[CoberturaExclusiva] Paz y géneros en Colombia – Mujeres guerrilleras en las pantallas del #FINCL

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Por Daniel Cholakian

El proceso de paz, y la historia de la violencia en el país, se hicieron presentes en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Dos son películas claramente dedicadas a las conversaciones entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, que se realizaron entre 2012 y 2016 en esta ciudad: “El silencio de los fusiles” de Natalia Orozco y “Tregua” de Tello Vellacot y Pablo Navarrete.

Esta última es un medio metraje que pone el foco sobre la conformación de la sub comisión de género en el marco de las conversaciones. Este espacio, que contó con el auspicio sostenido de las Naciones Unidas, permitió que todos los acuerdos firmados en la capital cubana tuvieran incluido en sus textos la perspectiva de género.

La comisión de las FARC que participó de la misma estuvo liderado por Victoria Sandino, quien estuvo acompañada con un conjunto de jóvenes comandantes, que asumieron la misión de hacer comprender las propia mirada de las mujeres y la inclusión de sus reclamos y necesidades en el proceso de desmovilización e incorporación a la vida civil.

El documental, como reconoció Navarrete a Nodal Cultura, es sencillo en su concepción, sin embargo en su organización además de dar cuenta del discurso de las mujeres guerrilleras, deja ver como la lógica machista sobre las organizaciones armadas tiñen incluso las preguntas hechas por las mujeres periodistas que entrevistan.

La presentación de Tregua en La Habana estuvo acompañada por Rodrigo Londoño, líder de las FARC y candidato a presidente por el nuevo partido conformado por los ex guerrilleros. Londoño destacó el documental pues afirmó “que trabajos como este van a ayudar a mostrar la realidad”

Lo que explicó Londoño es que “el papel de la mujer en la guerrilla se está estigmatizando en estos días con mucha fuerza por parte de la clase dirigente de Colombia. Yo tengo el orgullo de haber conocido como evolucionó el papel de la mujer en la guerrilla. En el año que yo ingresé en la guerrilla, 1976, se contaban las mujeres que habían en los dedos de la mano, y sobraban dedos. Después fueron ingresando en la misma dinámica de la lucha, y de verdad que yo siempre he tenido una gran admiración por la mujer guerrillera. A ellas les tocaba un doble juego para abrir espacios, porque a pesar de que somos y seguiremos siendo una organización revolucionaria, toda esa mentalidad machista de la sociedad, esa cultura creada entre tantos años, no es fácil superarla de un día para otro. El hecho de que en el proceso de paz las guerrilleras Farianas hubieran logrado que se haya constituido la sub comisión de género, fue una gran victoria de la mujer colombiana, lideradas por las mujeres guerrilleras”.

Aunque el documental no lo dice, en la conversación con Nodal, Pablo Navarrete reveló que dentro de las FARC, al llegar a los acuerdos de paz, las mujeres eran el 40% de sus miembros.

Tregua está basada en entrevistas, aunque cierra con la presentación del documento firmado por la sub comisión de género. Estas conversaciones con diferentes periodistas permite conocer una realidad hasta acá prácticamente ocultada: el lugar de las mujeres en la guerrilla. Sus condiciones de ingreso a la lucha, sus ideales, sus sufrimientos particulares.

Navarrete contó a Nodal cómo y por qué decidieron documentar este proceso, cuáles son los datos más relevantes que descubrió y cuáles fueron las decisiones formales que asumieron (o tuvieron que asumir) a la hora de filmar la participación de las mujeres en las conversaciones en La Habana.

¿Cómo llegan ustedes a conocer la sub comisión de género y como se acercan para realizar el documental?

En 2011 habíamos hecho un primer trabajo sobre Colombia, donde Al Jazeera inglés había encargado dos programas cortos, sobre periodistas colombianos asesinados y otro sobre el rol de los medios colombianos en la primera elección presidencial de Juan Manuel Santos. Esos fueron los primeros trabajos que hice sobre Colombia. Antes había hecho algo sobre Venezuela. Mis padres son chilenos, exilados políticos y también había hecho algo sobre el movimiento estudiantil de Chile. Siempre tuve relación como periodista con América Latina.

Conocí en Londres a la ONG Justice for Colombia y a través de ella y su directora, María, empecé a investigar lo que pasaba allí, que no se escuchaba en Inglaterra. Se escuchaban muchas cosas sobre Venezuela, pero nada de Colombia. Y eso que el gobierno británico –bajo un gobierno laborista- da apoyo militar al gobierno de Colombia, y también el gobierno de EEUU le da billones.

Esas historias son bastante ignorada por los medios, y gracias a Justice for Colombia y pude observar la realidad del país. Hice estos trabajos periodísticos para Al Jazeera y luego un documental sobre la guerra civil colombiana y el rol de los EEUU. Y fue también esa organización quien me alertó de la existencia de la sub comisión de género en el marco de los acuerdos de paz, y me hizo comprender que era algo importante que estaba ocuriendo, pero que los periodistas no han cubierto. Los documentalistas que llegaban a La Habana a entrevistar a la cúpula de las FARC querían hablar con Timochenko u otros miembros del secretariado, pero esta historia que muy importante para las mujeres, no había quien lo estuviera investigando.

Hice entonces una entrevista con Victoria Sandino a través de correo electrónico y a partir de ahí decidí que era una historia muy importante, y como estaba en la fase final del proceso de paz, tomamos la decisión de viajar hacia acá sin ningún financiamiento para hacer el trabajo.

¿Qué es lo que pudieron comprender sobre el lugar de la mujer tanto durante la lucha como el proceso de paz?

Como documentalista lo que me pareció interesante es saber que el 40% de los miembros de las FARC son mujeres. Es un hecho que ni la gente que conoce sobre Latinoamérica sabe. Todo el mundo se sorprende con ese dato. Una guerrilla compuesta en gran parte por mujeres rompe con esa idea del guerrillero alla Che Guevara. Ya a ese nivel la información me parecía interesante.

La sub comisión era una manera también de llegar a que las mujeres cuenten sus historias personales, y saquen a la luz este elemento histórico dentro del proceso de paz.

Un dato interesante, por ejemplo, es que el derecho al aborto es legal dentro de las FARC, lo mismo que los derechos sexuales. Sus derechos son más avanzados en la guerrilla, y saben que van a incorporarse a una vida social en la cual van a perder derechos como mujeres. Había muchas cosas interesantes que en este marco valía la pena explorarlas.

Un hecho que se nota en la película es que salvo Victoria Sandino, las mujeres que participan son bastante más jóvenes que el secretariado que comandaba las conversaciones. ¿Cuánto hay de generacional en el impulso a la creación de la sub comisión?

En las reuniones quedaba claro que esas mujeres que mencionas, más jóvenes, son las que participaron de las conversaciones. Victoria Sandino encabezaba el grupo de las mujeres, y Tania, la holandesa, tenía un rol muy prominente tanto como Manuela, por mencionar a algunas de ellas.

¿Por qué filmaron a distintos medios entrevistando a las protagonistas y no hacieron ustedes mismos las entrevistas?

Nuestro plan original era otro. Pensábamos tener acceso a dónde ellos vivían y filmar la cotidianeidad. Las FARC autorizaron este trabajo, pero luego por cuestiones de logística y seguridad se vio que no era posible. Eso nos produjo una cierta crisis en el trabajo proyectado y como había muchos medios que se acercaban a hacer entrevistas, vimos como tres mujeres, de Le Monde de Francia, de Telesur y de Al Jazeera buscaron hacer sus notas con las delegadas ante la sub comisión, nos pareció interesante, porque eran mujeres entrevistando mujeres.

Las periodistas no estaban encantadas cuando nos presentaban y les contaban que queríamos grabar las entrevistas, pero en todos los casos conversamos, se negoció y nos dejaron hacer nuestro trabajo con libertad. Finalmente la entrevista de Al Jazeera no quedo incluida en nuestro documental.

Esta es una película bastante sencilla, se muestra varias entrevistas y se deja hablar a las entrevistadas con tiempo y mucha libertad. Hay temas que no se tocan, simplemente porque ellas no los tocaron. El interés de la película es destacar la importancia de la existencia de la sub comisión de género en el marco de las conversaciones de paz. Obviamente como un documental de observación, humaniza a sus personajes y como las FARC son muy disciplinadas, nosotros destacamos especialmente todo lo que pasa antes o después del momento de las declaraciones frente al micrófono.

Sabemos que muchos se preguntarán por temas que no están presentes en la película. Nuestra decisión fue no forzar relatos que no surgieran de lo dicho por las mujeres representantes de lsa FARC. Este es un documental de observación y, como realizador, uno siempre toma una decisión formal y trata de ser fiel a lo que ha visto y le han contado.

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