La muerte no existe y el amor tampoco

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Este jueves el realizador porteño Fernando Salem presentó su nueva película La Muerte no existe y el amor tampoco. Y se las trae. Luego de un mes de proyecciones a sala llena en Buenos Aires y más de 10 mil espectadores que quedaron fascinados con la historia intimista sobre los duelos de una joven que se reencuentra con su pasado de amor, familia y amistad, Rosario podrá disfrutarla al fin.

En el argumento, Emilia es invitada a regresar a su pueblo natal en la Patagonia para esparcir las cenizas de su amiga. Basado en la novela “Agosto”, de Romina Paula, la película de es protagonizada por Antonella Saldicco, Justina Bustos y Agustín Sullivan, y musicalizada nada menos que por Santiago Motorizado.

Su avant premiere fue este jueves a las 20.30, pero se podrá seguir viendo durante este fin de semana en el cine público El Cairo (Santa Fe 1120), donde Salem dialogará con el público en dichas funciones. El fin de semana entrante seguirá en cartelera también.

El film vio su estreno primigenio en Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse en la competencia Cine en Construcción, y después en el Festival de Mar del Plata (nominada al Premio a la Mejor Película en la Competencia argentina, y aclamada por la crítica).

Enfocado ahora en la gira por los cines argentinos, Fernando Salem adelantó algo sobre el universo de su nueva película, en diálogo con Rosarioplus.com, justo el mismo día en que llegó a los 10 mil espectadores en un solo mes de exhibición en el Museo Malba y el cine Gaumont: “Trabajamos mucho estos cuatro años para lograr que la película sea cercana a los espectadores. Quiero que las ciudades que nos escriben puedan verla en pantalla grande, y estaremos en Rio Turbio, El Calafate, General Pico, Santa Cruz, Córdoba. Mi idea es recorrer todo el país compartiendo la película”.

¿Por qué la decisión de un título aseverativo y con dos negaciones tan contundentes como la de la muerte y el amor?

—Lo pensé así con la idea de que muchas veces vivimos como si el amor y la muerte no existieran porque vivimos más o menos 25 mil días, y la verdad es que pensamos que somos inmortales y espeamos que llegue el viernes, y después principio de mes para cobrar, y las vacaciones, siempre vivimos esperando los momentos lindos. La vida es una sola y deberíamos tener la conciencia de la muerte.

De alguna forma la negación de la muerte es lo que hace cada uno de esos personajes, hasta que existe finalmente. Por otro lado vivimos como si le amor no fuese parte de la vida, o le damos una idea romántica, o de cotidianeidad previsible, resignación de pareja, desapasionamiento. Quizás el que si existe es el que tenemos q encontrar, la mejor manera de amar que se ajuste mejor a lo que somos. Más allá del atractivo de aseverar algo que es evidente que sí existe, como es el amor y la muerte, se trata de negar hasta aceptar esas dos verdades.

—Te gusta el intercambio con el público luego de la película. ¿Qué buscas que aporte ese feedback?

—Siento que con la audiencia se completa la experiencia del director. Es difícil pero lo veo como un deber presentar este trabajo de la misma manera con el público local que en festivales internacionales, que tengan la posibilidad de hacer preguntas. Estar cerca del público como narradores, artistas es necesario, no lo podemos pensar como algo ajeno a la gente que va a la sala, y que ellos vean que somos humanos de su país. Es como hacer un disco en estudio y no tocarlo en vivo. Es un trabajo necesario estar cerca de la gente, y no perder de vista que hacemos películas para una experiencia de una sala de cine y cumplir las expectativas de la gente, lo que ellos sientan una vez afuera de esa sala.


—En Malba y Gaumont hubo entradas agotadas ¿Cómo esperas que la reciba el público rosarino este fin de semana?

FS: Me encantaría que el público la reciba y adopte, se enamore de ella. Lo interesante de la película es que deja un espacio para que uno trabaje sus propias vidas posibles, sus amores, sus muertos también. Te permite pensar, no te da todo procesado. Todos somos Emilia y estamos buscando aprender a amar, tenemos fantasmas, recorremos lugares que ya no nos pertenecen. Todos somos Emilia, buscamos aprender un amor que llene nuestras expectativas.

—¿Cómo pensaste el vínculo de las protagonistas en el relato?

FS: Yo desconocía ese terreno. Si bien me curé en un hogar de mujeres con mi mamá y mis hermanas, me era ajena la relación de dos amigas, un universo que desconocí siempre, y no quería que fuera un cliché. Les pedí a las actrices que ellas construyeran ese vínculo, y que me marcaran ese tereno. Solo ellas llegaron a ese grado de intimidad y amistad, para eso es necesario confiar en el otro. Yo solo creé las condiciones necesarias para que eso ocurriera. Fui muy respetuoso y el resultado, si es bueno, es gracias a Justina y Antonella.

—“La muerte no existe…” se basa en el libro “Agosto” de Romina Paula. ¿Querés contar cómo llegó ese libro a tus manos y cómo fue que decidiste hacer la película?

FS: Mientras escribíamos mi película anterior “Como funcionan casi todas las cosas”, Esteban Garelli me trajo el libro en busca de una solución de su protagonista. En el libro la protagonista perdona a su madre, una línea argumental que nos sirvió para esa película anterior. Le pregunté a la escritora si estaban los derechos disponibles para hacer la película, porque me había tocado fibras que no terminaba de entender pero sentía propias. La novela me entusiasmó, me siguió durando, y me sigue durando. Estoy feliz de haberme topado con este libro que me hizo conocerme más a mí mismo, para procesar ideas sobre las vidas posibles, los duelos y el amor.

Rosario Plus

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