Colombia: Festival Internacional de Cine de Cartagena

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La proyección de Los nadie le dio inicio a la edición 56, mientras su director Juan Sebastián Mesa vio con felicidad en la pantalla que su ópera prima, una historia de cinco adolescentes que sobreviven en la Medellín actual, se contaba en La Heroica.

El filme se sitúa en la misma orilla de cintas como Pepos, Rodrigo D No futuro, Apocalipsur y Los hongos, aunque con una visión más fresca del porvenir de esta juventud.

Antes de que el cine se adueñara del espacio, en los actos protocolarios estuvo el presidente Juan Manuel Santos, quien invitó a los cineastas del país a participar en la firma de la paz con las Farc, prevista para el 23 de marzo.

“En pocas semanas esperamos poner fin al último y más viejo conflicto interno armado del continente americano, y empezar a filmar, entre todos, una nueva película para Colombia”.

Santos destacó que el país está ante un futuro esperanzador en donde los colombianos se escuchen, se toleren y vivan respetando a quien piensa diferente.

El mandatario expresó su deseo de que Colombia sea un país donde los artistas y los creadores “construyan las nuevas historias, los nuevos guiones de la humanidad que florece cuando se callan los fusiles”.

¿Qué sigue?

La edición de este año tiene como atractivos a la actriz Susan Sarandon, ganadora en 1995 del premio Óscar de la academia a mejor actriz en la película Dead Man Walking, y al director colombiano Ciro Guerra, que vuelve a Colombia tras la nominación que El abrazo de la serpiente tuvo en el certamen de Hollywood.

Los jurados de la competencia oficial de ficción son la actriz brasileña Ailín Salas, el director, guionista y productor mexicano Michel Franco y el director ejecutivo de Film and Music Entertainment y productor estadounidense Mike Downey.

Por su parte, Ciro Guerra ofrecerá un taller dirigido a los cineastas que quieran conocer su universo cinematográfico, su método y su forma particular de contar historias.

Diez cintas compiten a mejor cine de ficción, Aquí no ha pasado nada del director chileno Alejandro Fernández Almendras, Boi Neón del brasilero Gabriel Mascaro, El movimiento del argentino Benjamín Naishtat e Historias de dos que soñaron del canadiense Andrea Bussmann.

También están La academia de las musas del español José Luis Guerín, Maten-me por favor de la brasilera Anita Rocha da Silveira, La última tierra del paraguayo Pablo Lamar y Oscuro animal del colombiano Felipe Guerrero.

El cartel de aspirantes a alzarse con la India Catalina, estatuilla que entrega el Ficci a los ganadores, lo finalizan Te prometo anarquía del director estadounidense Julio Hernández Cordón y Cartas da Guerra del portugués Ivo Ferreira.

El Ficci hará una retrospectiva y ofrecerá un tributo al director y guionista argentino Gaspar Noé, autor de películas como Love, Irreversible, Solo contra todos, Carne y Enter the void.

Asimismo continuará con su espacio de Cine en los barrios, en el que se proyectarán más de 70 cortometrajes en las zonas más pobres de la ciudad y en los municipios aledaños.

Publicado por El Colombiano

Homenaje al cineasta Luis Ospina en el Festival de Cartagena

Con una camarita aficionada, Eduardo Ospina, un ingeniero caleño, se dedicaba a filmar toda situación cotidiana de su hogar.

Luis, el menor de sus cinco hijos, era el espectador predilecto de esas grabaciones y se convirtió con los años en director de cine. Fue una pasión heredada en esos años 60 y Luis Ospina lo desenrolla para contar por qué heredó una pasión, con el amor y respeto profundo que su padre le tenía al séptimo arte.

“Mi papá tenía colecciones de películas de vaqueros, dibujos animados. Crecí en un medio en el que el cine era un tema diario, todos los fines de semana el plan era ir a los teatros; Cali tenía muchos y la pantalla gigante era el espectáculo más barato que tenía el pueblo, por lo que para mí el cine siempre ha significado algo especial”, asegura hoy desde Bogotá, la ciudad que lo acogió hace 21 años.

La cinta de detalles sigue en la memoria después de más de 40 años de haber tomado esa decisión y el cineasta, de 66 años, recibirá este jueves, durante la edición n.° 56 del Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), un homenaje por su trayectoria de vida, dedicada al cine, a los documentales y a un sinfín de producciones que hoy lo colman de orgullo, porque lo que él hizo “lo hicimos con las uñas en una época en la que hacer cine era una locura”.

También, hoy se estrena en el país Todo comenzó por el fin, su más reciente producción, que ya fue estrenada en el Festival de Cine de Toronto y ha circulado por festivales de Estados Unidos y Asia.

“Es el autorretrato del Grupo de Cali, también conocido como ‘Caliwood’, un grupo de cinéfilos que en medio de la rumba desenfrenada y del caos histórico de los años 70 y 80 logró producir un conjunto de obras cinematográficas que ya son parte fundamental de la historia del cine colombiano. Es el relato de un sobreviviente”, dice Ospina.

Hace poco superó un cáncer que le fue detectado en el 2012.

Influencia muda y sin color

La revolución de los planos y los detalles del excéntrico Alfred Hitchcok, la irreverencia de Luis Buñuel y los western de los años 50 dejaron en Ospina una ruta de lo que pensaba para producir sus obras.

Él mismo se declara un adicto al cine. “Hay películas que no puedo dejar de ver, Vértigo (Alfred Hitchcok), La edad de oro (Luis Buñuel). Para mí una buena película es la que se puede uno repetir un millón de veces, he perdido la cuenta de las veces que me he visto estas películas”, dice el cineasta.

Sin embargo, una producción rusa de 1929 fue la que marcó su destino, la que le retumbó en su cabeza divisando el paisaje de lo que para él se convertiría en su vida: El hombre de la cámara, una producción realizada en la Unión Soviética por el director Dziga Vertov.

Ospina hace más amplia su constante sonrisa al decir que esa cinta lo motivó a realizar documentales. Este hombre de cabellera blanca nació en Cali el 14 de junio de 1949.

Sus estudios de cine los realizó en la Universidad del Sur de California, para luego convertirse en profesor de cine en la Universidad del Valle, en 1979, cuando Jesús Martín Barbero fundó allí la Facultad de Comunicación Social.

Fue cofundador, junto con Andrés Caicedo, Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez, de la revista Ojo al Cine, la cual se abrió un espacio durante tres años (1974-1977) para discutir sobre cine en la ciudad.

Hizo parte de ese grupo especial de jóvenes a los que el cine, la literatura y la Cali antes de la llegada del narcotráfico los marcaron para hacer una diferencia cultural, en una ciudad cuyos espacios urbanos aún no eran conocidos y que se perdieron con la llegada de los Juegos Panamericanos en 1971, cuando Cali empezó a crecer.

Esa ‘pandilla’ se denominó el Grupo de Cali, un escuadrón de adictos a la cultura y el arte, un equipo que fundó los cineclubes en la ciudad.

“Desde la época del Grupo de Cali teníamos planes que iban más allá de tener un cineclub. Yo pensaba que a toda la producción que se había hecho en Cali lo único que le faltaba era un festival de cine. Por eso, en el 2009 nació el Festival Internacional de Cine de Cali, del que me nombraron director”, dice Ospina.

Pero los planes de Ospina eran otros; la idea de este director fue hacer un festival arriesgado y de cine que se apartara de Hollywood y de las grandes producciones europeas, para concentrarse en el cine que no es fácil de ver en Colombia.

Hoy, la idea de la que muchos dudaron que tuviera éxito ha celebrado siete ediciones y cada año suma miles de espectadores en las diferentes proyecciones que se realizan en teatros, parques y colegios.

“Es que una de las funciones de un festival de cine es hacer visible lo invisible”, menciona con un tono serio y reflexivo.

La sabiduría que le ha otorgado contar historias a través de su lente le permitió, en el 2007, el grado Honoris Causa en Periodismo y Comunicación Social de la Universidad del Valle. Del cáncer que lo sorprendió en el 2012 hoy asegura que es una cuestión superada; luego de varias intervenciones en las que sus familiares y amigos llegaron a sostener que había muerto, hoy solo son un amargo recuerdo.

“Claro que uno debe pensar que así esté joven, adulto o viejo, uno siempre está viviendo con la espada de Damocles encima, así que mejor uno no se preocupa, porque es algo irremediable”, resalta Ospina.

La ciudad que extraña

A sus 66 años, Ospina asegura que no extraña a Cali, pero no hace referencia a que su vida en Bogotá sea diferente, o tal vez mejor, es solo que la ciudad que dejó hace 21 años, según él, ya no existe. “Yo crecí en barrios como Versalles, Centenario y San Antonio, tradicionales de Cali que ahora son almacenes y pura actividad comercial. Cali es una ciudad que ha tenido poco cuidado con su patrimonio arquitectónico”, sostiene.

La Cali que, asegura Ospina, dejó de existir tras el paso del narcotráfico y el desarrollo es la agradable, pequeña, con amplias zonas verdes y sin congestión vehicular. “Hoy Cali no es una ciudad ni para la gente ni para los carros, por la ciudad no se puede caminar, hoy es un caos, es poco segura y dejó de ser cívica. Cali sufrió los cambios de todo un país”, repite el director.

No obstante, sostiene que el calor de la gente de Cali no se ve en otro lugar, por lo que siempre disfruta de sus visitas y poder salir un rato con su cámara para capturar un poco de ese carisma del caleño, que, a pesar de los años y los cambios, no deja de ser su casa, en la que un día tomó la decisión de mirar la vida y contarla al mundo a través de su lente.

Hoy se dedica a ver películas a través de internet, ya que asegura que Bogotá lo empujó a dejar de salir a ver cine, lo cual resulta paradójico para el director.

Ospina agradece los reconocimientos que desde diferentes puntos de la cultura ha recibido. El año pasado llegó a 45 años de hacer cine, un registro con el que pocos cuentan en este país, ha realizado a través de su trayectoria nueve documentales; también, entre cortos y series, una veintena de trabajos más, de los que también destacan algunos de sus largometrajes.

Durante la celebración del Día de la Vallecaucanidad, el cineasta fue homenajeado por la Gobernación del Valle gracias a su trayectoria; sin embargo, no pudo asistir, pues tuvo un procedimiento quirúrgico que le impidió salir de Bogotá.

“Para mí es un gran honor, todo esto es algo que lo deja a uno satisfecho con su trabajo, porque no ha sido fácil hacerlo en este país, que poco a poco ha motivado diferentes estímulos para el cine y con el crecimiento que hemos podido ver, el Gobierno se dará cuenta de que no ha sido en vano”, sostiene Ospina.

Mira con orgullo lo que dejó la Facultad de Comunicación y Publicidad de Univalle, donde, sostiene, ha quedado un legado que ha enviado al mundo del cine a los mejores, los que hoy tienen al cine colombiano en el panorama mundial con películas como La tierra y la sombra, de César Augusto Acevedo, egresado de esa facultad de comunicación de la Universidad del Valle, o El abrazo de la serpiente, de Ciro Guerra, que obtuvo la primera nominación a los premios Óscar de una producción colombiana en su historia.

“Haber comenzado a hacer cine independiente en un país donde no había muchas facilidades es nuestro gran logro; nosotros lo hacíamos con las uñas, con recursos propios, hasta con ayuda de amigos. Gracias a la nueva Ley del Cine en Colombia se le está apostando a la importancia del arte, de las producciones. Ahora es responsabilidad de los realizadores mantener en alto el nivel del país”, sentencia Ospina.

Filmografía completa

‘Vía cerrada’ (1964), ‘Acto de fe’ (1970), ‘Autorretrato’ (1971), ‘El bombardeo de Washington’ (1972), ‘Cali: de película’ (1973), ‘Asunción’ (1975), ‘Agarrando pueblo’ (1978), ‘Pura sangre’ (1982), ‘En busca de María’ (1985), ‘Andrés Caicedo: unos pocos buenos amigos’ (1986), ‘Antonio María Valencia: música en cámara’ (1987), ‘Ojo y vista: peligra la vida del artista’ y ‘Arte sano cuadra a cuadra’ (1988), ‘Slapstick: la comedia muda norteamericana’ (1989), ‘Adiós a Cali’ (1990), ‘Cámara ardiente’, ‘Al pie’, ‘Al pelo’ y ‘A la carrera’ (1991), ‘Nuestra película’ y ‘Autorretrato póstumo de Lorenzo Jaramillo’ (1993), ‘Capítulo 66’ (1994), ‘Cali: ayer, hoy y mañana’ (1995), ‘Mucho gusto’ (1997), ‘Soplo de vida’ (1999), ‘Video(B)art(h)es’ y ‘La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo’ (2003), ‘De la ilusión al desconcierto’ (2003- 2007), ‘Un tigre de papel’ (2007), ‘Los Echavarría: un retrato de familia’ (2012), ‘Hay que ser paciente’ y ‘Todo comenzó por el fin’ (2015).

El Grupo Cali, adicto al cine

El Grupo Cali nace en 1971, cuando la capital del Valle les abría sus puertas a los Juegos Panamericanos. Sus figuras principales, como lo recuerda Luis Ospina, fueron Andrés Caicedo, Carlos Mayolo y él. En sus filas también estuvieron Eduardo Carvajal y María Elsa Vásquez. Sandro Romero, director y escritor de obras de teatro, fue uno de los asistentes al cineclub que se realizaba en el centro de la ciudad, el cual destaca como “un ritual juvenil al que había que asistir cada sábado al mediodía”.

De ese grupo de jóvenes, Andrés Caicedo fue el primero en partir, tras su suicidio, el 4 de marzo de 1977, a los 25 años.

Carlos Mayolo continuó con una fructífera carrera como director, guionista e incluso actor, hasta que la muerte lo sorprendió, el 3 de febrero del 2007, en Bogotá. Luis Ospina señala que ese grupo cumplió con la función de saciar el gusto de los jóvenes caleños por el buen cine.

Publicado por El Tiempo

Presidente Santos invita a cineastas a filmar la película de la paz en Colombia

​El Presidente Juan Manuel Santos invitó este miércoles a los realizadores colombianos a participar en el acontecimiento histórico de la firma de la paz en Colombia, al destacar los grandes beneficios que ha traído al país los incentivos del Gobierno para cineastas nacionales y extranjeros y la acogida de los espectadores colombianos.

“En pocas semanas esperamos poner fin al último y más viejo conflicto interno armado del continente americano, y empezar a filmar, entre todos, con ustedes, cineastas, una nueva película para Colombia”, dijo el Mandatario al inaugurar la quincuagésima sexta versión del Festival de Cine de Cartagena.

El Jefe del Estado dijo que el país se asoma a un futuro lleno de esperanza, donde todos los colombianos se escuchen, se toleren y aprendan a vivir en diversidad, respetando a quien piensa diferente.

“Un país donde los artistas y creadores cuenten la historia de la violencia –para no repetirla– pero, al mismo tiempo, construyan las nuevas historias, los nuevos guiones, de la cotidianidad, de la humanidad que florece cuando se callan los fusiles”, expresó el Jefe del Estado.

Histórico momento del cine nacional

Aparte de la histórica nominación a los Óscar por el premio a la mejor película en habla no inglesa de ‘El abrazo de la serpiente’, de Ciro Guerra, otras producciones colombianas han brillado en la cinematografía actual como ‘La Tierra y la Sombra’, del director César Acevedo, que ganó el premio Cámara de Oro a mejor ópera prima en el Festival de Cannes, y otros tres más dentro de la Semana de la Crítica del mismo certamen.

También resaltó la película ‘La Ciénaga: entre el mar y la tierra’, de Carlos del Castillo y Manolo Cruz, que ganó hace poco, en el Festival de Sundance, el premio del público a la Mejor Película Dramática Internacional; y el premio especial del jurado por actuación para los actores colombianos Vicky Hernández y el mismo Manolo Cruz.

Igualmente mencionó el impactante documental ‘Colombia, magia salvaje’, que rompió las marcas de asistencia a una película nacional, con más de 2 millones 300 mil espectadores en el país.

“Muchos han profetizado la muerte del cine, o por lo menos del plan de ir a cine, por las nuevas plataformas tecnológicas por internet o la televisión por cable. Pero parece que se equivocaron”, manifestó el Jefe del Estado.

El Mandatario mencionó que Colombia pasó de 27 millones de espectadores en 2009 a 59 millones el año pasado y que los espectadores de películas nacionales pasaron de 1,2 millones en 2009 a casi 3,5 el año pasado.

En 2009 se estrenaron 11 producciones nacionales, mientras que en el 2015 se estrenaron 36.

“Lo que aquí ha ocurrido ha sido un esfuerzo conjunto y permanente del Gobierno y de los creadores para promover la actividad cinematográfica, un esfuerzo que se remonta al 2003, cuando se expidió la Ley del Cine, un tema en el que me enorgullezco de haber participado, junto con Silvia Amaya y Claudia Triana, la eficaz directora de Proimágenes”, puntualizó.

En esta ocasión, en el certamen habrá más de 80 filmes que competirán por los premios ‘India Catalina’ en las categorías Oficial Ficción, Documental, Cine Colombiano, Cortometraje, Gemas y Nuevos Creadores.

Además, se presentará una retrospectiva sobre Gabriel García Márquez, se hará un homenaje a Luis Ospina y estará como invitada especial la actriz estadounidense Susan Sarandon.

“La película de la paz está por empezar, y nos necesita a todos como espectadores y protagonistas. Comencemos –YA– el rodaje de la paz. Digámosle a la paz, con todo el entusiasmo: LUCES, CÁMARA… ¡ACCIÓN!”, concluyó el Presidente de la República.

Publicado por Presidencia de Colombia

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