Haydee y el pez volador

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Haydee y el pez volador: estreno online 25 de junio

Esperado estreno de Haydee y el pez volador será digital para Latinoamérica y Estados Unidos

  • El jueves 25 de junio se realizará el lanzamiento en diversas plataformas digitales. Los links de acceso estarán disponibles en el home  Miradoc
  • Haydee y el pez volador, dirigida por Pachi Bustos y producida por Paola Castillo, cuenta la historia de Haydee Oberreuter, una mujer que en dictadura fue torturada estando embarazada. Tras 40 años de lucha, y gracias a la ayuda de personajes claves como Alejandra Matus, logró algo inédito: que cuatro miembros de la Armada fueran condenados por la justicia chilena.

El estreno de este documental se ha hecho esperar: estallido social y Covid 19 obligaron a suspender su lanzamiento dos veces, sin embargo, hoy que la vida sucede dentro de casa, el documental hará su estreno online el próximo 25 de junio y estará disponible en Chile, EE.UU. y el resto de Latinoamérica. La directora Pachi Bustos es optimista, “estamos muy contentas de estrenar por fin la película. Pensamos que en este contexto, el estreno digital nos permitirá probar nuevas formas de distribución, y llegar a más espectadores en Chile y el mundo”.

Haydee y el pez volador trata sobre la primera condena por torturas contra una mujer embarazada en Chile, reto que se logra gracias a una serie de favores anónimos: Haydee tenía 21 años y 4 meses de embarazo, cuando fue detenida en 1975 junto a su madre y a su hija de un año. El documental muestra cómo Haydee lucha durante diez años, para finalmente lograr que la Corte Suprema condene a cuatro ex agentes de la Armada, responsables de las torturas y de la muerte de su hijo. Una resolución inédita en Chile, y un importante triunfo para los DD.HH., y todas las mujeres detenidas y desaparecidas en dictadura.

Haydee asegura que “esta historia se tejió con hilos de oro”, porque la sentencia se logró gracias a varias acciones fortuitas: primero la periodista Alejandra Matus, conocida por sus investigaciones sobre la corrupción en la justicia chilena y los derechos humanos, publicó un reportaje sobre la historia de Haydee; el abogado Vicente Bárzana, casualmente leyó dicho texto y conmovido presentó por su cuenta y sin conocer a Haydee, una denuncia por crímenes de lesa humanidad; por último, el juez Alejandro Solís, desafiando la ausencia de una ley que tipificaba la tortura, desestimó cualquier prescripción y sometió a proceso a los inculpados.

Pachi Bustos profundiza, “es un documental que habla sobre gestos anónimos y desinteresados, que llevaron a una sentencia judicial histórica, o sea, son gestos  que pueden cambiar hasta lo más adverso”, y agrega “hoy que estamos viviendo tiempos duros como país esto adquiere aún más sentido: el amor, la esperanza,  la empatía es lo que nos permite pararnos en la vida, y lo que nos ayudará a superar la terrible situación que estamos viviendo”.

 ¿Dónde ver Haydee y el pez volador?

Desde el 25 de junio estarán disponibles los enlaces de exhibición en la home de Miradoc. Las diversas plataformas digitales pagas son reconocidas por su fiabilidad y buen funcionamiento a nivel internacional: Vimeo, iTunes, Google Play, Amazon TVOD, YouTube, y Cinépolis Klic. Por otro lado, el documental también será parte de la cartelera de la Red de Salas.

Sinopsis

Haydee lleva 40 años luchando por la justicia para las víctimas de violaciones de Derechos Humanos, pero hoy enfrenta una batalla más íntima: el fin de un largo juicio que condene a sus torturadores, los asesinos del hijo que llevaba en su vientre.

Premios

  • Primer Premio, Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez, 2020
  • Gran Premio de la Cátedra de Periodismo Cinematográfico Santiago Álvarez, Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez, 2020
  • Mejor Guión, Mejor Dirección y Mejor Banda Sonora, Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez, 2020
  • Premio del Público, Festival de Cine Chileno FECICH, 2020
  • Premio Especial del Jurado, Festival de Cine Chileno FECICH, 2020
  • Premio Jurado Ciudadano, Festival de Cine Chileno FECICH, 2020
  • Premio del Jurado, Hecho en Docs, Docs MX, 2019
  • Premio Jacalito Films, Work in Progress, Docs MX, 2018
  • Mejor Pitch Documental, Santiago Festival Internacional de Cine SANFIC, 2014

Miradoc


Carta abierta a Haydee Oberreuter (y su pez volador)

Este escrito es una carta a la protagonista del documental «Haydee y el Pez Volador». La palabras escritas aquí, son una reflexión sobre el duro camino que ha debido recorrer Haydee Oberreuter y cómo el documental de Pachi Bustos es un testimonio de ello.

Por Evelyn Hevia

Querida Haydee,

Te escribo desde el otro lado del Atlántico, desde la primavera Berlinesa, son casi las 10:30 de la noche y la noche no termina de caer, el cielo aún se pinta de ocasos rojos y lilas. Ha terminado la jornada y tengo marcado en mi correo el mail que recibí ayer de Pachi Bustos con la linda sorpresa que, al fin, después de casi un año de su estreno, podría ver la película, tu película.

Me acomodo en la cama, pongo el computador sobre mis piernas, mi cabeza sobre el pecho de mi compañero y con el corazoncito expectante me dispongo a mirar la peli, esa hora quince minutos que de manera sutil registra tantas batallas: esas jornadas enfrentando la pesadez del peso del tiempo de espera en los tribunales, esas manifestaciones afuera del ex Cuartel Silva Palma en Valparaíso, esas madrugadas y noches de espera de la micro para ir a tus controles médicos o regresar a casa, después de haber dejado el corazón y los pies en la calle…

Me detengo en el detalle de tus manos y en tu cabello, en esa fotografía del final de la peli donde se ven las algas flotando sobre el mar y pienso en esas algas como una metáfora de tu larga, castaña y lisa cabellera, dejándose acariciar por las olas, descansando, flotando sobre el mar con el sol iluminando tu cara de placidez, porque después de esperar y andar 40 años con las cicatrices en el cuerpo y en una vida que fue marcada por la tortura y el arrebato de tu Sebastián, tu pez volador, mereces eso y más…

Imagino invitándote a descansar a una costa playera, flotando en el mar, recostadas al atardecer con el torso desnudo al sol, hablando de las heridas y de sus cicatrices, de gente tan bonita que la vida te ha puesto en el camino, como la Alejandra Matus o don Vicente. Me cuentas de tu madre, de las largas caminatas que hacías con ella, de tu vida en el Puerto, de tu juventud en el Mapu, de la Escuela de Historia en Valpo, de ese amigo que vino escapando de la dictadura en Brasil y que te advirtió como una muestra inconfundible que la cosa sería seria cuando salgan en la radio bandos militares (y así fue). Me hablas de tus hijos, de cómo se vuelve a amar, de cómo una se desnuda nuevamente después de todo lo vivido al calor de otra piel, de cómo se vuelve a parir después que te han desgarrado la piel, los músculos, los órganos y a un hijo de las entrañas… Entremedio me cuentas alguna anécdota, te ríes, con esa risa que ilumina toda tu cara y a quienes te vemos sonreír, esos dientes blancos, grandes, esas patitas de gallo y tus ojos que se vuelven aún más chinitos…

Te cuento de mí, de lo mucho que me ha marcado haberte conocido, que gracias a la historia de vida que me contaste hace algunos años para el archivo de la Villa Grimaldi me he vuelto una mujer, sí, una mujer, más decidida, con más fuerza, con más ganas de sonreír a la vida. Te recuerdo esa primera vez que nos vimos en un café detrás del GAM, de esas casi tres horas en que me hablaste de ti y me hiciste muchas, pero muchas preguntas… y yo miraba tus manos, porque Haydée, querida, tú hablas con las manos ¿sabías? y eso queda tan bien retratado en la fotografía del documental.

Anoche después de la película, no podía dormir, salí nuevamente al balcón a mirar y a respirar, recordé conversaciones previas a tu tratamiento de cáncer, sobre tu terror a las agujas, al olor de hospital, a los sonidos metálicos… y esa parte en la película me estremeció, creo que a pesar de haberlo conversado en ese tiempo contigo no pude entonces sentir ni imaginar siquiera cómo era. Mientras te miraba en el Hospital, vino como un flash ese relato que me hiciste de esa mujer rubia, de delantal blanco, esas cerámicas blancas, esa luz, todas esas imágenes recortadas que recordabas como flashes que destellaban en tu memoria entre la vida y la muerte en medio de las torturas y operaciones. Pensé en la frialdad y en todas ese blanco, olores y sensaciones que debiste enfrentar nuevamente al cruzar cada entrada de hospital para dar otra batalla, esta vez contra el cáncer.

Son tantas cosas que quisiera escribirte, compartir contigo, agradecer. Todavía recuerdo ese último café que nos tomamos bajo la Moneda el año pasado, cuando me dijiste que no te gustabas en la película, que te veías triste y que tú no te reconocías así, que tenías miedo de cómo ibas a enfrentar esa exposición pública. Déjame decirte que te ves entera, una mujer hermosa, de una dignidad incalculable e inigualable. Que la película acompaña momentos duros, de espera, de lágrimas que se contienen y otras que brotan, de escuchas tremendas como los argumentos del abogado defensor de tus torturadores en el tribunal; de escenas pesadas, como los rostros petrificados de los magistrados escuchando a Alberto Espinoza mientras narra tu historia, pero también momentos de enorme belleza que dan esperanza en la humanidad, de un don Vicente (ese superhéroe sin capa), de una Alejandra Matus (otra heroína de carne y hueso), de una hija amorosa, que te abraza, que te besa, que te acompaña, de un hijo que reconoce en ti una mujer que dando mil peleas contra la dictadura se dio el tiempo para sonreír, jugar y amar.

Solo termino esta carta diciéndote que te doy las gracias, que doy gracias a la Pachi y a Paola por haberte acompañado y dejar testimonio de una parte de tu camino y del proceso de liberación de Sebastián de ese lugar de tortura y muerte para hacerlo volar, cual pez volador entre el cielo y el mar; que quisiera que esta película fuera una experiencia que muchas mujeres pudieran conocer, porque es inspiradora para nunca dejarse derrotar, pero sobretodo nos inspira para ante todo sonreír y luchar.

Te abrazo, te quiero y te agradezco,

Evelyn Hevia Jordán
Berlín, 18 de junio de 2020

El Mostrador

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