Compromisos de solidaridad y cooperación en la VI Cumbre CARICOM

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El Caribe, los desafíos de la integración en la frontera imperial

El expresidente dominicano Juan Bosch describió el Caribe como una «frontera imperial», punto de conflicto de los intereses económicos y políticos de las grandes potencias. Esa realidad no ha cambiado un milímetro desde Cristóbal Colón hasta nuestros días

El expresidente dominicano Juan Bosch describió el Caribe como una «frontera imperial», punto de conflicto de los intereses económicos y políticos de las grandes potencias. Esa realidad no ha cambiado un milímetro desde Cristóbal Colón hasta nuestros días.

Detrás de las playas paradisiacas y los barrios multicolores que ilustran portadas de revistas en el mundo entero, la región acumula una larga historia de explotación, subdesarrollo e intentos de dominación.

Es por eso que la integración de los pueblos caribeños, a pesar de las diferencias idiomáticas y culturales, resulta el único camino posible para saldar las grandes deudas de un pasado colonial que algunos, como Estados Unidos, se empeñan en reeditar en pleno siglo XXI.

El próximo viernes se cumplen 45 años de un gesto que transformó la relación de Cuba con el resto de las naciones caribeñas. El 8 de diciembre de 1972, los líderes de Trinidad y Tobago, Barbados, Jamaica y Guyana, que habían obtenido su independencia pocos años atrás, decidieron establecer relaciones diplomáticas con el gobierno revolucionario encabezado por Fidel Castro.

La decisión saltó las alarmas de Washington, que intentaba aislar a Cuba por todas las vías políticas a su alcance, pues ya se había percatado que la economía avanzaba a un ritmo acelerado a pesar de sus sabotajes económicos.

«Probablemente, los líderes de estos países, considerados igualmente padres fundadores de la independencia de sus naciones y de la integración caribeña, Errol Barrow, de Barbados; Forbes Burnham, de Guyana; Michael Manley, de Jamaica, y Eric Williams, de Trinidad y Tobago, al decidir el establecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, comprendían que estaban trazando el camino para lo que sería después la política exterior de la Comunidad del Caribe, que tiene hasta el día de hoy tres características fundamentales: la independencia, la valentía y la acción concertada», dijo Fidel en el aniversario 30 de la efeméride.

Es difícil encontrar un rincón del Caribe sin una huella cubana. Decenas de miles de colaboradores de distintos sectores, desde médicos y pedagogos, hasta ingenieros y constructores, han ayudado a transformar la realidad de las comunidades más pobres, esas que no salen en los posters turísticos.

Asimismo, según fuentes oficiales, más de cinco mil jóvenes caribeños se han formado en las aulas cubanas durante las últimas décadas y ahora multiplican en sus países la experiencia adquirida sin costo alguno.

La VI Cumbre Caricom-Cuba, que se efectuará el próximo viernes en Antigua y Barbuda, será una nueva oportunidad para hacer balance del trabajo de un mecanismo que acumula 15 años de existencia, desde la primera cita en La Habana en el 2002.

La cooperación actual es amplia y abarca sectores estratégicos como salud, educación, deporte, cultura y construcción, pero como ha sido reconocido en encuentros anteriores, todavía resta mucho potencial por explotar.

Según datos aportados en marzo de este año por el ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, los intercambios económicos entre las naciones del Caricom y Cuba rebasaron los 120 millones en el 2016, casi el doble que el año anterior, pero todavía están por debajo de las posibilidades reales. La cita en Antigua y Barbuda permitirá que delegaciones de los sectores comerciales y empresariales se sienten a valorar nuevas oportunidades.

Los desafíos comunes, como el enfrentamiento al cambio climático, también encontrarán espacio en las mesas de discusiones del encuentro.

Este año dos poderosos huracanes, Irma y María, dejaron devastadas varias naciones del Caribe, evidenciando la vulnerabilidad ante los desastres naturales cada vez más intensos a los que está expuesta la región.

La fuerza de los vientos y la magnitud del desastre puso a prueba las instituciones caribeñas y también la solidaridad internacional. Lo cierto es que la primera ayuda en arribar a las zonas más dañadas provino de los países vecinos.

En Dominica, una nación que vio afectado casi el 90 % de sus viviendas, los enfermos más graves eran transportados por aire a las islas vecinas para recibir atención médica urgente.

Equipos de rescate de Cuba y Venezuela estuvieron entre los primeros en llegar al terreno para socorrer a quienes quedaron atrapados por las avalanchas de lodo o las crecidas de ríos.

Organismos regionales como Cdema (por las siglas en inglés de Agencia Caribeña para el Manejo de Desastres) movilizaron recursos vitales y el Sistema Regional de Seguridad, que aúna a las fuerzas públicas de Caricom, ayudaron a imponer el orden en los momentos más críticos.

A pesar de sufrir también el impacto de Irma en buena parte de su territorio nacional, Cuba ofreció ayuda a las islas más afectadas, entre ellas Dominica y Antigua y Barbuda.

Un barco cubano movilizó cientos de toneladas de ayuda humanitaria en alimentos y materiales de construcción, y brigadas de linieros, trabajadores forestales y constructores de la Mayor de las Antillas se desplegaron en el terreno para sumarse a las labores de reconstrucción.

Los médicos cubanos en ambas islas sufrieron el impacto de los meteoros junto a los pobladores y se mantuvieron prestando servicios en todo momento. Una brigada especial del Contingente Henry Reeve fue desplazada a Dominica durante un mes, ante la posibilidad de que se desataran brotes epidémicos.

Irma y María demostraron que los embates de la naturaleza se suman a los desafíos que enfrenta el Caribe, pero huracanes mucho más intensos amenazan la integración regional en el escenario político.

El Apóstol cubano, José Martí, veía en la independencia de Cuba y Puerto Rico, dos naciones caribeñas, una barrera para impedir que Estados Unidos extendiera su dominio sobre el resto de América Latina.

Las posiciones defendidas este año por las naciones del Caribe en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) confirman el papel estratégico que desempeña la región para evitar maniobras estadounidenses en casos como el de Venezuela, cuyo gobierno enfrenta la hostilidad de Washington por intentar llevar adelante profundos cambios de beneficio social en el país que tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.

Asimismo, la posición histórica del Caribe en rechazo al bloqueo económico, financiero y comercial que aplica Estados Unidos contra Cuba, demuestra que los principios elementales de justicia, incluso cuando son defendidos por pequeños y vulnerables estados insulares, prevalecen sobre las presiones y chantajes de una gran potencia.

«Enfrentamos retos comunes que solo podremos vencer con la más estrecha unidad y eficaz cooperación», aseguró el General de Ejército Raúl Castro en la inauguración de la V Cumbre Caricom-Cuba celebrada en La Habana.

La integración caribeña y latinoamericana, concluyó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros cubano, «es una necesidad vital para nuestra supervivencia».

Publicado en Granma

Discurso pronunciado por Raúl Castro en la VI Cumbre Caricom-Cuba

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la Sexta Cumbre Caricom-Cuba. Antigua y Barbuda, 8 de diciembre de 2017, “Año 59 de la Revolución”.

Honorable Gaston Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda;
Honorable Keith Mitchell, primer ministro de Granada y presidente de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (Caricom);
Honorables Primeros Ministros y Presidentes de los demás países miembros de Caricom;
Excelentísimo Embajador Irwin Larocque, Secretario General de Caricom;
Excelentísimo Señor Didacus Jules, director general de la Organización de Estados del Caribe Oriental;
Excelentísima señora June Soomer, secretaria general de la Asociación de Estados del Caribe;
Distinguidos Jefes de delegaciones, Ministros e Invitados Especiales:

Deseo expresar al pueblo y a las autoridades de Antigua y Barbuda el sincero agradecimiento por las muestras de amistad que hemos recibido desde que llegamos a este país y trasmitirles el aprecio y gratitud del pueblo y gobierno cubanos por las expresiones de solidaridad de los hermanos caribeños tras la desaparición física del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, quien fuera iniciador, guía y máximo impulsor de los vínculos políticos y de cooperación entre nuestros países.

Rememoro sus palabras el 8 de diciembre de 2002: “La única salida para nuestros pueblos es la integración y la cooperación, no solo entre los Estados, sino también entre los diversos esquemas y organizaciones regionales”.

Agradezco la determinación del Honorable Gaston Browne y su equipo de gobierno, quienes a pesar de las dificultades que enfrentan tras el paso destructor del huracán Irma no cejaron en su empeño de garantizar las condiciones para la exitosa celebración de esta, la Sexta Cumbre Caricom-Cuba.

Un día como hoy, 45 años atrás, los primeros ministros de cuatro países del Caribe anglófono, recién alcanzada su independencia, Errol Barrow, de Barbados; Forbes Burnham, de Guyana; Michael Manley, de Jamaica, y Eric Williams, de Trinidad y Tobago, decidieron establecer relaciones diplomáticas con Cuba.

Nosotros jamás olvidaremos esa decisión, que constituyó un paso fundamental para la ruptura del cerco diplomático y comercial contra Cuba. También permitió profundizar las relaciones entre los pueblos de Nuestra América, unidos por siglos de historia, cultura y vecindad.

Con orgullo también celebramos el decimoquinto aniversario de las Cumbres Caricom-Cuba, de cuyos acuerdos y resultados ha emanado una relación más profunda y efectiva, basada en la solidaridad y la cooperación.

Muestra de esa amistad imperecedera fue el apoyo que mutuamente nos ofrecimos ante el paso de los dos intensos huracanes que azotaron a nuestra región en septiembre pasado. Deseo agradecer las expresiones de hermandad y solidaridad caribeña que recibimos.

En este sentido, la firma hoy de un Memorándum de Entendimiento para la cooperación entre la Defensa Civil de Cuba y la Agencia Caribeña para el Manejo de Desastres y Emergencias constituye un paso significativo.

En el próximo trienio prevemos la continuidad de proyectos conjuntos, resultado de la voluntad política de nuestros gobiernos, como el de la Escuela Regional de Artes en Jamaica y el Centro de Estimulación del Desarrollo de Niños, Adolescentes y Jóvenes con Necesidades Educativas Especiales, con sede en Guyana, que han avanzado en su proceso de implementación.

Continuaremos recibiendo a estudiantes caribeños en nuestras universidades. Los 5 432 jóvenes del Caribe que se han formado y los 723 que actualmente estudian en ellas, así como los 1 762 colaboradores cubanos presentes en todos los países de Caricom, de ellos 1 469 en el sector de la salud, son parte de la contribución de Cuba al desarrollo de los pueblos caribeños.

Nos proponemos avanzar en el desarrollo del comercio y las inversiones. Entre 2014 y 2016 el intercambio comercial creció un 70 %. Este año marcha a buen ritmo. La amplia y diversa participación de empresas y agencias caribeñas en la Feria de La Habana, el mes pasado, augura mayores crecimientos.

Acogemos con beneplácito la implementación, en enero de 2018, del Segundo Protocolo al Acuerdo de Comercio y Cooperación bilateral, documento que amplía las preferencias arancelarias otorgadas por Cuba y que facilita el acceso a nuestros mercados.

Estimados Presidentes y Primeros Ministros e Invitados:

¿Cómo enfrentar el desafío de avanzar hacia el desarrollo en medio de la profunda crisis económica, social, política y ambiental que sufren este hemisferio y el mundo? Debemos hacerlo con la unidad, en nuestra diversidad, la integración y la cooperación genuina entre nosotros.

Los peligros para la sobrevivencia de la especie humana se incrementan. Las consecuencias de la aplicación de conceptos no aceptados universalmente como “intervención humanitaria” y “responsabilidad de proteger” se utilizan para encubrir acciones intervencionistas y agresivas que amenazan la paz y seguridad internacionales y nos convocan a defender el Derecho Internacional y la plena vigencia de los propósitos y principios que consagra la Carta de las Naciones Unidas.

Debiéramos articularnos para reclamar una actuación justa de las potencias industrializadas para la mitigación y adaptación de los efectos del cambio climático, en particular con recursos financieros y transferencia de tecnología; concertar enfoques sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y, en especial, para enfrentar colectivamente los mecanismos de dominación que nos impone el injusto sistema financiero internacional.

Reitero la invariable posición de Cuba de apoyar, en todas las circunstancias, el derecho de los pequeños Estados insulares y naciones en desarrollo a recibir un trato especial y diferenciado en el acceso al comercio y las inversiones.

Respaldamos el reclamo, igualmente justo, de recibir cooperación de acuerdo con su situación real y necesidades, y no sobre la base de estadísticas de ingreso per cápita que los clasifican esquemáticamente como países de renta media y los excluyen de los flujos de recursos financieros indispensables para su desarrollo.

Unimos nuestra voz contra la persecución por parte de los centros del capital financiero transnacional que buscan dañar la reputación internacional de los países caribeños y obstaculizan su desarrollo económico a través de la inclusión en listas espurias y unilaterales y la singularización en peligrosos empeños supranacionales, supuestamente para el enfrentamiento a la corrupción.

Apoyamos firmemente la justa demanda de la Comunidad del Caribe de compensación por parte de las potencias coloniales por los horrores de la esclavitud y la trata.

Tenemos también el deber impostergable con nuestros pueblos de avanzar con pasos cada vez más sólidos hacia la integración política, económica y social de América Latina y el Caribe.

Hoy, la exitosa trayectoria de Caricom, la participación de todos sus Estados miembros y de Cuba en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y en la Asociación de Estados del Caribe, así como la membresía de algunos de nosotros en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, han contribuido al avance de la integración regional, la que debemos continuar impulsando. Por otra parte, la participación en Petrocaribe ha representado una garantía y contribución significativa al desarrollo de nuestros países.

Destaco la firma por los Jefes de Estado y de Gobierno de la región de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en ocasión de la II Cumbre de la Celac, celebrada en La Habana en enero de 2014, que constituye la base para el desarrollo de relaciones de respeto mutuo entre los Estados y el compromiso de estos con el estricto cumplimiento de su obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.

Es por ello que no debemos permitir que la República Bolivariana de Venezuela, una de nuestras naciones latinoamericanas y caribeñas, sufra acciones continuas que persiguen la destrucción de su orden constitucional. Cuba reitera su permanente solidaridad y apoyo al heroico pueblo venezolano, a su unión cívico-militar y al gobierno bolivariano y chavista encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros.

Subrayo la responsabilidad histórica y ética de nuestras naciones con la hermana República de Haití y la necesidad de la contribución a su desarrollo, con estricto apego a la voluntad de su gobierno y a las legítimas necesidades de su pueblo.

Los cubanos agradecemos profundamente a nuestros hermanos caribeños por su inalterable posición de respeto y solidaridad hacia nuestra patria.

Nunca olvidaremos el permanente respaldo a las resoluciones contra el bloqueo a Cuba, así como las numerosas expresiones de solidaridad en los debates generales de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y en otras tribunas internacionales.

Este apoyo es aún más relevante frente al retroceso que significan las acciones del nuevo gobierno de los Estados Unidos contra Cuba. El bloqueo constituye el mayor obstáculo para el desarrollo económico y social de nuestro país, y para las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con el mundo.

Hermanos caribeños:

“En el fiel de América están las Antillas”, escribió en 1894 José Martí, el más universal de los cubanos. Sus ideas, hoy ampliamente compartidas, nos dan la certeza de que un Caribe cada vez más próspero, equitativo, seguro, sostenible y unido es posible; que siempre podrá contar con la eterna amistad, gratitud y el apoyo de Cuba.

Muchas gracias

Publicado en Radio Ángulo
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