Uruguay filma
Se mueve, se mueve, se filma, se filma
Por Pablo Staricco
La adaptación del sector audiovisual nacional a la crisis sanitaria se dio, como en otros rubros, mediante modificaciones pequeñas con efectos grandes. Alcohol en gel en las manos. Metros de distancia entre actores y técnicos. Barbijos en los rostros de los trabajadores y hasta trajes protectores en los cuerpos de algunos. Sets pequeños y privados durante mayo y el regreso a los espacios públicos a partir de junio. El cumplimiento con el protocolo, sumado al impedimento en países de la región para filmar, resultó en un efecto de proliferación para la industria uruguaya.
Según cifras provistas a Búsqueda por la Dirección del Cine y Audiovisual Nacional (Icau), el sector audiovisual ha tenido un crecimiento en su actividad durante la pandemia. De las 148 publicidades, principalmente orientadas al mercado exterior y filmadas o en proceso de filmación en 2020, 116 (78%) se produjeron a partir del comienzo de la pandemia, en marzo de este año. En la industria del cine, televisión y otros contenidos, las cifras son similares. De los 36 rodajes finalizados o en vías de filmación durante el año, 25 (69%) se ejecutaron tras el comienzo de la pandemia. Hasta el momento no se han constatado casos de contagio ocurridos a raíz de las filmaciones.
“Es una situación de ambivalencia”, describió a Búsqueda Roberto Blatt, director del Icau. “Por un lado, somos todos perfectamente conscientes del drama sanitario, económico y social que está viviendo el país. Pero la verdad es que es un momento de estallido en lo que se refiere al audiovisual, que está aprovechando una oportunidad histórica y demostrando la capacidad que tiene para adaptarse y multiplicar la actividad económica. Estamos muy contentos de que Uruguay sepa aprovechar esa oportunidad y, al mismo tiempo, ofrecerse como espacio de rodaje también para la región e incluso para producciones internacionales”.
Blatt mencionó diferentes motivos que pueden explicar el crecimiento de la actividad audiovisual en el año del Covid-19. Por un lado, destacó “el mensaje del control de la pandemia” en el país según la mayoría de los medios extranjeros. Agregó también la implementación de incentivos financieros como el Programa Uruguay Audiovisual (PUA), lanzado en 2019 con el fin promover la producción nacional a través de la atracción de producciones internacionales. Sobre el PUA, Blatt adelantó que espera anunciar una ampliación del fondo, en forma de ley, para “convertirlo en un proyecto multianual con más recursos”.
Más allá de la capacidad de transformación del sector ante las condiciones atípicas, las limitaciones aún vigentes también significan un desafío en términos económicos y logísticos. Mariana Secco, presidenta de Asoprod (Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay) y responsable de la productora Salado, estimó en diálogo con Búsqueda que durante la pandemia el aumento del costo total en los rodajes puede alcanzar un incremento de hasta un 22%, acompañado de una reducción de la cantidad de horas de trabajo permitidas.
De todas formas Secco aventuró que, con la posibilidad actual de poder filmar en una duración más sostenida en el tiempo, un elemento crucial para las producciones cinematográficas, se espera un regreso más significativo para las producciones nacionales de cine y televisión en los próximos meses. Enfatizó, además, que el foco del sector, así como el del gobierno, debe estar en ofrecer servicios de producción que capten el interés de agentes extranjeros.
“La gran oportunidad que el Uruguay tiene hoy es empezar a tener producciones internacionales de gran porte y producciones nacionales que tengan coproducción con otras plataformas de gran porte”, dijo Secco. “A corto o mediano plazo, cuando las demás plazas empiecen a abrir y tener permiso para filmar, la ventaja que aún va a seguir teniendo Uruguay es que vas a encontrar a un sector experimentando en protocolos de Covid, no solo equipo técnico y actores, sino proveedores en general. Donde la hora y el minuto de rodaje vale muchísimo, es una ventaja considerable”, agregó.
Las películas que esperan luz verde
Mientras la nueva camada de producciones locales todavía está en las gateras, aún hay varias películas nacionales, ficciones y documentales que tienen su estreno previsto para lo que queda del año. En un listado del Icau al que accedió Búsqueda, figuran una veintena de producciones que podrían llegar a la cartelera en los próximos meses.
Dentro de ese grupo se encuentran, por ejemplo, las ficciones La muerte de un perro, de Matías Ganz; Chico ventana también quisiera tener un submarino, de Alex Piperno; Las vacaciones de Hilda, de Agustín Banchero, y El empleado y el patrón, de Manolo Nieto. También figuran películas policiales como La teoría de los vidrios rotos, de Diego Fernández Pujol; la secuela Reus, la vuelta al barrio, de Eduardo Piñero y Luis Antonio Pereira, y Carmen Vidal, Mujer detective, una comedia a cargo de Eva Dans. El género documental también tiene nuevas producciones en fila: entre los estrenos planificados se encuentran Directamente para video, de Emilio Silva; Bosco, el sueño prestado, de Alicia Cano, y La intención del colibrí, de Sergio de León.
Si bien la lista se configura desde el organismo según la intención de los diferentes productores, la crisis sanitaria ha establecido que esté sujeta a cambios constantes y a merced de sus titulares. Se espera, de todas formas, que algunos de los títulos mencionados sean estrenados entre octubre y noviembre como parte de los festivales Detour y del Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, organizado por Cinemateca.
Desde el viernes pasado se exhibe el documental El gran viaje al país pequeño, de Mariana Viñoles y a partir de hoy, en diferentes cines, se podrá ver Al morir la matinée, propuesta de terror y debut en la ficción de Maxi Contenti (ver recuadro). El domingo 6, en tanto, la sala B del Auditorio Nelly Goitiño exhibirá el documental Mala madre, una coproducción entre Uruguay y Argentina que fue estrenada en línea en mayo.