Comenzó la Feria del Libro de Buenos Aires

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El dramaturgo argentino Tito Cossa abrió el telón

Un mundo mejor es posible. Qué enorme se lo veía al entrañable Roberto “Tito” Cossa –que no es un hombre corpulento–, con ese tono grave de fumador de pipa, que suena levemente como enojado, leyendo el discurso que escribió. “¿Un dramaturgo abriendo la Feria del Libro? Salvando las distancias, me sentí como el papa Francisco. Me habían ido a buscar al fin del mundo”, bromeó el autor de La Nona al inaugurar la 41ª edición, en la que también hablaron Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro; el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni; el secretario de Políticas Socioculturales de la Nación, Franco Vitali; el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, y el secretario de Cultura de la capital mexicana, Eduardo Vázquez, ciudad invitada de honor que traerá una destacada delegación de escritores encabezada por Margo Glantz, Paco Ignacio Taibo II, Gonzalo Celorio, Carmen Boullosa y Guadalupe Nettel, entre otros.
“No vengo al templo de la literatura a reivindicar el rol literario del dramaturgo, aunque sospecho que eso es lo que esperan mis colegas. ‘Era hora que sea un dramaturgo’, me dijeron algunos. Una autora me envió un correo electrónico donde exclamaba entre signos de admiración: ‘¡Al fin se hizo justicia!’. ¿Es en la Feria del Libro donde se nos hace justicia a los dramaturgos? ¿Cuál justicia? ¿Necesitamos ingresar al Parnaso para que certifiquen que somos escritores?”, preguntó Cossa en la sala Borges del predio de La Rural.
En la apertura de esta edición, la primera de Oche Califa como director, se hizo un minuto de silencio para homenajear al escritor uruguayo Eduardo Galeano, emblemático referente de América latina que murió el 13 de abril pasado. “El escritor crea para el libro; el dramaturgo para el escenario –comparó Cossa–. El escritor sueña con un lector leyendo su obra; el dramaturgo con un espectador sentado en la platea.” El autor de Yepeto y Gris de ausencia, entre otras piezas memorables, aseguró que el amor por la palabra aproxima a literatos y dramaturgos. La diferencia está en que lo escrito por un dramaturgo muchas veces es modificado por el actor en el escenario. “El libro no traiciona al dramaturgo. Pero el dramaturgo necesita del actor, el gran traidor que nos mantiene vivos –reconoció–. Los dramaturgos somos escritores con capacidades diferentes.” Por el boulevard de las primeras lecturas que lo marcaron durante la infancia y adolescencia, desfilaron los cuentos del escritor brasileño Monteiro Lobato, Las aventuras de Tom Sawyer, Los miserables, las novelas de Archibald Cronin y Los veinte poemas de amor de Pablo Neruda. “Lo que me pregunto es si alguien leerá hoy aquellas historias que me fascinaron. Si los libros, como los seres humanos, no mueren algún día para siempre”, reflexionó Cossa.
El presidente de la Fundación El Libro alertó sobre algunas dificultades que atraviesa el sector editorial y librero con “una disminución importante de su rentabilidad por un complicado estancamiento de las ventas”, la pérdida de incentivos impositivos como el recupero del IVA papel o el sobrecosto que implica para los libreros el IVA a los alquileres. Gremmelspacher recordó que el libro es el único sector cultural que no posee un Instituto Nacional de Fomento y manifestó que facilitar el trámite parlamentario de un anteproyecto que están impulsando instituciones del sector podría aproximar una solución a estos problemas. Sileoni recomendó una contratapa de Cossa, publicada en Página/12 el 12 de diciembre de 2012, en la que el dramaturgo recuerda cómo lo echaron del colegio Nacional Sarmiento en 1951 por mezclar en una composición la vida del músico polaco Federico Chopin –que murió un 17 de octubre– con el peronismo. El ministro de Educación trazó un balance muy celebrado por toda la comunidad: la compra de 90 millones de libros distribuidos en todo el país. “Los libros no los revoleamos; los llevamos a las escuelas y van acompañados de prácticas pedagógicas”, explicó el funcionario nacional y agregó que la tirada promedio del ministerio es de 15 mil ejemplares. “La presencia del Estado es necesaria para favorecer la diversidad”, subrayó Sileoni.
Cossa ponderó la importancia de la tarea que realiza la Fundación Mempo Giardinelli en el Chaco y propuso elevar esa experiencia a un plan nacional. “La cultura debe ser una política de Estado. Las artes ingresan en el imaginario de los pueblos y se transforman en ideología. Sospecho que si no se hubiera escrito el Martín Fierro el peronismo no habría existido”, conjeturó como preludio de una intervención más política en el horizonte electoral. “Se va un gobierno que puso la cultura en la agenda. Además de la distribución de libros, otorgó derechos a los directores de cine y a los actores que los reclamaban desde hacía décadas. Y potenció a la industria del cine. Elevó a la cultura al grado de ministerio. Más allá de la mayor o menor cercanía con las políticas del Gobierno, muchos de nosotros sentimos que, por primera vez, se nos escucha. Tal vez tenga mucho que ver que el oído es femenino.” A esta altura de la noche, la figura de Tito se agigantaba más. “La cultura no puede ni debe ser sometida a la ley del mercado. La cultura es el instrumento para profundizar la democracia. La cultura nos iguala, nos hace mejores seres humanos. Un libro en las manos de un niño abre el camino a un mejor ciudadano”, afirmó Co- ssa. “En las horas que vienen, algo así como un millón de personas transitarán por los pasillos de esta Feria. Conmueve asistir a este encuentro con los libros. Son esos hechos que, cuando ocurren, le hacen pensar a uno que un mundo mejor es posible.”

Página 12

«La Feria no es un shopping. Busca promover el libro y ganar lectores»

Expectante pero confiado, ayer, el director debutante de la Feria del Libro de Buenos Aires, Oche Califa, decía estar esperando el día de hoy cuando a las 14 se abran al público las puertas de La Rural para dar comienzo a la 41ª edición de la que es una de las cuatro ferias del sector más importantes del mundo. A las 18 se inaugura oficialmente con el dramaturgo Tito Cossa como orador principal y con la Ciudad de México como invitada de honor.
Su elección al frente de la dirección de la Feria fue una sorpresa para propios y ajenos, porque presentó su currículum «sin decirle a nadie» a la selección que la Fundación El libro –organizadora del evento– realizó a través de una consultora externa. Y Oche, conocido escritor de libros para chicos, ya era colaborador de esta ONG por 14 años, en la comisión de cultura.
Fue seleccionado, entre 2000 postulantes, como sucesor de Gabriela Adamo, que renunció como consecuencia de internas apenas concluyó la edición anterior. Ayer Oche Califa decía que tras un momento «picante» siempre vuelve la calma. Y la calma era la imagen de Adamo de vuelta en la Feria, ahora como participante de las Jornadas Profesionales que comenzaron el martes.

–¿Cómo está viviendo la previa de la apertura al público?
–En buena medida no es una previa porque empezamos con las Jornadas Profesionales y tenemos en este momento diez mil personas adentro del predio participando de actividades que tienen que ver con el negocio y la industria del libro. Somos anfitriones además de la Reunión Anual de Bibliotecarios; la Jornada de Ilustradores… acabamos de terminar hace un rato la reunión de la Red de Ferias de la Argentina que está en un buen momento, creciendo en todo el país…
–Pero hoy es el gran día
–Sí, porque somos una de las cuatro ferias más importantes del mundo. Somos la única que dura 20 días –22 si tomamos en cuenta la feria de profesionales–; tenemos una proporción de público que la convierte en la mayor con 1 millón 200 mil visitantes…
–¿Cuándo imaginó que llegaría a gestionar este monstruo?
–Yo integraba una de las comisiones de voluntarios de la Fundación, que organiza los actos culturales. Durante 14 años trabajé organizando talleres, maratón de lectura… Cuando se abrió la posibilidad de la búsqueda de un nuevo director me presenté, mandé mi currículum como cualquiera, sin siquiera decirle a nadie en la Fundación el Libro que había contratado a una consultora para la selección. Se enteraron cuando quedé finalista.
–¿Que desafíos le esperan?
–Enormes, porque yo soy un escritor y eso no necesariamente me hace un buen director de la Feria, porque es una tarea de gestión. La experiencia que yo tengo proviene del periodismo: he dirigido revistas y planes de edición con periodicidad intensa. Tengo esa dinámica que obliga a prever, a planificar, a resolver lo inesperado.
–Usted es un representante de la Literatura Infantil y Juvenil.
–Para la Fundación esto es muy importante porque además organiza la Feria del Libro Infantil y Juvenil. Creemos que una buena parte del semillero lector en la Argentina lo estamos formando, creando estrategias para sostener esa masa lectora. Nosotros no hacemos las Ferias como si fuéramos una empresa organizadora de eventos, o como si fuera un shopping de libros, la hacemos porque nos parece una estrategia valida en función de la promoción del libro y la formación de nuevos lectores.
–Cuando llegó ya estaba buena parte de esta feria organizada. ¿Pudo imprimirle algo propio?
–He tratado de fortalecer aquellas direcciones que tienen que ver con cosas que hacemos bien, para seguir haciéndolas. Por ejemplo el Diálogo latinoamericano que ya es el cuarto año. Lo hacemos para fortalecer el vínculo entre escritores de nuestro propio continente. Un vínculo que las dictaduras de todo el Cono Sur clausuraron y que es necesario trabajar. Me interesaba que los jóvenes –que son un alto porcentaje estadístico de visitantes– empezaran a tener un protagonismo genuino. Estamos haciendo el encuentro de booktubers tenemos además el slam de poesía, una gran cantidad de iniciativas dirigidas a que el público juvenil se sienta partícipe, incluido y atendido.
–Se va a agregar una nueva sala con el nombre de Haroldo Conti
–Se aceptó por unanimidad en el Consejo de la Fundación esta propuesta. Nos parecía que si íbamos a tener una sala nueva lo importante era aportar un nombre emblemático que tuviera que ver con la etapa más trágica de la cultura y de la sociedad argentina como fue la última dictadura militar, con el resultado nefasto del genocidio. En el nombre de Conti también está el de Rodolfo Walsh y el de tantos escritores desaparecidos, asesinados, exiliados.
–¿En esa línea también están las actividades de los «argenmex»?
–La ciudad de México viene con casi 50 invitados y más de 50 actos y tiene un enorme y hermoso stand donde realiza actividades. Una de ellas será la de los «argenmex», esa categoría resultante del exilio argentino antes y durante la dictadura. Esto aportó a la cultura mexicana y dio origen a esa categoría híbrida. Uno de los que viene es el antropólogo Néstor García Canclini, un representante genuino de los argenmex.
–¿Cómo espera esta apertura?
–Estoy tranquilo, ya arrancamos las jornadas profesionales muy bien. Para nosotros son como un termómetro. Con alegría, con optimismo…  ¡Usé dos palabras muy sciolistas!
–La política está siempre.
–Sí, la Feria refleja la situación política porque no hay cuestión humana que el libro no incluya. La literatura tiene un papel central pero el libro es también el cobijo de la filosofía, del juego, del humor y de la política. El libro político es muy importante y para la política es muy importante el libro. La relación es mutua. .
–Le tocó asumir en un momento convulsionado por la renuncia de la directora anterior
–Anda Gabriela (Adamo) por acá, ella vino a las Jornadas. Charlamos un rato, ya habíamos hablado antes… Estuve también reunido con Marta Díaz que la antecede, ella es nuestra prócer. Gabriela estuvo tres años, aportó muchísimo a la Fundación, se fue y ya está adentro de la Feria de nuevo como participante. Nosotros somos una entidad de cultura, si entre nosotros no hubiera disidencia, polémica, por la formación ideológica de sus componentes, o lo que sea… si esa diversidad no existiera sería raro.  «

Feria del Libro
La Feria Internacional del Libro estará abierta para todo público hasta el lunes 11 de mayo, feriados inclusive de lunes a viernes de 14 a 22. Sábados, domingos y feriados de 13 a 22. En La Rural, predio ferial de Palermo. Avenida Santa Fe y Sarmiento.

Tiempo Argentino

 

Argentina recibe a las letras de México

En medio del espíritu de hermandad y solidaridad que ha enlazado las historias culturales de Argentina y México, en la inauguración de la 41 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (Filba) 2015 hubo un homenaje al escritor Eduardo Galeano, recientemente fallecido; pero también el aplauso solidario con los padres de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
En la ceremonia inaugural de la feria del libro que se celebra durante tres semanas en Buenos Aires y a la que la Ciudad de México desembarcó con una delegación de más de 60 escritores y artistas en su papel de Ciudad Invitada de Honor, se habló de libros, de literatura, de escritores, de intercambio intelectual, de arte y cultura, pero también del rostro violento que tiene México y el Distrito Federal.
“Estoy consciente que ustedes reciben constantes noticias sobre la violencia en mi país. Se trata de una atroz realidad que no vamos a negar. En la Ciudad de México postulamos que la cultura es una herramienta poderosa para erradicar tal flagelo… Ante el amago de la muerte y la discordia, ante la impunidad, la corrupción y la injusticia, en la Ciudad de México respondemos con la palabra, que es a la vez crítica, denuncia, reflexión y alternativa, que puede ser manifestación de la indignación pero también consuelo para las víctimas”, dijo Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura del DF.
Agradeció el interés y solidaridad de los argentinos con las víctimas de la violencia en México, en particular con los padres y compañeros de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Fue entonces cuando surgió el segundo aplauso de la noche. El primero fue en homenaje al escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Ante cientos de asistentes que se dieron cita anoche en La Rural, el recinto ferial del encuentro librero más importante de América Latina, después de la FIL de Guadalajara, hubo una reiteración constante a la relación tan estrecha que han tenido México y Argentina y a la hermandad que han sostenido siempre Buenos Aires y la Ciudad de México.
Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación El Libro, organizadora de la fiesta librera en esta ciudad, habló de las acciones que se hacen en Argentina a favor del libro, la lectura, los editores y los libreros; acciones que impactan a los lectores.
En la ceremonia inaugural de la feria que arrancó ayer y concluirá el 11 de mayo , la Ciudad de México ha organizado cerca de 130 actividades, entre conferencias, mesas de discusión, charlas, presentaciones de libros, lecturas de poesía y jam sessions literarias.
Previo a la inauguración, el escritor Vicente Quirarte habló de la Ciudad de México en la literatura y dio cuenta de escritores como Rubén Bonifaz Nuño, Guillermo Prieto, Ramón López Velarde y Sor Juana Inés de la Cruz. “Al vernos en el espejo reconocemos armas y armaduras del guerrero que somos para enfrentar el desafío de cada nuevo día. Una forma de no ser derrotados en el cotidiano ejercicio de la urbe, es mediante la permanencia y la transformación de la palabra”, señaló Quirarte.

El Universal

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