Costa Rica: Nueva directora del Teatro Nacional

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Periodista y escritora Karina Salguero Moya es la nueva directora del Teatro Nacional

El Ministerio de Cultura y Juventud anunció la mañana de este jueves a Karina Salguero Moya como la nueva directora del Teatro Nacional.

Salguero fue elegida a casi un mes de la salida –mediante renuncia– de Fred Herrera, el anterior encargado de la institución que dejó su puesto el 17 de enero en medio de las discusiones por la aprobación de un crédito de $31 millones para restaurar y reconstruir el edificio patrimonial, declarado símbolo nacional.

Desde entonces, la dirección del Teatro Nacional recayó de forma interina en el viceministro de Cultura, Max Valverde. La nueva directora asumirá funciones el lunes 18 de febrero.

«Nuestra máxima joya arquitectónica estará liderada por una profesional que reúne las características para liderar la institución diligentemente, tanto en temas de gestión, como en su proyección y el cumplimiento de sus responsabilidades en materia artística y de salvaguarda. Karina Salguero entra comprometida a seguir cumpliendo los objetivos que nos planteamos en apego a los objetivos de la Política Nacional de Derechos Culturales y al papel protagónico del Teatro en la escena cultural costarricense: acceso, sostenibilidad y actualización de la gestión pública de la cultura”, afirmó Sylvie Durán, ministra de Cultura y Juventud.

Salguero se ha destacado ampliamente en los ámbitos cultural y editorial costarricenses. Fue consultora para la Organización de Estados Iberoamericanos en el proyecto Red Nacional de Organizaciones de Desarrollo Comunal para la Gestión Cultural y asesora de innovación y estrategia en los Museos del Banco Central.

En el 2013, dirigió la Feria Internacional del Libro de Costa Rica y la muestra editorial de Costa Rica en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México). Un año más tarde tuvo a cargo la producción artística de la sección de Letras del Festival Internacional de las Artes y dirigió la muestra de Costa Rica en el Salón del Libro de París.

Karina Salguero Moya es una apasionada de la lectura, las artes, el diseño y la cultura. Fotografía: Diana Méndez.
Karina Salguero Moya – Foto: Diana Méndez

Karina Salguero también es colaboradora del Festival Internacional del Diseño, es vicepresidenta de la Junta Administrativa y presidenta de la Fundación del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo y pertenece al comité asesor de la Bienal Iberoamericana de Diseño. Desde setiembre de 2018, ella ha fungido como miembro por el Estado en la Comisión de Conmemoraciones Históricas del Bicentenario de Costa Rica y desde el Sistema Nacional de Radio y Televisión para el equipo técnico de coordinación entre instancias de gobierno.

En su vasta trayectoria también se ha desempeñado como encargada de comunicación de la Universidad Véritas y fue directora de Revistas y Suplementos de Grupo Nación; además de participar en paneles de discusión de prensa especializada en diseño.

Más recientemente, Karina Salguero obtuvo una maestría en administración de negocios por parte del INCAE.

“El Teatro Nacional es una institución emblemática y es nuestro deber asegurar que sea resguardada no solo con los más altos estándares de conservación; sino también con una excelente promoción de las artes escénicas con el más alto nivel artístico. Asumo con gran responsabilidad este reto y me comprometo a, de inmediato, conocer en detalle la situación actual de la institución, sus recursos financieros y humanos, con el fin de continuar con los proyectos en marcha.

«El Teatro Nacional alberga un pasado pleno de hitos artísticos e históricos que tenemos el deber de promover para que sigan produciéndose durante muchos siglos más”, dijo la próxima directora del Teatro Nacional en un comunicado de prensa girado por el Ministerio de Cultura y Juventud.

La Nación


¿Aldea? ¿Y sin Teatro Nacional?

Por Aurelia Valentina Dobles

La discusión en torno a si el monto para proteger y restaurar el Teatro Nacional resulta muy elevado remite –me temo– a aquella mentalidad estrecha que destruyó el significativo edificio de la Biblioteca Nacional para convertirlo en un parqueo. Ya la ciudad toda, hoy, amenaza con convertirse en eso, en un árido macroparqueo.

Parecíamos encajados una y otra vez en la sentencia de Jacinto Benavente a principios del siglo pasado: “Costa Rica es un país encantador cuya capital es una pequeña aldea alrededor de un gran teatro”. Con la diferencia abismal ahora de que, al cabo de más de 100 años, ya no somos encantadores y podríamos terminar tan aldeanos como entonces y, para colmo, sin lo central de la famosa frase: la joya patrimonial y arquitectónica del Teatro Nacional.

Diluida nuestra libertad de expresión en las redes de la mezquindad y la ignorancia, se ataca a los visionarios gestores de cultura que, entre otros logros, la acercan a públicos amplios.

Fred Herrera, en tan solo tres años y medio, y sin miedo al alto perfil, volvió a avivar el Teatro Nacional con la intensidad de un creador: producciones magníficas que les dieron trabajo a cientos de artistas y trabajadores de la cultura y, en concordancia con el Ministerio de Educación Pública (MEP), por medio del Programa Érase Una Vez, llevó a cientos de miles de estudiantes de todo el país a conocer por primera vez ese monumento arquitectónico al latido de la música, el teatro y la danza.

Diagnóstico mundial

Por si fuera poco, Fred tuvo la denodada visión de consultar a expertos en protección de edificios patrimoniales en el mundo para diagnosticar las necesidades urgentes de protección y restauración del Teatro Nacional, y evitar así que en una eventual catástrofe desaparezca para nunca jamás del paisaje josefino y de la identidad nacional.

La intervención propuesta proviene de un serio estudio a fondo: garantiza tanto la preservación del monumento como tal y la protección actualizada y necesaria. Pretender que mantenga su caduca estructura interna de madera y cuerdas es condenarlo a desaparecer en un tris. Exigirle, además, al edificio albergar las oficinas administrativas y servir de bodega es infligirle un peso que lo va a destrozar a la postre.

Desde tiempos de Graciela Moreno, el gran esfuerzo por preservarlo ha sido una constante: hoy, urge sumarle los más modernos mecanismos de protección, y es lo que promulga el Programa Integral de Seguridad y Conservación del Monumento Histórico Teatro Nacional.

Fred Herrera se ha hecho a un lado en aras de un bien mayor, el de que el Teatro Nacional perviva con su integridad garantizada a largo plazo, gracias a la ejecución de ese monto científicamente justificado.

Ojalá nuestros legisladores nos demuestren que ya no tenemos obsoleta mentalidad de aldea, y van a impedir que el Teatro Nacional desaparezca eventualmente y se convierta en el fantasma de nuestra vergüenza, como sucedió con la indiferencia y el egoísmo que permitió la extinción de la mítica Biblioteca Nacional.

La Nación

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