Cuando el arte se convierte en paz
Colombia está parcializado; hay quienes dicen que la Paz es el camino y otros indican que es el camino pero no “todo costo”. Resulta importante el papel que hacen los gestores culturales del país, porque se ha demostrado a través del tiempo que la humanidad ha hecho catarsis de las guerras y conflictos a partir de la manifestación de sus actitudes artísticas. Por eso resulta importante que el arte se fortalezca como uno de los caminos para mitigar el silencio, el miedo, el dolor y por qué no, las pérdidas.
Cuando el arte se convierte en paz* es una mini serie de tres entrevistas a personas que promueven paz a través de su arte. La idea surge por las razones que se explicaron con anterioridad pero también por la poca visibilidad que le han dado a estos entre muchos otros artistas del país, quienes en silencio o en medio del ruido informativo diario, trabajan sus estéticas para generar una reacción positiva que impulse la construcción de nuevas formas comunicativas que permitan comprender los entornos.
Se trata de tres historias
En primer lugar estará el activista-pacifista colombiano, César López, quien en 2003 creó la ‘Escopetarra’ tras el ataque terrorista contra el Club El Nogal en Bogotá. César es un músico compositor y guitarrista, quien a través de su música visibiliza el conflicto armado del país.
En segundo lugar estará ‘Animalditas’, un colectivo de cuatro jóvenes bogotanas que pintan murales que reflejan problemáticas de género, raza y medio ambiente, con el fin de reconstruir escenarios de integración y participación ciudadana.
Por último estará Edgar Humberto Álvarez, caricaturista crítico y periodista, el hombre que explica con plastilina lo que está pasando en Colombia, un arte poco común, que ha llevado a muchos caricaturistas del país a un escenario de vulnerabilidad.