Dave Lombardo: metal con raíces cubanas

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Dave Lombardo es uno de los bateristas más influyentes en la historia del me­tal. Tanto que sin su paso por Slayer esta respetada banda de trash no hubiera sido la brutal maquinaria que es hoy. Lom­bardo, se sabe, es un nombre sagrado en el rock and roll desde que hace más de 30 años tomó sus atributos de­trás de las baquetas y se convirtió en un arma infalible en la agresividad y los exigentes rituales sonoros con los que Slayer conquistó, para su causa, a millones de fans en todo el planeta.

Nacido en La Habana en 1965, Dave Lombardo salió de Cuba a los dos años con sus padres pero nunca pudo sacudirse del cuerpo la influencia de la cultura cu­bana. “Cuba siempre estaba presente cuando vivía en casa de mis padres a  través de la música, la comida, el idioma. Creo que mi ascendencia cu­bana también está presente en las obras que he hecho a lo largo de los años. No es tan prominente como me gustaría, pero los ritmos de mi cultura dieron forma a mi manera de tocar la batería”, dice este legendario ba­terista al comenzar la en­trevista con Carretera Sonora vía correo electrónico desde Los Ángeles, mientras se prepara para girar con Suicidal Ten­dencies tras su salida de Slayer en el 2013.

Lombardo, de 51 años, se bautizó hace más de tres décadas como el rey del doble bombo. Para que se hagan una idea, esta técnica causa el mismo efecto de un puñetazo del mejor  Mohamed Ali en el centro del rostro, algo que cualquier metalero que se respete percibe cuando se enfrenta a la discografía de batalla de Slayer.

Para este músico, sin embargo, todo empezó cuando se vio atrapado por primera vez en las mismas entrañas de ese “monstruo” de energía y creatividad llamado Irakere. “Tengo que decirlo, hay una banda cubana que me influyó desde muy joven. Ellos me ayudaron a comprender que la música agresiva, poderosa, no se limitaba a los géneros de rock  y metal y ampliaron mi visión de la música en su conjunto. Esa banda es Irakere, dirigida por el genio de Chucho Valdés”.

—¿Cómo fue triunfar en el mundo del metal siendo un baterista cubano?

—Mi origen fue lo que me hizo un poco singular pues la gente estaba interesada en mi cultura de una manera positiva. He aprendido tanto de ver a los congueros, timbaleros, bongoseros, de su pa­sión y la forma en que sus cuerpos se movían mientras tocaban. No importa el estilo de música que estoy tocando, no sé cómo tocar sin esa intensidad y sentido. El metal requiere una gran cantidad de energía, pe­ro en realidad no permite mu­cho swing, ya que en general se toca muy rápido. Mis raíces cubanas, naturalmente, contribuyeron a mi éxito.

—¿Has escuchado a bandas cubanas de rock?

—He oído que hay muchas bandas de rock y metal en Cuba. Pero no he escuchado su música. Hace poco me pidieron ayudar a promover un documental sobre una banda llamada Zeus. Hasta ahora son los únicos que he escuchado.

—¿Cómo ha sido tu carrera después de abandonar Slayer?

—Mi carrera ha florecido desde que me fui. He seguido recorriendo el mundo con varias bandas y como solista. He producido un par de álbumes, escribí la partitura de un dibujo animado y tuve la gran oportunidad de hacer un montón de trabajo en el cine y la televisión. Ahora, estoy lanzando otra banda (Dead Cross) que es, sin duda, el tamborileo más rápido, más agresivo de mi carrera.

—Has anunciado que saldrás de gira con Suicidal Tendencies, ¿por qué to­maste esa decisión?

—He sido fan de Suicidal Tendencies desde que era un adolescente. Jeff Hanne­man (fundador de Slayer) y yo solíamos escuchar esa banda mientras estábamos de gira en los años 80.  Cuando me llamaron no vacilé en tocar con ellos. Querían retornar de nue­vo al sonido original que puso a Suicidal Tendencies en el ma­pa. Estoy muy cómodo con esa onda  thrash agresiva, punkera.

—En el 2004, sustituiste a Lars Ulrich en un concierto de Metallica, ¿có­­mo re­cuerdas esa experiencia?

—Eso fue un momento muy estimulante para mí. Quiero a esos tipos. Todos nos conocemos desde que éramos ni­ños. Cada miembro de esa banda es una gran persona y un talento. Tener la oportunidad de tocar con ellos fue increíble y algo que nunca olvidaré. Tocaría con ellos de nuevo en cualquier momento.

—Puedes comentar la técnica del doble bombo a los bateristas cubanos de metal…

—Es difícil de explicar. Yo uso un método de “talón pa’rriba” y un enfoque muy natural, básicamente dando a la canción lo que está pidiendo y sin tocar demasiado. Trato de elevar la música. He oído bateristas tocar exageradamente y básicamente se olvidan de que tocan en una banda, que son parte de un conjunto.

—¿Cuál es tu impresión sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos?

—Creo que es increíble y me hace muy feliz ver este cambio. Solo espero que Estados Unidos siga trabajando en la reconstrucción de una relación con Cuba con un enfoque respetuoso, no invasivo, y consciente de los corazones y las almas de los cubanos.

—¿Has planeado regresar a Cuba?                

—¡Por supuesto! Había planeado ir el año pasado, pero mi agenda no me lo permitió. Tan pronto como pueda, estaré allí. Realmente estoy extremadamente feliz de que las relaciones entre Estados Uni­dos y Cuba hayan mejorado. Des­de que eso sucedió, he estado soñando con caminar por las calles de La Habana, donde vivían mis padres. Mi corazón anhela el regreso a Cuba. A todos mis fans y compañeros de música, les digo que espero con ansias tocar allá y visitar las escuelas de música. No sé cómo voy a contenerme, ya que sin duda será un momento muy emotivo en mi vida. Mi carrera me ha llevado a mu­chos países, pero nunca he podido visitar mi país de nacimiento. ¡Espero verles pronto!

Publicado en Granma
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