la creación del Ejército de Liberación Nacional (ELN), podría trabajar de lleno por la justicia social. Durante cuatro meses estuvo recorriendo el país mientras esperaba la aceptación del ELN para instalarse en sus filas. En su caminar errante consiguió muchos adeptos que pretendieron inducirlo a ser elegido para un cargo público. Sin embargo, sus intereses nunca estuvieron encaminados a hacer parte de la oligarquía que tanto criticaba.

Fue hasta octubre de 1965 que logró hacer parte del ELN. Allí duró alrededor de cuatro meses, ya que el 15 de febrero de 1966 Camilo Torres fue abatido en un enfrentamiento con el Ejército Nacional. Su cadáver se convirtió en un misterio ya que el lugar en el que fue enterrado nunca fue revelado. Su convicción por la justicia social y su apuesta por la igualdad desde una postura humanista aún son recordadas y homenajeadas en acciones como las que decidió realizar la artista Gabriela Pinilla al curar la exposición y el libro La sotana y la espada.

El Espectador

 

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