Librería ambulante

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Por Agustina Rella

En un mundo de realidad virtual, tweets, podcast, algoritmos y mensajes digitales, no sólo los libros se han aggiornado para subsistir sino que las librerías que los albergan y sobre todo aquellas que conservan la esencia de lo independiente, lo libre, lo insurgente y vanguardista resisten y se fortalecen en nuevos espacios.
Esas librerías que escapan a los autores consagrados pero mantienen la curiosidad del lector con innovadores escritores, más cercanos, más humanos, se replican en los barrios de distintas capitales y la misionera no es la excepción.

En medio de esta vorágine de nueva literatura se encuentra Flori Melnechuk (30), artista de alma que se mueve cómodamente entre las diferentes aristas del teatro, la dramaturgia y la poesía, postulándose ahora como librera, recomendando lecturas de calidad, aquellas que ella misma elige y lee y plantando en Posadas la semilla de una moderna tertulia literaria gestada desde la vereda.
Flori lleva adelante desde hace unas semanas la ‘Amiga librería’, emprendimiento que acerca un minucioso catálogo de autores excepcionales y editoriales independientes a los lectores posadeños. La joven poeta, que también está pronta a editar su propia producción, elige puntos específicos en el mapa de la capital misionera, como el anfiteatro griego de la avenida Corrientes, para ofrecer el singular material. Como no podía ser de otra manera, previamente las consultas por las redes hacen mella y se reservan algunos pedidos, que se retiran más tarde en el punto acordado. Entre novelas, cuentos, poesías y filosofía se destacan los noveles autores como Ioshua, Sebastián Goyeneche, SaSa Testa, Eugenia Pérez Tomas, a los que se suman Julieta Sánchez (Hijas de Dios), Raúl Zurita (Las ciudades de agua), José Sbarra (Plástico cruel, Bang bang, entre otros) y hasta ensayos clásicos de Nietzche u obras de Chaud. Los precios también son tentadores, ya que oscilan entre los 180 y 400 pesos.
“No tengo mucha ganancia con esto, no aspiro a eso al menos. Hay un montón de camino por recorrer”, asume Flori a pocos días de arrancar con el proyecto de la librería. “Hay una red y mover más gente es lo que se busca, porque si se venden libros se pueden imprimir libros”, entiende la joven, que ultima detalles para la impresión y posterior presentación de su obra (editada por la misionera Raymond).
“Empecé a escribir dramaturgia, pero siempre leí poesía y me cuesta despegarme de eso”, refiere a su libro, al elegir definirlo finalmente como una prosa.
Más allá de integrar el circuito local de Poesía de miércoles y codearse con escritores contemporáneos, Flori llegó a la librería propia a raíz de la iniciativa de una amiga en Capital Federal, donde vivió, trabajó y estudió varios años. “Una amiga puso una librería en su casa y empecé a estar más en contacto con las editoriales, los escritores. Después por decantamiento me volví a Posadas y entonces ella me dijo: ‘te volvés con libros y vendés’”, arranca explicando.
Así entabló una red con estas editoriales independientes (como Nulú Bonsai, Marciana, Elemento Disruptivo, Paisanita Editora y Dagas del Sur, entre otras) y comenzó la aventura de convertirse en librera. “Varias editoriales me decían ‘tengo re poco stock y si te lo doy a vos que te vas re lejos, me quedo sin libros’”, explica, al tiempo que argumenta que cada libro en sus manos lo tiene a consignación hasta que lo vende, rinde el monto general y gana un porcentaje.
Así, se las ingenia para armar su propio mercado móvil en un lugar atractivo y que llame la atención del transeúnte, que abra el diálogo, permita el intercambio y el goce literario.
El vaivén entre Misiones y Buenos Aires le permitió a Flori desarrollar pequeños círculos intelectuales, artísticos, amistosos que perduran y alimentan el alma más allá de la geografía. En Posadas, por ejemplo, incursionó en la dirección de una obra teatral que no pudo estrenar por falta de escenario, dio talleres de escritura, resultó seleccionada entre los textos que imprime Teatro por la identidad, en 2014 y descubrió que “hay más gente interesada en leer, en escribir y en editoriales independientes de lo que uno imagina”.
De ese modo es que posiciona a Amiga Librería como una opción destacada en la región, con ánimos de expandirse a otros ámbitos culturales y ganarle vereda a la compra online.
“Empiezo todo como un juego”, confiesa, “pero la idea es que este sea un camino, que continúe y que no pare”, concluye dejando en el aire la sensación de que más libros, más poesías y más teatro surgirán pronto en ese devenir.

 

El Territorio

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