Celina Murga, directora del FICER: «Un festival tiene que ser una muestra lo más plural posible de la diversidad del cine»

Celina Murga - Foto: Marcelo Aballay
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Por Daniel Cholakian – Nodal Cultura

Con el estreno en Argentina de la película mexicana La camarista, ópera prima de la cineasta Lila Avilés, comienza este martes el Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER). Bajo la dirección artística de Celina Murga, cineasta  de reconocida trayectoria internacional y con una narrativa afincada en su provincia, el FICER presentará películas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay, además de otras de origen europeo y asiático.

La camarista es una película en la cual la directora cuenta, con una mirada muy cercana e íntima, la contidianeidad de una empleada de limpieza de un hotel de lujo. El trabajo de puesta en escena permite que desde la primera secuencia se haga evidente el régimen de explotación al que está sometida, y que el mismo tiene un lógica particular y una forma especialmente dura sobre las mujeres. La sutileza con la que Avilés y Gabriela Cartol, su protagonista, construyen ese espacio de opresión y enajenación de la trabajadora, tiene momentos de una precisión crítica notable. Para los argentinos trae el condimento de un personaje femenino que, casi en clave de comedia, cuenta  las formas de invisibilización de clase y étnica a la que es sometida la protagonista, así como la forma en que opera la reproducción del patriarcado desde la práctica de esa mujer blanca, urbana y adinerada. Lejos del minimalismo abúlico de muchas películas que se ven en festivales, La camarista es  una película incisiva y vital.

“Creo que un festival, por definición, tiene que ser una muestra lo más plural posible de la diversidad del cine”, explicó Celina Murga a Nodal Cultura. “Todos sabemos que no hay una única manera de hacer cine, ni una única forma narrativa, ni una estética excluyente. Sí hay una forma dominante, que es la que abunda en los cines comerciales y en las plataformas web”.

En este sentido la directora y los programadores del FICER se encontraron con tres cuestiones convergentes. Por un lado la necesidad de acercar el cine internacional diverso al público entrerriano; presentar el cine argentino que se estrena en Buenos Aires pero raramente fuera de la capital  y potenciar la presencia de la producción audiovisual en la provincia.

“Cuando empezamos a discutir sobre eso se nos abrieron dos caminos: ¿qué pasa con esas películas que se estrenaron en Buenos Aires, pero que no llegaron a Entre Ríos? Si ya en Buenos Aires se estrena poco, imagínense en Paraná. Se estrena menos aún. Cuando era chica había 4 o 5 salas y hoy hay 2. Algo similar ocurre en todo el país. Por ese motivo la programación, sobre todo la internacional, está compuesta por películas que son estrenos en el país y no se vieron en otros lugares”.

Sobre la programación Celina Murga afirmó que “de alguna manera buscamos expandir ciertos límites narrativos, pero también programamos una película como La guerra silenciosa, que es un peliculón –y es muy actual- que dialoga con algo que nos pasa a todos y es muy interesante que se vea en el Festival. Allí se ve una Francia diferente a la idealizada”.

“Y para mí es un lujo tener la película “La camarista” la película mexicana, que muestra algo que la gente no está acostumbrada a ver. Lo mismo que Yara, la película de Abbas Fadel. Una película de amor en el Líbano. Otro escenario, otra cultura, otra manera de relacionarse. Para mí el cine tiene que ver con descubrir algo que no sé. Y descubrirlo con alegría y curiosidad. Ese fue mi enganche con el cine y creo que es gran potencial que tiene”.

En relación con la presencia del cine entrerriano, la directora del Festival cuenta que surgió,en parte, por la voluntad de visibilizar ese cine. “Si existe el FICER”, explicó Murga, “es porque existe un cúmulo de películas entrerrianas que se vienen filmando por lo menos desde el año 2000. Y no deja de sorprender, porque dado que Entre Ríos no tiene escuela de cine y no tiene una estructura ni tradición de formación audiovisual, sí ha tenido muchos realizadores que han filmado no solo en Paraná (la capital provincial), sino también en Victoria, en Concepción del Uruguay y otras ciudades”.

Respecto de la presencia del cine local, desde la Secretaría de Turismo y Cultura de la Provincia se sumaron también a los adolescentes al FICER. En conjunto con la Asociación de Realizadores Audiovisuales de Entre Ríos se realizaron talleres en distintas localidades: Feliciano, Chajarí, Federación, Concepción del Uruguay, Gualeguay, Nogoyá y Paraná.  El fin de los talleres es que los jóvenes produzcan audiovisuales que participan en la categoría de cortometrajes entrerrianos. De las capacitaciones participaron más de 400 gurises, quienes presentaron se presentaron 46 cortos (29 producto de los talleres).

«Fue muy importante llevar adelante estos talleres en dos dimensiones”, explicó Federico Prieto, Director de Formación y Diversidad Cultural de Entre Ríos “por un lado el proceso de pre-producción/producción/edición a partir del uso de la tecnología (sobre todo el celular) y la vinculación que tuvieron entre pares, formando grupos para llevar adelante una tarea semejante; por el otro lado la dimensión de lo mucho que tienen para contarnos desde esta franja etaria en cuanto a imaginarios o  realidades que les atraviesa. Y que además esto se vea plasmado en pantallas compartiendo un Festival internacional con realizadores y realizadoras de mucha experiencia y recorrido»

Entre las secciones del festival hay una dedicada a largometrajes de origen entrerriano. Las películas incluidas en la sección son: Tan cerca como pueda, de Eduardo Crespo; Vergara, de Sergio Mazza; Carta a un padre, de Edgardo Cozarinsky; El rocío, de Emiliano Grieco; Lai, de Alejandro Rusi Millán Pastori y Amateur, de Néstor Frenkel.

Como refiere Celina Murga “hay muchos realizadores y técnicos dispersos por la provincia y uno de los sentidos más importantes del festival es ese: este cine existe, por lo tanto démosle un marco, démosle un lugar y démosle una ley”.

En los últimos años en Argentina se ha desarrollado la industria audiovisual en distintas regiones del país. Se ha logrado en parte con el impulso de los propios cineastas, en parte gracias a las regulaciones que supuso la ley de servicios de comunicación audiovisual, que reservó cuotas de pantallas para la producción local en cada provincia. “Ese también es el fondo de la cuestión. Es importante para el gobierno, y también para nosotros como realizadores, contar con una ley audiovisual para que las películas se puedan hacer de otra manera. Hasta ahora se ha filmado bastante, pero siempre apoyado en las voluntades individuales o en los apoyos aislados de los gobiernos. Ahora necesitamos un cuerpo de ley que de un sustento concreto a las políticas de fomento”, finalizó la directora artística del FICER a horas del comienzo del festival.

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