Una antología del arte de la cerámica

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Con múltiples lenguajes que nos acercan a las artes del fuego y nos enlazan con los saberes ancestrales del manejo del barro en nuestro contexto, la exposición Visión antológica de la cerámica en Venezuela: memoria y presencia está conformada por una selección de 400 obras, de más de 100 artistas.

Esta muestra, curada por la maestra ceramista Belén Parada, presenta una narrativa museográfica que conduce al público a realizar una lectura de lo tradicional hasta el arte actual del hecho cerámico, piezas realizadas apenas hace dos meses, es decir recorriendo experiencias desde 1945 hasta el 2015.

Los visitantes tienen la oportunidad de apreciar en tres niveles el desarrollo los procesos de la imaginería y diversas técnicas de las artes del fuego. Siendo que la propuesta curatorial hace correspondencias entre discursos de maestros ceramistas con futuros profesionales de las artes del fuego y estudiantes – UNEARTE y Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena de Valencia-.

En esta colectiva, el público puede apreciar piezas de diferentes tipologías tales como utilitarias, escultóricas e instalaciones, elaboradas con las técnicas como rakú, quema primitiva, terrakota y gres. Edgar Ernesto González, presidente de la Fundación Museos Nacionales argumenta que esta muestra traduce una deuda “primero de análisis de lenguajes estéticos encontrados, donde reconocemos que hay una gran tradición de la cerámica en Venezuela, sin embargo esta propuesta curatorial nos permite ofrecer nuevos aportes a las investigaciones que se han hecho en torno al tema”.

Los visitantes podrán apreciar obras de los nuevos valores como Alejandro González, Jennina Guzmán, Manuel Parada, Pilar Barbeta, Gonzalo Payares, Johan Balza, Fabiola Gámez , María Cecilia López, Gladys Cabrera, Egleé López, Pablo García, Laura Delgado, Sinaih Crespo y Gabriel Mata. Así mismo, Lucio Vegas, Idilio Martins, Eirené Caldera, Angélica Vegas, Patricia Benfeli, Lirané Padrón, Homero Palacios, Yoanni García, Mario Hernández y Daniel Flores, entre otros.

Por otra parte, la colectiva reúne la obra de creadores que hace más de 15 años no se exhibía junta, como el legado indeleble de maestros como Miguel Arroyo, Cándido Millán, Reina Herrera, Josefina Álvarez, Marta Cabrujas, Nohemí Márquez, Cristina Merchán, Seka Severín, Gisela Tello, Belén Parada, Daniel Briceño, Doménica Aglialoro, Isabel Cisneros, Ramsés Larzábal, Mery Bellorín y Mónica Chalbaud.

Publicado en Museo de Arte Contemporáneo

Visión antológica de la cerámica en Venezuela: Memoria y presencia

La invitación a conectarte con el ser interno también forma parte de las múltiples lecturas que los visitantes pueden encontrar en la colectiva  Visión antológica de la cerámica en Venezuela, la cual logra reunir 400 obras de más de 100 creadores de las artes del fuego, desde maestros consagrados hasta estudiantes, exhibidas en las salas 6 y 7 del Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en la Zona Cultural de Parque Central, Caracas.

Conformada por piezas pertenecientes tanto a colecciones privadas como de la colección Fundación Museos Nacionales (MAC, MBA, GAN y MUCI – siendo del MUCI solo una pieza prehispánica, nuestros inicios -), esta muestra curada por la maestra ceramista Belén Parada, impacta por la diversidad de aspectos que aborda su narrativa museográfica que, en particular, conduce a los visitantes a experiencias desde 1945 al 2015.

En este espacio de reencuentro con la cerámica, inmerso en varias tipologías –utilitaria, contemplativa, escultórica e instalaciones- y técnicas – rakú, quema primitiva, terrakota y gres – los visitantes tienen la oportunidad de reencontrarse con este oficio primigenio y los discursos de cada uno de sus creadores, muchos de ellos se han inspirados en temas de repercusión social como la guerra, la violencia hacia el género femenino o el calentamiento global pero también están aquellos que nos llevan a la reflexión mediante la búsqueda espiritual del ser interno.

Nos referimos a la obra Constructora de primicias de la maestra Colette Delozane, una escultura de 1997, ensamblaje: modelado en pasta de gres y acrílico en quema de oxidación,  colección FMN-MAC. “Le tengo mucho cariño, forma parte de una serie de piezas que hice en ese momento y giran en torno a símbolos”.

A su juicio, resulta importante observar los símbolos, los cuales son inherentes a la historia del ser humano y se debe reflexionar en ellos, ya que ello se traduce en un fortalecimiento de la psique humana: “sobre todo ahora que está muy mal, no tiene asidero y existen muchos problemas, la gente está como enloquecida,  hace falta entonces firmeza.Dígame ahora con los celulares, a dónde irá a parar la humanidad”. Argumenta que de alguna manera la conexión con la fuerza la encontramos meditando en los símbolos.

Visión antológica de la cerámica en Venezuela: memoria y presencia ofrece un recorrido al visitante donde encontrará tanto discursos de maestros ceramistas con el de futuros profesionales de las artes del fuego y estudiantes – UNEARTE y Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena de Valencia-. En ese sentido, la maestra Delozanne indicó estar “favorablemente asombrada porque no sabía que había tanto movimiento y gente nueva, trabajos de excelente calidad y estética. Y por otra parte no sólo hacen piezas tradicionales sino que se atreven a realizar toda clase de propuestas”.

Oriunda de Francia, pequeña Delozanne habitaba en la urbe, por lo tanto en medio de tanto concreto compensaba el amor que siempre ha sentido hacia el campo “metiéndome a un jardincito apenas lo veía”. En ese espacio lleno de verde era feliz allí “recogía piedras y me las metía en cualquiera de los dos  bolsillos del uniforme y me regañaban por eso”. No obstante, continuó fiel a su pasión hacia “la naturaleza, las conchas y las piedras.” Su mirada se pierde en los recuerdos e indica que el vestido del colegio era de cuadritos. Con el devenir del tiempo el interés se enfocó en una materia particular: la arcilla. “Se definió cuando llegué aquí –Venezuela-”.

Esta creadora incansable, igualmente dice que desde hace tres años está trabajando en una serie de esculturas totémicas que también se basan en símbolos.

Sobre Colette Delozanne

Delozanne -8 de enero de 1931-  en su devenir profesional ha recibido numerosos reconocimientos y premios. La obra y el pensamiento de Delozanne lo resume magistralmente la investigadora e historiadora del arte Bélgica Rodríguez, cuando escribió en el texto Colette Delozanne escultora lo siguiente: “el vacío es la forma y la forma es el vacío en el trabajo escultórico de Colette Delozanne”. Más adelante también indica. “lo sagrado, la espiritualidad, la búsqueda del Centro, el amor por el universo natural y cósmico y las interrelaciones de todos los fenómenos que coinciden con el hombre y sus verdades, forman parte de las definiciones que ha desarrollado”.

Por otra parte, en el catálogo Colette Delozanne entre esplendores sagrados, 1988, maestros y críticos de arte, igualmente señalan sobre esta reconocida artista lo siguiente:

Marta Traba –Ultimas Noticias, 15-121974-: “Reconozco un idéntico movimiento de amor y curiosidad en las cerámicas escultóricas de Colette Delozanne (…) También reconozco la revelación y el choque que causa la discrepancia entre la sociedad sin valores que emerge del superdesarrollo,  la tecnología ideológica (de donde proviene Colette) y el reencuentro con viejas sociedades como las precolombinas, apoyadas en el resorte básico de los sagrado”.

Víctor Guédez – texto inédito- “Su intención mestiza se perfila en la búsqueda denodada por penetrar para descubrir, asimilar e incorporarse. De este encuentro de convergencia ha salido la legitimidad de su potencialidad que le ha permitido retroceder para avanzar, rememorar para prefigurar, retomar para crear, enraizar para despegar… Aflora, entonces, una obra ye concreta la imagen de un ayer que es a través de la vivencia de un presente. Esta curiosa y enrarecida conjugación se concreta en formas que rebasan su materialidad plástica para reivindicar la legitimidad de signos místicos, de refugios espirituales, de figuras míticas, siluetas híbridas, las áreas penetrables de organismos abiertos, en donde lo atávico, lo telúrico y lo humano son actores de una misma aspiración intelectual y de una misma reciedumbre intuitiva

Juan Liscano – Papel Literario, 1987-: “Me gusta imaginar las esculturas de Colette Delozanne como señales en el tiempo erguidas de algo que tuvo sentido sagrado para pueblos creedores y arcaicos desaparecidos”.

Rafael Pineda – El Universal, 1974- : “Saturada de Francia donde nació, Colette Delozanne identificó plenamente sus facultades de fabricar y residir en el ser, lo que otros llama psiquis, con su residencia en Venezuela. Aquí experimentaría al aspirar la tierra y localizar sus colores primordiales, una necesidad física, imperiosa, irrefrenable de asociarse con lo que ahora se le reveló como sabiduría de la naturaleza. Un mito en Europa. Entonces tasladó sus útiles de ceramista a tareas rituales y la cerámica  a la temperatura del misterio”.

Publicado en El Joropo
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