Las cajas de Aída

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Por Redacción Nodal Cultura

Las cajas de Aída reúne el material que, en más de setenta cajas, Aída Bortnik fue guardando al ritmo de su inmensa producción. El trabajo de investigación y recopilación fue realizado por las investigadoras Silvana Di Francesco, Gabriela Tania Fantl, Patricia Molina y Teresa Téramo. Con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires a través del sistema de mecenazgo cultural, esta edición es el resultado de dos años de trabajo.

La obra de Aída Bortnik incluye tanto producción narrativa como audiovisual. «Nos ha dejado una tienda preciosa que es puro caos, creación y producto del trabajo incansable de esa tendera que ha vivido como predicó», escribe en el prólogo el guionista y escritor Fernando Castets, que fue su discípulo y amigo. «Ahora tenemos una llave para entrar en ella, tenemos un inventario de toda la tienda. Este catálogo es esa llave, ese inventario».

«Cada caja nos depara sorpresas, aventuras literarias o periodísticas, cartas personales y mucho más de lo que ofrece el simple rótulo exterior», explican sus autoras. «El primer desafío para afrontar la tarea de clasificación del material fue diseñar una matriz que nos permitiera visualizar y entender la variedad de la creación de nuestra autora y, a la vez, sus vínculos culturales. Para esto asignamos un número de registro a cada pieza dentro de cada caja, es decir, censamos la totalidad de los materiales encontrados».

El material compilado no solo da cuenta de el modo de trabajo de Bortnik, la sistematización creativa y la dedicación a cada proyecto. El recorrido por las cajas es una manera de recorrer la historia del teatro, el cine y la televisión argentina, porque es el archivo de una de las principales autoras entre 1963 y 2009. Pero también permite imaginar la transformación del periodismo cultural y de espectáculos, ya que reúne cientos de recortes a lo largo de esos años.

«El segundo desafío», señala la introducción, «fue entender cuál era la mejor manera de exponer este material al público. Emprendimos entonces el trabajo de ordenar y redactar, agrupando los materiales de manera cronológica en tres grandes períodos: Inicios, Exilio, Regreso; a los que añadimos la categoría Caos Creativo (conjunto de cajas que atraviesan los tres períodos). Nos limitamos a compartir en el catálogo un breve resumen de cada caja y, en una tabla, los descriptores que remiten a un determinado campo creativo, con el número de páginas escritas que revela el volumen de producción y, por último, el detalle del contenido de cada registro».

La Tregua

Aída Bortnik fue guionista de dos de las películas candidatas a los Premios Oscar: La Tregua y La Historia Oficial. Basada en la novela de Mario Benedetti, la adaptación de la historia de Martín Santomé pasó primero por un ciclo televisivo antes de convertirse en el filme dirigido por Sergio Renán e interpretado por Héctor Alterio (el único protagonista posible según la autora).

El Oscar ese año, 1975, quedó finalmente en manos de Federico Fellini por Amarcord y Aída Bortnik, que no pudo costearse el pasaje a Hollywood, coleccionó decenas de recortes periodísticos con las críticas y repercusiones del estreno, y lo relacionado con la nominación.

En Las cajas de Aída dedicadas a La Tregua hay 5 páginas sueltas escritas a máquina con la síntesis argumental del guion y la descripción psicofísica de los 20 personajes; una copia del guion, 169
páginas con anotaciones, correcciones y escenas tachadas a mano.

Además en una carpeta oficio, amarilla, titulada La tregua se encuentran los guiones para televisión, en el marco del ciclo Las grandes novelas, que fueron cuatro capítulos emitidos por Canal 7. Entre esas hojas mecanografiadas constan los nombres de los personajes, la descripción de escenografía, temas a corregir y listado de personajes.

Respecto de la película una de las cajas contiene con recortes de diarios con las críticas de La tregua, fotos de los protagonistas y cobertura del proceso de producción, incluyendo notas relacionadas con la
firma del contrato para realizar la película, además de reportajes a la autora, el director y los actores.

La historia Oficial

Respecto de la película dirigida por Luis Puenzo, con quien Bortnik escribió el guion y que finalmente ganó la primera estatuilla de la industria hollywodense para Argentina, entre sus cajas se encuentra un fragmento de la motivación personal escrita por ella misma: «No puedo ver a los hombres sino como hombres, no puedo emitir condena y desecharlos sin acercarme lo suficiente como para intentar comprender. Y es esta posibilidad la que me hace peligrosa -y finalmente quizás invencible- a sus ojos; la posibilidad de contar un mundo que no se divide tan nítidamente en víctimas y verdugos, un mundo donde nada es tan difícil como el blanco y el negro. Un mundo donde no todos los buenos son tan buenos y no todos los malos son tan ajenos”.

Además del guion original, el archivo cuenta con miles de páginas entre documentos previos que sirvieron al proceso de escritura: contexto histórico, letras de canciones, testimonios y descripción de los personajes; centenares de críticas y notas periodísticas; entrevistas y reportes sobre premios y presencia en los festivales internacionales de cine; programa de mano de la noche de la entrega de los Premios Condor, y los telegramas originales de felicitación por el premio de la Academia de Hollywood a La historia oficial enviados por: Alfredo E. Allende, Luis Pallaro y Señora, International association of Jewish Writers, Marcos Aguinis (Secretario de Cultura, presidente ATC-Canal 7), Asociación Argentina de Actores, Oskar Senkman (International association of Jewish Writers), Marta y César Carducci, Nissin Sharim, Delfina Guzmán, Claudio Di Girolamo, Delia
y Gregorio Faigón.

Las cajas, el archivo y la memoria

No es poca cosa que este trabajo de catalogación de estas cajas y de los documentos que contienen vea la luz en la semana del día Internacional de los Archivos. En las Cajas de Aída se encuentran, además del trabajo de la autora, documentos que enseñan lo indispensable de los recuerdos para saber de dónde venimos porque
es la única manera de saber hacia dónde vamos.

Como el tigre del que habla el abuelo de su obra De a uno, escrita para Teatro Abierto, las cajas de Aída y su catálogo son necesarias para que no desaparezcan de nuestros sueños.

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