Crece el fenómeno de los booktubers entre los jóvenes latinoamericanos

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Juliana Zapata tiene 27 años, es ingeniera informática, ocupa un cargo como especialista en redes de datos en una compañía generadora de energía y es, también, una lectora voraz. Puede leer entre una y dos horas diarias, casi siempre en las noches, cuando regresa a casa de la oficina. Pero si se tropieza con uno de esos libros que inexorablemente la atrapan, no hay nada que hacer, dice, lo más seguro es que la sorprenda el amanecer sumergida en el libro hasta llegar, por fin, al desenlace de la historia. Le pasó con ‘Crepúsculo’, de Stephenie Meyer, con ‘Harry Potter’ de J.K.Rowling, con ‘Perdida’ de Gilliam Flint…

Hasta allí, nada extraordinario. Una buena lectora que supera con creces los 1.5 libros que lee en promedio un colombiano. Lo curioso de su caso viene a continuación: Juliana Zapata, paisa, pelo corto y un tatuaje en su brazo izquierdo, es la ‘booktuber’ más seguida en Colombia: su canal en YouTube suma más 43.000 suscriptores que cada semana llegan a ver y escuchar sus recomendaciones de libros.

Y es que resulta que gracias al boom de la redes sociales, ahora las reseñas de los libros o las recomendaciones no se hacen necesariamente escritas sino contadas por Internet. Y Juliana sí que sabe de eso. Desde que abrió su canal en enero de 2014 sube 8 vídeos mensuales de, en promedio, 10 minutos cada uno. En ellos  habla de libros, libros y más libros.

Su saludo siempre es el mismo:  “Hola ¿cómo están? bienvenidos otra vez a mi canal”, una frase que recita en el mismo sonsonete y que a la tercera entrada puede irritar a algunos internautas. En todo caso no a sus seguidores quienes piden ansiosos un saludo que ella, complaciente, les otorga cada semana.

Juliana, pues, hace parte una comunidad de jóvenes llamada ‘booktubers’ que nació hace aproximadamente unos tres años en países angloparlantes y que hoy es una novedad en América Latina, con un auge particular en México que cuenta con cerca de 150 booktubers.

Allá, en el país azteca, quien lidera esta tendencia es Alberto Villareal, un chico de escasos 21 años que lee desde que era un niño,  desde cuando encontró en casa de sus abuelos una copia de ‘La pequeña cerillera’.

Alberto empezó su canal hace  casi tres años porque “no tenía familia ni amigos que leyeran constantemente y necesitaba que las personas me recomendaran libros, porque no sabía qué leer después de terminar uno”. Un día, buscando reseñas de libros en Internet, llegó a YouTube y descubrió que en este canal se podían recomendar libros. Al día siguiente se grabó. “Las personas tenemos esa necesidad de compartir y socializar todo ya sea un libro, música, películas”, explica.

Alberto bautizó su canal con el nombre de ‘Abriendo libros’, y hoy, con 100 mil suscriptores, es el booktuber más famoso de habla hispana. Él cree que la clave de su éxito es que, más allá de hacer  reseñas, sus vídeos parecen una charla entre amigos. “Lo hago de manera muy relajada, no acartonada ni aburrida”, dice.

Las editoriales, con la necesidad de promover sus publicaciones, han sabido apovechar este boom. Es por eso que cada año les envían decenas de sus libros a los booktubers más conocidos para que los comenten en sus canales.  “Las editoriales me mandan libros y novedades pero ninguna  me paga y no estoy obligado a hablar de los libros que me mandan. Soy muy trasparente con las editoriales y les digo que no puedo asegurar si lo voy a leer y a comentar. Tampoco puedo asegurar opiniones positivas”, afirma Villareal quien actualmente estudia mercadotecnia.

Para Fanuel Hanán Díaz, escritor y crítico venezolano, experto en literatura infantil latinoamericana y quien además dirige la revista Barataria de Editorial Norma, considera interesante  la tendencia de los booktubers pues siente que esto  empodera a los propios lectores a que tomen decisiones sobre lo que quieren leer. “Por lo general las lecturas han sido mediadas por  académicos, docentes, críticos y periodistas. Al aparecer los booktubers, se desplazan esos intermediarios y son los mismos lectores quienes hablan entre ellos para escoger sus lecturas. En ese sentido se convierten en portavoces genuinos”.

Y aunque estos booktubers por lo general recomiendan libros que hacen parte de grandes apuestas comerciales de las editoriales, cree que es una muy buena oportunidad para estimular la lectura de calidad entre los jóvenes. “Hay que tener en cuenta que la necesidad de la magia es innata en el ser humano. De ahí que los temas fantásticos, los de terror y las distopías en las que el ser humano tiene que aprender nuevas coordenadas para la vida  tengan tanta acogida. Pero por otro lado, vemos que hay una tendencia actual que es la del realismo sentimental que se puede apreciar en best sellers como ‘Bajo la misma estrella’, en donde existen personajes en condición miserable y despiertan la solidaridad del lector. Todo este mercado comercial es una oportunidad para que los lectores abran su abanico de posibilidades. Hoy en América Latina tenemos una literatura juvenil de excelente calidad literaria en la que sobresalen autores como  Antonio Santana, Paula Bombara, Sergio Aguirre , Albeiro Echavarría, entre muchos otros, quienes abordan temas como el desplazamiento, las dictaduras, la relación con los padres, la relación con el poder, la violencia contra la mujer. Y eso lo deberíamos aprovechar”, dice.

¿Puede realmente un video hacer que otro chico se interese por un libro?

Para Villareal no hay lugar a dudas. “Al principio no entendía bien cómo funcionaba esto. Pero cuando empecé a tener contacto con el público en ferias de libros como booktuber y veía que los chicos y padres se nos acercaban y nos felicitaban porque empezaron a leer o aumentaron los libros que leían, me di cuenta que los vídeos sí aportan para que las personas lean más. Los booktubers somos promotores de lectura”.

Y ¿a qué horas leen tanto?

“Yo trato de leer todos los días. Aprovecho los momentos libres, cuando voy a hacer charlas, por ejemplo, leo en el aeropuerto o en el avión. En un día normal de mi vida mínimo leo 20 minutos antes de dormir”, cuenta Villareal.

Juliana, por su parte, la paisa del tatuaje y el pelo corto, lee ‘hasta en la sopa’. “Mis compañeros de trabajo me molestan porque cuando salgo a almorzar quiero comer rápido para alcanzar a leer un poco más”.

Ella, sin embargo, lee poca literatura latinoamericana de la que menciona Fanuel Díaz. Entre ellos están los libros de la escritora caleña, Carolina Andújar, que también van por la línea de lo fantástico. Es que lo suyo, dice, son las historias que la saquen de la realidad “al ciento por ciento”, que la lleven a mundos desconocidos. “Aunque debo aclarar que no tengo prejuicios a la hora de leer. En la medida en que me vaya interesando quizá llegue a leer otra literatura”, puntualiza.

Publicado en El Pais
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