Diez años sin Blanca Varela

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Blanca Varela: Recordamos a la poeta con un cómic a 10 años de su fallecimiento

La poeta Blanca Varela falleció el 12 de marzo de 2009, a los 82 años.  Se cumplen 10 años de su partida. La recordamos con un cómic que muestra su relación con Supe, cómo fue que se eligió el nombre de su primer poemario y otros detalles de su vida

Cómic | "Ese puerto que amó Blanca Varela": Recordamos a la poeta con un cómic a 10 años de su fallecimiento.  Guion: Aarón Ormeño Hurtado / Dibujos: Víctor Aguilar Rúa

Blanca Varela es una de las voces más importantes de la poesía peruana. La admiración por sus versos no solo ha trascendido en la región. En España también ha sido publicada y muy bien reseñada. Además, es en este país europeo donde ha ganado el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Supe fue muy importante en su formación sentimental. Es casualmente el lugar al que le dedica el nombre de su primer poemario «Ese puerto existe». Este libro fue publicado en México. Lleva el prólogo de Octavio Paz, poeta que obtuvo en 1990 el premio Nobel de literatura.

Mario Vargas Llosa, Fernando de Szyszlo y la misma Blanca Varela contaron en varias entrevistas cómo fue que se eligió el nombre de su primera obra. El cómic «Ese puerto que amó Blanca Varela» cuenta esta historia.

Blanca Varela desarrolló una sólida carrera literaria. Su poesía es objeto de varios estudios y tesis. Siempre fue una gran referencia sobre el arte en el Perú y cada vez es más apreciada. Sus versos se nutrieron de diversas lecturas y de su vida en Perú, Estados Unidos y Europa. Lamentablente, hubo un inmenso dolor que la fue alejando, poco a poco, de todo.

Esperamos que la lectura de este cómic sea un pretexto para que vayan a buscar los poemarios de Blanca Varela y lean sus versos. Les recomendamos la antología «Canto Villano».

Cómic | "Ese puerto que amó Blanca Varela": Recordamos a la poeta con un cómic a 10 años de su fallecimiento. Guion: Aarón Ormeño Hurtado / Dibujos: Víctor Aguilar Rúa

El Comercio


5 poemas de Blanca Varela

Esta poeta peruana fue una de las voces más importantes y reconocidas de la poesía latinoamericana del siglo pasado. A continuación puedes leer 5 poemas de Blanca Varela.

Casa de cuervos

porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores del mal
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absolvo de mí
laberinto hijo mío

no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel
y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo
tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
sombras y tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra
para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes
ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie

aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa
de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme -nada infinita-
sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos
porque así es este amor
que nada comprende
y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris
que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo
así este amor
uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver

Curriculum vitae

digamos que ganaste la carrera
y que el premio
era otra carrera
que no bebiste el vino de la victoria
sino tu propia sal
que jamás escuchaste vítores
sino ladridos de perros
y que tu sombra
tu propia sombra
fue tu única
y desleal competidora.

Así sea

El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.

El tiempo,
la gran puerta entreabierta,
el astro que ciega.

No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.

Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.

Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.

A media voz

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego

Dama de blanco

el poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada
el sueño el sol
atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo Dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire eres el aire
que golpea con invisible sal
mi frente
los extremos del alma se tocan
se cierran se oye girar la tierra
ese ruido sin luz
arena ciega golpeándonos
así será ojos que fueron boca
que decía manos que se abren
y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasar
te ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro
hecha nieve en la fuente
en la tierra en el olvido
y vuelves con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de
invierno
enlutado

Zenda


Poeta Blanca Varela: 10 años

Varela hoy y siempre

Gloria Pajuelo Milla, bachiller en Literatura.

A diez años de su deceso, Blanca Varela aún es la poeta peruana más estudiada en nuestro país y una singular cumbre de la poesía latinoamericana del siglo XX. Mediante un lenguaje depurado, concibe la realidad como un constante debate existencial en torno a la cotidianidad desosegada y ansiosa, donde la poesía es un escape a la monotonía, el paso del tiempo y la soledad. En esa línea, trasluce una conciencia crítica y desmitificadora respecto a la mujer (en tanto cuerpo y esencia) avasallada por los ideales del amor conyugal y la maternidad. En su honor, nos queda recibir el paradójico premio que es “otra carrera” y recuperar nuestra sensibilidad humana: “y ponte un alma / si la encuentras”.

Palabra en tensión

Ana Lucía Salazar, egresada de Literatura

Una de las voces más distintivas de la Generación del 50, Blanca Varela nos demuestra que es posible ser visceral en la simpleza, que la vulnerabilidad no siempre requiere de un desborde subjetivo sino de una sola palabra desnuda. Toma elementos de nuestra tradición nacional y proyecta en ellos sus recuerdos e inquietudes: la costa peruana de Ese puerto existe, el sentimentalismo criollo en Valses y otras falsas confesiones. Su obra es testimonio de cuán insuficiente puede ser el lenguaje para el propio poeta al querer dar cuenta del mundo, y al mismo tiempo, de cuánto puede contener en tan poco. Leyendo a Varela se aprende a llevar un poema en el bolsillo y hacerlo durar todo un viaje.

La República

 

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