Estamos de festejo: Nodal Cultura cumple 5 años

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Equipo de redacción de Nodal Cultura

El 12 de marzo de 2015 Nodal Cultura vio la luz por primera vez. Desde aquel primer día nuestra voluntad editorial fue la de reflejar la intensidad cultural de un continente donde la emergencia de lo diverso, lo local y aquello enraizado en legados nacionales y comunitarios se enfrenta con la mercantilización de los bienes culturales. Reflejar la tensión de una industria cultural que busca un camino propio ante las tendencias a la uniformidad del espectáculo global. Reflejar las poéticas más actuales que se nutren, muchas veces, de las lenguas ancestrales. 

Nodal.am había nacido a mediados de 2013 como una propuesta contrahegemónica respecto de la información general que circula sobre América Latina y el Caribe. Así, entonces, Nodal Cultura tenía el desafío de asumir esa misión y, al mismo tiempo, ser contrahegemónico en relación con lo que los medios en general entienden como cultura

Por eso al momento de diseñar el proyecto había dos preguntas centrales en las que pensar: por un lado, ¿qué es América Latina y el Caribe, en tanto espacio de identidad y de sentido?; y por el otro, ¿qué es cultura

Estos cinco años de trabajo han sido de aprendizaje a partir de esas preguntas, que siguen vigentes cada día. Desde aquel instante fundacional hemos cubierto distintos eventos y realizado entrevistas exclusivas con protagonistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay y  Venezuela. 

Para pensar América Latina debemos evitar las simplificaciones. No conformarnos con la tradición blanca, urbana y eurocéntrica desde la cual se sigue analizando la cultura en la mayoría de los medios y trabajos académicos; evitar el pensamiento esencialista (cuando no fosilizado) sobre las identidades indígenas, ya que esta está tanto en las comunidades como en lxs millones de campesinxs, trabajadores, profesionales, empresarixs e incluso gobernantes que viven en todos países de la región. Debemos poner al frente las voces de las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, que por estos días son el sujeto central de las rebeliones masivas y portan el discurso emancipador más novedoso; debemos quebrar la lógica patriarcal que constituye nuestras identidades; el patrimonio cultural debe ser una de las claves para comprender nuestras historias y no una simple curiosidad científica o notas de color como para la mayoría de los medios.  

La pregunta por la cultura nos ubica, sin dudarlo, en el mundo de los sentidos que compartimos entre todxs: aquellos que hacen que nuestra vida sea social se constituya, adquiera formas, reglas, acuerdos, disputas, deseos y creencias. La cultura no es sólo el campo de las prácticas visibles. Es el terreno de discurso de distinto orden, entre ellos el artístico. El arte es, y no lo dudamos, una forma del pensamiento.  En el periodismo cultural que ejercemos ser contrahegemónico es reflejar esas disputas el mundo simbólico por el sentido. 

Porque la cultura, a través de sus distintas prácticas -el arte, la academia, los medios, las universidades y las fiestas populares, por nombrar algunas-, es ese espacio donde los múltiples sentidos entran en disputa, se vencen y se instalan como rectores de la vida en común. Para Nodal Cultura las más relevantes son aquellas prácticas que interpelan, abren dudas o contradicen los sentidos dominantes. 

Allí aparece el terreno artístico, que es sin dudas el principal campo para nuestro trabajo. Para dar cuenta de la producción de cine, artes escénicas, música, literaturas, artes visuales, arte público y otras disciplinas, tenemos en cuenta estas premisas. La agenda de Nodal Cultura no es la agenda ni de las corporaciones que controlan la mayor parte de los contenidos mundiales, ni está basada en la mirada externa sobre las producciones de nuestra región. Queremos sostener la visibilidad de lo que menos se ve, promover la circulación del conocimiento de estas prácticas artísticas, aunque no estén en las plataformas más famosas o no sean parte del noticiero central ni de los diarios más leídos. 

Desde el comienzo asumimos también dos ejes que no son fáciles de sostener, porque suelen estar ajenos a las agendas periodísticas de la región. El primero es las políticas culturales. Por ello entrevistamos a ministros del área, publicamos debates sobre leyes, informamos sobre decisiones gubernamentales y alertamos respecto de las prácticas de censura. El segundo es la integración regional a partir de la cultura, una de las prácticas que sin dudas nos debemos. 

También sumamos a nuestra agenda temas que los medios no destinan a Cultura: Identidades, Lenguas, Géneros, Derechos Humanos, Debates de ideas y Medios de comunicación. 

Al cumplir este primer lustro, nos preguntamos por aquello que deberíamos sumar a nuestra agenda.

Estamos trabajando para proponer a nuestrxs lectorxs una nueva mirada sobre los activismos. Pensamos en la lucha y el pensamiento de los transfeminismos, los pueblos indígenas, los ambientalistas, los movimientos por la lucha de tierras, aquellos que defienden la conservación del patrimonio material o inmaterial, además de otros que seguramente no conocemos. Estos movimientos  interpelan al universo simbólico instituido. Por ejemplo, ¿qué es más fácil para los poderes: permitir el ingreso de mujeres a trabajar a la administración pública o impulsar la idea de la igualdad como noción que organice el mundo real? ¿Por qué motivo empresas y gobiernos aportan millones de dólares a organizaciones no gubernamentales globales que hacen campañas sobre protección al ambiente, pero rechazan u ocultan a quienes cuestionan la matriz del consumo energético como clave en la destrucción del ambiente? 

Desde Nodal Cultura creemos que corresponde acompañar los nuevos debates con otra perspectiva, aquella que permita que la matriz de sentido que instalan esos activismos se puedan comprender como parte de sus luchas y que la misma no sea solo visible a través de hechos trágicos, como muchas veces ocurre.

La nuestra no es una posición alternativa, es un trabajo cotidiano en la disputa por el sentido.  Porque estamos convencidos que es en el campo de la cultura donde se hace presente el conflicto por las “verdades” que ordenan la vida cotidiana de cada uno de nosotros. Es allí donde buscamos posicionarnos, en el lugar sujetos activos en la disputa por una vida culturalmente más justa. 

Eso es lo que festejamos en este aniversario.

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