Starbreaker, una serie animada nacional

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En Starbreaker las guerras de la Tierra se deciden desde el espacio. Esta es una animación en 2D y 3D con bastante influencia de los gráficos japoneses como ‘Robotech’.
Trabajada en el subgénero de ficción ‘space opera’, donde se relatan historias de aventuras tratadas de forma romántica y en el espacio, este trabajo es dirigido y editado por el animador ecuatoriano Patricio Mosquera, junto a su socio estadounidense Winston Kaiser, de la productora RaGEX Animation; Jacob Wilkins, compositor musical; y los nacionales David Méndez (ilustración y diseño de personajes), José Núñez del Arco (desarrollo de protagonistas), entre otros.
Mosquera considera que la trama es existencialista con elementos bélicos, pero también con personajes muy al estilo de la popular serie Juego de Tronos o The Walking Dead.
Starbreaker se ubica en un futuro donde la humanidad ha dominado el espacio y desarrollado tecnología para viajar en él, así han sometido a varias razas alienígenas, volviéndose una plaga en el universo.
En este ambiente aparecen los Scorchers, una especie capaz de crear mundos enteros desde cero, controlar la gravedad y la presión atmosférica, pero sin la capacidad de comunicarse con el hombre. En uno de estos planetas vive Leto 727, una mujer creada por ingeniería genética por una sociedad humana que se considera ‘pura’ y se refugia en ciudades perimetradas junto a sus versiones mejoradas, controladas mediante inteligencia artificial, para enviarlas a las guerras contra los alienígenas.
Leto 727 será la encargada de guiar una flota espacial para plantear el orden de la humanidad, a fin de que todas las especies puedan convivir. “Queremos que la trama se vuelva subversiva, habrá amor, traición, tendrá una gran carga dramática, aparte de la acción de los robots”.
Según Mosquera, la idea surgió después de que colaboró con la productora Harmony Gold en la creación de la película Robotech Love Live Alive, presentada en 2014. Posteriormente presentó otras propuestas que no fueron aceptadas por la compañía, pero que quedaron en su mente. Su primera propuesta fue Third Faction Army, una serie animada. Para conseguir fondos hizo un crowdfunding, un tipo de financiamiento en masa o por suscripción, por medio de la plataforma Kickstarter. Al ser novato en ese sistema no obtuvo la recaudación planteada.
Trabajar en un crowdfunding es vender una idea creativa que no existe y Ecuador es un mercado en el que aún se desconfía de este sistema de aportación, según decía María Emilia García, directora de La Descorrupción, que al igual que la producción Instantánea buscaron este tipo de financiamiento colectivo sin obtener buenos resultados. Los creativos de Starbreaker  comprendieron que debían buscar una estrategia que les permita tener buenos resultados: tener una lista de contactos que financien este tipo de proyectos en estas plataformas, definir las áreas que cubrirían con los fondos obtenidos y una campaña de comunicación a través de redes sociales o donde esté el público donante. Es así que en esta primera campaña se plantea reunir $ 3 mil para cubrir la producción de doblaje, pues el filme estará en inglés también, y la grabación de la música, que se harían en el extranjero.
Desde el inicio de la campaña en Kickstarter, el pasado viernes 10 de abril hasta esta edición, se ha recolectado el 48% del presupuesto total.
El proyecto se ha venido gestando desde octubre y tiene previsto hacer un primer lanzamiento en noviembre de este año como una serie web de 6 capítulos con 5 minutos de duración cada uno.
José Núñez del Arco, quien trabajará oficialmente desde el guión del segundo capítulo, considera que su rol dentro de los creativos de Starbreaker es crear la psicología, personalidad y pasado de los personajes, darles sentido en base a la historia original.
Hasta ahora la serie ha tenido buena acogida en las redes sociales y ha recibido comentarios positivos y aportaciones desde China, Uruguay, Irlanda, Alemania, Rusia, Estados Unidos, entre otros.
“Al inicio hubo mucha confusión, los usuarios creían que la serie era de un director japonés o asiático, y se sorprendían que fuera de un hispano, mucho más de un ecuatoriano”, dice Núñez del Arco.
En un futuro inmediato tienen previsto lanzar gratuitamente la serie por Youtube, pero también han recibido varias propuestas para financiar los siguientes capítulos.

El Telégrafo

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