25 años con el jazz

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El trompetista puertorriqueño Humberto Ramírez, quien ha compartido escenario con reconocidos percusionistas boricuas como Tito Puente y Giovanni Hidalgo, celebrará este sábado sus 25 años en el jazz con un concierto en San Juan.

En la cita «25 Años Jazzeando», que se llevará a cabo en el Teatro Tapia del Viejo San Juan, Ramírez «resumirá parte de su trayectoria musical en más de dos horas de concierto», según detallaron los organizadores del evento en un comunicado de prensa.

Ramírez, nominado a cuatro premios Grammy y ganador de uno de ellos, tendrá de invitados en el espectáculo a Hidalgo, al también percusionista Tito De Gracia, el pianista Edsel Gómez, al bajista Oskar Cartaya, al trompetista Luis Aquino y la cantante Nydia Caro.

Graduado de la Escuela Libre de Música Ernesto Ramos Antonini en San Juan, Ramírez tuvo entre sus primeras oportunidades profesionales la de dirigir la orquesta de salsa de Willie Rosario, conocido como «Mr. Afinque», así como la del salsero Tony Vega.

Del género caribeño de la salsa, Ramírez se movió al del merengue y como director y «arreglista» de las canciones de Olga Tañón ganó su primer Grammy.

Ramírez amplió sus horizontes en 1991 para experimentar en el jazz, género que le ha brindado seis discos de platino, doce de oro y seis premios Tu Música.

El, artista tuvo además la oportunidad de amenizar la toma de posesión de Bill Clinton como presidente de Estados Unidos en 1997 y en 2009 fue invitado a tocar en la Casa Blanca para Barack Obama.

Publicado en Primera Hora

“El jazz me da completa libertad”

Humberto Ramírez tendría 12 años  la primera vez que habló seriamente  sobre hacer un disco de jazz.

Vivía en la calle Sol, en el Viejo San Juan, y tertuliaba con su amigo, Giovanni Hidalgo, que era de la calle San Sebastián, sobre hacer un disco juntos.

“Éramos jovencitos, tendríamos 12 o 13 años, y ya tocábamos por ahí y hablábamos de hacer un disco algún día”, recuerda con una sonrisa.

Dos décadas después de aquellos sueños de infancia, Humberto Ramírez y Giovanni Hidalgo -ya convertidos en grandes  músicos-,  se unían en el disco “Best Friends”, que salió en 1999.

“Ese fue un disco bien importante  por muchas razones, por el junte de nosotros, y por los músicos  que escogimos que eran de gran trayectoria, como Horacio “El Negro” Hernández, Oskar Cartaya, Papo Lucca, que siempre he dicho que es un gran pianista de jazz… Ahí también estaban nuestros padres, el papá de Giovanni, Mañengue, mi papá (Humberto Ramírez), que tocó el saxofón y Tito Puente. Ese disco es un clásico y es uno de los discos de mayor venta que he hecho”,  dice Humberto Ramírez con satisfacción al repasar lo que han sido sus 25 años de trayectoria en el jazz.

Este aniversario, el compositor, arreglista, músico y director lo celebrará en grande con el concierto “25 años jazzenado”, que se llevará a cabo el sábado, a las 8:00 p.m., en el Teatro Tapia, en el Viejo San Juan. Será una noche en la que repasará lo que ha sido gran parte de su trayectoria musical en el género que le ha dado mayor libertad creativa y al que apostó en 1991, cuando entró al estudio para grabar “Jazz Project”, su primer álbum de jazz.

En ese entonces, Ramírez era el director musical de la orquesta de Tony Vega y el éxito le sonría. En la salsa se había pulido como músico y había cosechado éxitos de la mano del maestro Willie Rosario, con quien comenzó su carrera profesional en 1984. Estaba en un buen lugar a nivel económico y gozaba de prestigio, pero no se sentía del todo satisfecho. Faltaba algo.

Fue en ese momento que siguió su instinto y con sus ahorros se metió al estudio a  grabar su primer disco de jazz. Las casas discográficas le decían que optara por otra propuesta, que se buscara un cantante, pero hizo caso omiso y continuó hacia adelante con lo que le dictaba su instinto.

“Decidí que tenía que grabar jazz porque, primero, mi concentración en Berklee (College of Music) fue en composición y arreglo en jazz y el jazz yo lo venía escuchando desde que era un niño y yo quería intentarlo, quería tener esa oportunidad”, narra.

Ese primer álbum lo grabó entre Puerto Rico, Nueva York y Los Ángeles. En pleno proceso creativo, Luis Álvarez, productor del Puerto Rico Heineken Jazz Fest, y quien había estudiado con él en Berklee, lo invita a formar parte de la primera edición de dicho festival. Apenas tenía un grupo, pero buscó seis músicos y formó el  Humberto Ramírez Jazz Project.

“La acogida de la audiencia fue increíble, hubo hasta un standing ovation y nos pidieron otra”, rememora.

En esta presentación estuvo el empresario y dueño de la discográfica RMM, Ralph Mercado. Tan pronto escuchó su propuesta y observó la acogida de la audiencia, le propuso a Humberto firmarlo para comenzar su nueva división musical Tropijazz, sello discográfico de latin jazz. Con esta discográfica, el trompetista grabó sus primeros seis discos. “Fue mi primer y único contrato musical que he tenido porque después me fui independiente”, afirma Humberto, quien cuenta con 28 producciones musicales en su carrera como jazzista. Un dato curioso es que aun cuando el éxito ya le empezaba a sonreír en el género que le apasionaba, continuó siendo director de la orquesta de Tony Vega hasta 1995, cuando en una conversación con Tito Puente, éste le dijo lo mismo que su padre le había aconsejado años antes:  que se concentrara en el  jazz.

“Me dediqué de lleno a esta carrera el día que Tito Puente me dijo ‘debes considerar dedicarte al jazz si es que quieres saber a dónde puedes llegar’. Esas palabras me las había dicho mi papá anteriormente, así que me quedo con Tony hasta diciembre de ese año y por poco no me deja ir. Muchos amigos y colegas me decían ‘tú estás loco’ y le respondía ‘no sé si estoy loco  o no pero es algo que tengo que hacer’. Y a partir de eso es que me enfoco en hacer jazz”, relata.

Ya han pasado 25 años desde que el artista optó por otro rumbo musical y a juzgar por sus logros, no le ha ido nada mal. Son muchos los momentos que atesora en su carrera, pero algunos de ellos son el haber hecho el disco “Best Friends”, con su amigo y hermano de la vida Giovanni Hidalgo; el grabar con una Big Band y continuar ese concepto de forma fija, grabar un  disco tributo a Miles Davis, donde contó con  el  fenecido  saxofonista Michael Brecker; así como haber hecho dos discos junto a la cantante Lucy Fabery, uno de los que estuvo nominado a un premio Grammy.

“Llevarla a Las Vegas y verla allí sentada, sintiendo que el máximo premio de la música, el más prestigiosa, la reconocía… Aunque no ganamos, eso para mí fue increíble”, revela.

Es inevitable en este repaso de carrera, también pensar en su instrumento. Ha tenido alrededor de diez trompetas, de las que conserva ocho.

La primera que tuvo fue una Yamaha que le regaló su padre y que le acompañó cuando estudió en la Escuela Libre de Música. Luego tuvo otra que le compró a su maestra Nilda Pérez Ledoux, la cual todavía conserva. La que usa en la actualidad y le ha acompañado por los pasados 23 años es una trompeta Monette.  Es este instrumento el que le ha enseñado que  la poesía también es un soplo,  el que lo acercó a la libertad.

“El jazz me da completa libertad interpretativa, creativa, en todos los sentidos”, afirma. “En el jazz noexisten restricciones, no existen. Es un momento único donde uno se expresa como músico y conecta con la gente”, concluye Humberto Ramírez con la certeza de que tomó la decisión correcta.

Publicado en El Nuevo Día
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