Gracias Hugo Blanco, virtud y alegría de nuestro ser musical
Una vida de trabajo fértil nos lega el Maestro Hugo Blanco. Su amor por la música lo lleva a saborear lo criollo como parte de lo universal contemporáneo, y fusionar los menús que le despiertan curiosidad y simpatía, virtudes que le fueron dadas a torrentes.
Se trata de una persona con ingenios mitológicos, por aquello de convertir en oro todo lo que tocaba. Esta capacidad la muestra tanto en sus creaciones e interpretaciones, como en las aventuras productoras, en las que se consagró por haber aupado múltiples talentos en géneros diversos del arte musical.
Desde Simón Díaz hasta el cuarteto Las Cuatro Monedas, fueron tocadas por su mano mágica; hablamos de un padrino generoso que no envidia sino que estimula, reconoce y comparte los caminos del éxito.
En esta hora del adiós a un creador nato, genuinamente venezolano en su arrojo y magnanimidad, los cerros, mares, ríos, lagos, selvas y sabanas de la patria nos invitan a honrar a quienes de sus musas nos regalan la belleza, el placer y la emoción de pertenecer a una estirpe hermosa y generosa.
En mi pequeño pueblo orillero, siendo muchacho amante del Cuatro y la Guitarra, celebré el descubrimiento del ritmo Orquídea, cuando la muñeca debía danzar sobre las cuerdas como alpargatas soneras; porque nada puede ser tan sabroso como disfrutar moliendo café en agua fresca, sobre esta tierra mojada.
¡Vivan Hugo Blanco y Venezuela, por siempre!
A Hugo Blanco le bastó media hora para hacer su canción más famosa
El éxito del músico llegó hasta Japón, donde se vendieron más de 1 millón de ejemplares del disco de 45 rpm que incluía el tema “Moliendo café”. El arpista de 74 años de edad falleció ayer a causa de un paro respiratorio
Hugo Blanco no tardó más de 30 minutos en componer “Moliendo café”. “Era un día como cualquier otro de 1959. Yo estaba tocando el arpa; de repente, se me ocurrió una melodía y empecé a darle forma. Así nació la canción”, detalló el compositor en julio de 1972.
El artista caraqueño falleció ayer a los 74 años de edad a causa de un paro respiratorio. Su salud comenzó a deteriorarse hace 16 años, después de que se sometió a un trasplante un riñón. Padecía diabetes y también tenía problemas del corazón. Tuvo, además, varios ACV. El año pasado lo hospitalizaron debido a un cuadro de hipoglucemia y en febrero por una caída que sufrió en su casa.
En 2015 se cumplen 55 años del disco El nuevo ritmo orquídea, que contiene la famosa pieza versionada centenares de veces en diversos países. “Moliendo café”, incluso, llegó a ser inspiración para uno de los cánticos del Boca Juniors en La Bombonera. En 1972 Blanco tenía registradas más de 200 versiones. Las coleccionaba, pero unos ladrones entraron a la casa y se las llevaron. “La que hizo un japonés, cuyo nombre no recuerdo, me llamó poderosamente la atención. También debo mencionar las de Mario Suárez, Xiomara Alfaro, Ray Anthony y Pérez Prado», indicó en los años setenta el arpista. Desde entonces han sido decenas los que han interpretado la canción. Hasta el estadounidense Pitbull hace tres años basó la melodía de «Beat On My Drum» en “Moliendo café”.
La pieza, sin embargo, no estuvo exenta de controversia. Fue objeto de un reclamo por derechos de autor. En los setenta, Blanco explicó: “Yo era menor de edad para aquella época. Por eso no pude registrar la canción. Un tío mío lo hizo y surgió el problema. Legalmente, él aparecía como autor del tema; pero profesionalmente yo era el creador”.
En 1961 Lucho Gatica hizo lo propio, al igual que la italiana Mina. Otros artistas que la interpretaron fueron el mexicano Javier Solís, el puertorriqueño José Feliciano, los españoles Julio Iglesias y Plácido Domingo, los venezolanos José Luis Rodríguez y Ricardo Montaner, así como la arpista japonesa Mika Agematsu.
El éxito de Hugo Blanco fue simultáneo al de Chelique Sarabia, que entonces había alcanzado la fama con “Ansiedad”. Fueron grandes amigos desde su juventud. “En 1955, yo era estudiante de la Escuela Técnica Industrial y creé la Estudiantina. En esa misma época él formó un conjunto en el Liceo Aplicación. Coincidíamos en actos estudiantiles, especialmente en el colegio Gran Colombia. Así comenzó nuestra amistad”.
Sarabia asegura que, con la muerte de Blanco, la música venezolana pierde a uno de sus principales innovadores. “Su éxito se debió a que logró hacer música bailable con instrumentos llaneros. Es notable su búsqueda de nuevas sonoridades. Junto con lo hecho antes por Juan Vicente Torrealba y Aldemaro Romero comenzó a surgir una nueva corriente. Además, fue el mentor de Simón Díaz. En vez de cantarle al ordeño y a la vaca, empezamos a cantarle al amor y al desamor”, afirmó el compositor, quien llegó ayer a Caracas procedente de Lechería para asistir al acto fúnebre.
Tenían tiempo sin verse. “Él estuvo por allá hace un año. Quedamos en vernos después, pero no fue posible”, dijo.
Soledad Bravo recuerda la internacionalización del músico: “La primera vez que salí del país, cuando tenía 20 años de edad, tuve que quedarme en la frontera de España con Francia por falta de visa y me sorprendió que en la calle se escuchaba ‘Moliendo café”.
Otro gran amigo de Blanco fue Ernesto Aue, dueño del sello El Palacio de la Música. “Trabajamos juntos desde hace 55 años, desde la época de ‘Moliendo café’. En Japón se vendieron más de 1 millón de ejemplares del disco de 45 rpm de esa canción. Allá fue donde tuvo más éxito. Fue el artista más fecundo de la compañía. Otra cosa que recuerdo es la serie Bailable. Asimismo, su trabajo como productor con Las 4 Monedas, que fue excelente. Hugo era increíble”, afirmó el empresario, aún acongojado por la noticia. Con esta última agrupación ganó en 1969 la segunda edición del Festival Internacional de la Canción en Barcelona.
Hugo Blanco fue popular también por los discos de gaitas humorísticas que grabó con Simón Díaz y Joselo, entre ellas “Los borrachitos”, “La gaita de las cuñas”, “La gaita de las noticias” y “La gaita de las locas”.
Además, su nombre es recordado por ser el compositor de “Burrito sabanero” y por ser el fundador del conjunto La Rondallita.
José Luis “Caplís” Chacín, bajista de Desorden Público, recuerda que Blanco fue el primer artista en el país en mostrar el ska. “Fue el primer visionario de la música venezolana que manifestó el género. Todo eso que conoció se lo embutió a Las 4 Monedas. Tengo entendido que a ellos no les gustaba el ska ni el reggae, y él fue quien los convenció. Dentro de poco viajo a México y alguien de allá me pidió que les llevara cualquier disco de ese grupo”.
El músico será velado mañana, a partir de las 12:00 m, en el Cementerio del Este.