Trap y ternura

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Trap y dulzura argentina: dos claves del éxito de Nicki Nicole

Su propuesta de trap, R&B y soul es una de las más prometedoras de la nueva generación latina.

Por Karen Parrado Beltrán

Diecinueve años y un éxito tras otro. Todo lo que esta cantante y compositora rosarina pone en YouTube y Spotify acumula millones de vistas en horas. Su propuesta de trap, R&B y ‘soul’ es una de las más prometedoras de la nueva generación latina.

La gente y los números la adoran. Cuatro millones y medio de escuchas mensuales en Spotify, 38 millones de vistas del video de su última canción, ‘Colocao’, en YouTube. “Cuando lo hacés inconsciente, las cosas a veces salen mucho mejores”, dice Nicki con una voz dulce colgada a la línea telefónica desde Buenos Aires. Una voz que algunos solo logran definir como un híbrido entre la de Paulo Londra y la de Billie Eilish.

Desde que Nicki Nicole le ofreció al internet su primera canción, ‘Wapo Traketero‘, en abril de 2019, la ola de esa adoración digital la tiene arriba surfeando el éxito y la evolución musical de su particular voz y de sus letras pegajosas. Ha sabido hacerle ‘strikes’ contundentes al circuito trap argentino, y ahora, después de ganar dos premios Spotify (artista más escuchada en consolas y artista Radar trap en español), también al circuito latino.

Lo canta con altura frente a una cámara que la graba en contrapicado en el video de ‘Colocao‘. “A ese baby ya le hice tres strikes (…)”, y batea el aire en su versión auténtica y fresca de “estoy brillando con ‘highlighter’”. Aunque, dice, lo ha hecho casi sin darse cuenta, como llevada por una ola que apenas alcanza a disfrutar y surfear sin vomitar.

Calificativos como ‘furor’, ‘influyente’, ‘revolucionaria’, ‘revelación’ son frecuentes en los artículos que la reseñan. Los últimos dan noticia de cuatro nominaciones a los Premios Gardel, los más importantes de su país y a los que también están nominados bandas con décadas de trayectoria como Los Cafres.

Una de esas nominaciones es la de mejor álbum/canción de música urbana con ‘Recuerdos‘, su álbum debut lanzado en noviembre de 2019. Doce canciones que incluyen tres colaboraciones con Duki (‘Shorty’), Cazzu (‘Cómo dímelo’) y Bizzarrap (‘Plegarias’).

En marzo pasado, en su presentación en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México para los premios Spotify, la joven de 1,45 metros de altura nacida en el 2000, que llevaba unas zapatillas Nike negras con cordones neón, se paró sobre el pico de su carrera de 15 meses y cantó con intimidad para alcanzar a esos millones que le dan ‘play’ a sus canciones.

¿Cómo fue el encuentro con Gonzalo Ferreyra para su primera canción en 2019?

Nos encontramos en un momento en el que los dos queríamos hacer algo que soñábamos. Él estaba trabajando en un trabajo cualquiera y siempre soñó con poder dedicarse al cien a la música, y yo hacía canciones con mis amigos, pero soñaba con poder entender más sobre la industria y hacer música sola. Antes hacía canciones con alguien más por el miedo a hacerlo sola, viste, y cuando tuve la oportunidad, alguien que me abrió los ojos, dije ‘ok, es por acá’ y por eso le voy a agradecer siempre. Gracias a eso salió ‘Wapo’ y salió perder el miedo a toda una carrera.

Lo que pasó luego con esa canción fue un poco como de película…

Eso fue lo más loco. Esta canción la hice con dos amigos, la terminé en una madrugada, riéndonos, pensando ‘ah, esta canción está buena y nada más’. Y hoy en día es una canción que me formó, que la gente la escucha y que en este momento debe haber personas escuchándola y conociéndome.

Además que fue su llegada a una industria que va muy rápido. ¿Cómo se siente frente a esa velocidad?

En realidad yo nunca tuve tiempo de imaginarme nada porque las cosas me pasaron muy rápido. Yo hice una canción y no tuve tiempo de esperar que se hiciera conocida cuando ya la gente me conocía y quería otra. Es como que lo malo que tiene todo esto, que a veces no podés terminar de disfrutar el momento. Y creo que no es la industria, es la gente. La gente es la que mueve a los artistas; si a vos te escuchan un millón de personas por segundo, es obvio que vas a estar todo el tiempo subiendo de rango y de evolución personal. Es muy loco porque un día pueden escucharte muchos y al otro te puede dejar de escuchar todo el mundo.

¿Qué cree que tiene su propuesta que mantiene arriba su música?

(Risas) Yo en realidad no sé qué tiene. Empecé haciendo música porque me gustaba. Es como que yo hice canciones sin darme cuenta de que a alguna persona le podía llegar, o cambiar el estado de ánimo o entender mi letra y decir ‘esto me representa’. Hay mucha gente que me habló diciéndome: ‘Eras la artista que necesitaba y no lo sabía’. Y yo no fui consciente de eso. Es como lo más loco de todo, que cuando lo haces inconsciente las cosas a veces salen mucho mejor.

¿Siente que el trap es la música de este tiempo?

Siento que es muy de acá, de Argentina. Yo veo a artistas que empezaron con trap y ahora marcan su esencia. Ya no es trap, sino la música que hace tal artista. Lo bueno que tiene es que te lleva a una alta evolución musical en el sentido en el que podés hacer diferentes tipos de ritmos. Cuando te das cuenta, sin querer pasaste a un reguetón o a algo electrónico. Estás haciendo algo que se fue de género y no deja perder tu esencia, ahí es que realmente evolucionas como artista.

¿Esa evolución e identificación del público con el trap tiene mucho que ver con las letras?

Eso es algo muy lindo porque no es solo trap de ‘OK, hablemos de la calle, de las drogas, del género’, no. La gente lleva el ritmo, pero puede hablarte de realidades sociales, decirte verdades o cosas que te dan en el corazón y no sabés cómo decirlas y otro las dice por vos. Eso es lo bueno del género, que produce una evolución muy personal, pero que la gente siente.

En su voz y canciones hay mucho de R&B. ¿Qué es lo que le gusta de este género?

A mí me gusta mucho Jacquees, un artista de Estados Unidos que canta también estos ritmos, así como los de Amy Winehouse, me representan mucho. Lo que me pasa es que obvio no puedo llegar a sus tipos de voces, entonces mezclo mis diferentes tipos de ritmos y lo implemento en una canción. Al principio no sabía cómo hacerlo. En el álbum se nota mucho que me gusta cantar, pero como que me falta entender la música. Con ‘Colocao’ pude demostrar cuánto contenido más puedo entregar.

¿Qué hace especial a ‘Colocao’?

Lo que me pasa es que estoy todo el tiempo haciendo canciones, esa es mi manera de mejorar. No tengo el tiempo para decir ‘me tomo un año para irme a aprender y tener la mejor voz del mundo’, sino que aprendo canción a canción y, en el medio, con mi profesora de canto. Lo que me pasó con Colocao es que fue una mezcla de ritmos, voces y maneras que eran las mejores para demostrarle a la gente cómo crecí.

El video de esa canción lo hizo con su familia…

El video fue con mis hermanos en mi casa, donde pasamos la cuarentena. Yo quería grabar un video, sacar una canción, y era súper difícil. Imagínate, sin herramientas, sin nada. Hicimos miles de tomas con una Osmo Pocket y celulares. Una chica nos guionaba el video por videollamada.

¿Y su construcción estética cómo ha sido? Los artistas a veces terminan usando las mismas dos marcas…

Terminamos usando las mismas marcas primero es porque acá en Argentina no hay muchas marcas jóvenes como nosotros buscamos, así urbano. Además porque empezamos a conocer a los dueños de marcas pequeñas que son de nuestra misma edad, nos hacemos amigos y los intentamos ayudar todos en su emprendimiento. Siento que no necesito una identidad en la ropa, sino que eso está en mis letras, en mi actitud y en mi esencia.

Hablando del trap en su país, ¿es un espacio abierto para las mujeres?

Yo creo que es un espacio por trabajar. Por suerte, cuando llegué el trabajo ya estaba medio guiado gracias a Cazzu, que fue una de las artistas que más marcó su personaje. Asumo que a ella le habrá costado mucho ese lugar que se ganó. La movida del trap y todo lo que es la música argentina no es que no hacen a la mujer los demás artistas, es la gente. Creo que es algo que trabajar también desde los fans, ellos tienen que darse cuenta de que todos valemos lo mismo y de que somos todos personas diferentes, no hay que poner en rangos especiales a mujeres y hombres.

El Tiempo

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